XLII berza de navidad | reunión anual de los jerezanos residentes en madrid

Homenaje al valedor "de la provincia de los dos mares"

  • Jan de Clerck recibe la distinción de los jerezanos residentes en Madrid insistiendo en que el potencial de la zona "aún está sin explotar ni aprovechar"

Un centenar de jerezanos residentes en Madrid o desplazados 'ex profeso' para la ocasión -como fue el caso de Juan Manuel Pardo y once amigos- rindieron ayer homenaje en la capita al empresario turístico hispanobelga Jan de Clerck, el cual fue presentado en tan señalado momento por el empresario Manuel Guerrero Pemán, presidente a su vez del consejo editorial del Diario de Jerez.

El acto, entrañable, tuvo lugar en la casa del hostelero Diego Gil, en el distrito de Chamartín, en la calle Suero de Quiñones para más señas, donde se levanta desde hace ya 25 años su restaurante 'La Quinta', un templo de la cocina jerezana y andaluza en pleno corazón de Madrid.

Manuel Guerrero Pemán pidió, de nuevo, la Medalla de Andalucía para el empresario

Manuel Guerrero Pemán, empresario y presidente del consejo editorial de Diario de Jerez, fue el encargado de glosar sus enormes logros, algo que hizo con simpatía e indudables dosis de humor y compañerismo.

Numerosísimos jerezanos se dieron cita en esta cita, desde Álvaro Domecq Romero a José Bohórquez, que el año pasado fue el encargado de recibir tan feliz homenaje. También acudieron grandes amigos de Jan de Clerck como son los casos de los militares Santiago Bolíbar (ex almirante de la flota) o Antonio Tocón, además de fieles de esta cita de noviembre-diciembre como son Alberto García de Luján cuyo padre, allá por 1973, fue uno de los encargados de poner en marcha un acto que, a medio camino entre la nostalgia por la distancia y las ganas de celebrar la Navidad a la usanza jerezana, se reunieron en un número no superior a veinte para, berza de por medio, compartir experiencias, anécdotas y añoranzas.

La berza de Diego Gil, a qué engañarnos, fue de las de primera. Sabrosa, olorosa, perfectamente 'trabada' en su salsa, Todo ello acompañado por unos aperitivos y unos postres realmente deliciosos que a muchos de los asistentes devolvieron a su patria chica por unas horas.

Una vez más -y van...- Michi Primo de Rivera ejerció tanto de presidente del colectivo 'Jerezanos de la Diáspora' como de maestro de ceremonias, labor que año tras año borda con simpatía y buen humor.

Jan de Clerk, hombre con mundo visto donde los haya, fue capaz de solicitar a los presentes que esta provincia y su aeropuerto pasen a denominarse 'Cádiz Dos Mares', un hecho que según confesó ante la concurrencia le sigue hechizando: la mezcla de mares, la pelea de los vientos y el contacto, casi total, entre dos inmensos continentes.

Recordó De Clerck la forma en la que surgió el amor entre su persona y la provincia. Fue en el transcurso de su luna de miel, en 1969, cuando decidió confiar en la provincia, en su potencial, e iniciar un proyecto empresarial que se cierra, por ahora, con los hoteles Jerez y Villa Jerez, Guadalcorte, Duque de Nájera y Costa de la Luz.

Reconoció en sus palabras que una vez establecido tras ese flechazo hizo "muy pronto amistad con Jerez y sus gentes". No en vano, buena parte de su grueso de amigos son jerezanos con los que comparte desde viajes a alegrías y penas. "Fueron los jerezanos los que me ayudaron a entender las costumbres de esta tierra", dijo. Jerez y el jerez están presentes tanto en su cabeza como en sus negocios. Así, proclamó orgulloso, que "en el Hotel Jerez se pueden encontrar todos los VORS disponibles en el mercado... algo de lo que debo reconocer me aprovecho", confesó ante la complicidad de los presentes. "Y es que me percaté de que el vino de Jerez en el Hotel Jerez ayudaba a crear un ambiente muy especial", señaló.

Su discurso también tuvo un punto crítico, sobre todo para los habitantes de esta maravillosa provincia: "No somos conscientes del potencial que tenemos", dijo, para añadir a continuación que "hay mucho que hacer pero muchos de nuestros atractivos no pueden ser juguetes en manos de los políticos", manifestó. "Soy positivo pues Jerez y la provincia tienen motivos suficientes para tener ilusión, pero repito que los recursos están infravalorados".

Fue entonces cuando recordó el ínfimo (por no decir nulo) legado que han dejado en la provincia proyectos desarrollados como Jerez 2002 o Mundo Vela: "Sólo quedan facturas sin pagar. Se gastó mucho, pero sin visión de futuro", criticó.

Retornó entonces su sueño, la provincia 'Cádiz Dos Mares'. "Es un privilegio que debemos aprovechar. Debemos lanzar esta idea a todo el mundo. No es tan complicado que se nos conozca como 'Cádiz Dos Mares' y que incluso el aeropuerto de Jerez sea 'de Jerez-Cádiz Dos Mares'. Todos saldríamos ganando".

Por su parte, Manuel Guerrero Pemán, en una simpática presentación, recorrió los orígenes de la Diáspora, recordando que los veinte años de presidencia de Manuel Fernández García-Figueras "se erigieron en el alma de la consolidación de este proyecto" de los 'Jerezanos de la Diáspora'. Tuvo palabras para el fundador Miguel García de Luján y, cómo no, para el homenajeado Jan de Clerck. De él dijo que sus logros se basan en una trilogía llamada "trabajo, constancia y esfuerzo". Ligó en su discurso desde sus gustos gastronómicos (esa mayonesa con langostinos) al hotel primigenio, el Playa de la Luz, que pasó de 80 a más de 230 habitaciones bajo su responsabilidad.

Recorrió con mano de seda sus vínculos familiares, desde su querida esposa Caroline a sus tres hijos, y no olvidó que "si el Hotel Jerez es hoy una realidad es porque él lo salvó cuando estaba a punto de desaparecer". En la enumeración de logros señaló que el hotel 'Duque de Nájera' se ha hecho un habitual de los 'oscars' que anualmente entrega el gran operador turístico europeo TUI.

Para terminar, recordó que a través de un artículo en Diario de Jerez pidió para él la 'Medalla de Oro' de Andalucía, una distinción sin duda merecida que por el momento no ha sido tenida en cuenta.

"Jan de Clerck se enamoró de la provincia en una luna de miel", vino a decir Manuel Guerrero Pemán. "Jamás una luna de miel dio para tanto", concluyó ante los aplausos de los asistentes.

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