Patrimonio

Historia de salvación del Cristo de la Viga en Jerez

  • La restauradora Paz Barbero presentará este 11 de octubre en San Marcos la labor de recuperación del Cristo de la Viga del siglo XVI

La restauradora Paz Barbero.

La restauradora Paz Barbero.

Cartel de la cita: imagen del Cristo de la Viga en un momento del estudio con luz ultravioleta. Cartel de la cita: imagen del Cristo de la Viga en un momento del estudio con luz ultravioleta.

Cartel de la cita: imagen del Cristo de la Viga en un momento del estudio con luz ultravioleta.

1.440 son las horas que M. Paz Barbero ha pasado junto al Cristo de la Viga de San Marcos de Jerez, en su restauración. "Si, son muchas horas de trabajo material y de investigación previa, de analizar y de entender la obra, de observarla, lo que permite ver los tipos de patologías e incidencias que ha podido tener a lo largo del tiempo, ya que hablamos de un Cristo del siglo XVI", cuenta la experta. 

El Cristo estaba "en un estado de conservación deplorable, al límite. Es una pena porque son piezas, como el Cristo de la Viga, que tienen mucho valor devocional y artístico. Son muy importantes y se conservan muy pocas. Podemos decir que lo hemos salvado. Estaban muy frágil, en su interior, sobre todo. Es un legado muy bonito para las generaciones que vienen detrás". 

La restauradora Paz Barbero presentará este martes 11 de octubre, a las 20 horas, la restauración del Cristo de la Viga de San Marcos. Será en la parroquia de los cuatro evangelistas. "Una pieza que es digna de estar en un museo y es un Cristo que va a tomar aún más importancia en Jerez. De verdad que merece la pena que el público venga a ver esta presentación, en la que desvelaremos además muchas sorpresas muy bonitas e interesantes que hemos encontrado en esta restauración. El Cristo merece estar acompañado este día".

Una cita que también- dice Barbero- sirve para "entender este tipo de esculturas tan antiguas que hay que cuidar y conservar. Este Cristo de la Viga ha estado siglos sin salir y conmigo ha tenido tres movimientos por varios estudios".

Barbero reconoce que cuando está con los Cristos (ya ha restaurado varios) en su estudio "nos hablamos, me hablan y yo les hablo. Y esas horas que pasamos son incluso de recogimiento y meditación. Y eso que llevo años en la restauración, pero cada pieza para mí es única, una gran responsabilidad en mis manos. No es una manualidad, es un trabajo científico, en el que hay que ir tomando decisiones y la formación es esencial".

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