Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Honores, títulos, privilegios y felicitaciones reales

  • El escudo de armas, olas azules en campo de plata, orladas de castillos y leones, se lo concedió a Jerez Alfonso X el Sabio; y los títulos de "muy noble y muy leal", Enrique IV. Lo de "Frontera" fue cosa de D. Juan I La reina Isabel II concedería al Ayuntamiento de Jerez el título de Excelentísimo, en 1860. FOTO ARCHIVO

Ahora que el Ayuntamiento está tratando de actualizar su reglamento de honores y distinciones para los jerezanos que se los merezcan, nos parece oportuno recordar también algunos de los honores y privilegios que nuestra ciudad tiene desde tiempos inmemoriales; así como aquellas felicitaciones reales que por sus servicios y hazañas la honraron a través de la historia.

Y lo primero que se nos viene a la mente es el escudo heráldico de Jerez, que a partir de la llegada de la democracia - como si el escudo hubiera sido herencia de la pasada dictadura -, fuera extraña y caprichosamente sustituido por un logotipo que lo moderniza y pretende actualizarlo, pero que nada nos dice de la historia de nuestro pueblo; ya que el verdadero escudo de la ciudad le fue dado a la misma por el rey Alfonso X el Sabio, en el año de gracia de 1255, confirmándolo posteriormente en el de 1264. El logotipo nos parece bien que se utilice en los documentos de carácter administrativo del Ayuntamiento, pero no en documentos y ocasiones de mayor importancia y solemnidad.

El verdadero escudo histórico de nuestra ciudad tiene cuatro castillos de oro, en campo rojo; cuatro leones rojos, en campo de plata y, en el centro, olas azules, en campo igualmente de plata. Ese es el verdadero escudo de Jerez y no el logotipo que lo ha suplantado en tiempos recientes.

Luego, hay que recordar los dos honrosos títulos de "muy noble y muy leal" que Jerez ostenta y que, entre otras mercedes, le fueran concedidos por el rey Enrique IV por real cédula de 6 de septiembre de 1465. El sobrenombre de "Frontera" - que alguien quiso quitar, en los últimos años del pasado siglo XX -, se lo concedió don Juan I, sucesor de don Enrique de Trastamara, quien fuera jurado como rey, en Jerez, en el año de 1379.

Una felicitación real de Isabel la Católica, enorgulleció a los jerezanos del siglo XV, cuando los Reyes Católicos visitaron la ciudad el 17 de octubre de 1477, alojándose en el Real Alcázar - al que, últimamente, no sabemos por qué se le viene apeando el tratamiento de real, cuando el mismo fuera alojamiento y proclamación de reyes - y al marchar para Utrera, tres días después, no siendo recibidos por dicha villa, los jerezanos acudieron en auxilio de los monarcas, tomando por asalto la misma, por lo que la reina felicitó a nuestra ciudad por medio de una expresiva carta, en la que encomiaba la lealtad y glorioso proceder de los jerezanos. No siendo esta la única vez que Jerez era felicitada por dichas majestades, ya que también lo fueron por haber participado eficaz y valientemente en las conquistas de Ronda, en 1485; en la de Málaga, en 1487; y en la toma de Granada, en 1492.

Por tan destacados servicios a la Corona Jerez sería recompensado con la ampliación de su término y por privilegio de 8 de octubre de 1488 los Reyes Católicos le otorgaron el dominio sobre la villa de Puerto Real, fundada en 1483 con primeros pobladores jerezanos, quedando subordinada a la jurisdicción de esta ciudad. Estándolo todavía en 1623, según cédula de Felipe IV. Documentos todos ellos que obran en los cajones reservados del Archivo Municipal. Aunque parece ser que Jerez, según el historiador Miguel de Bustamante y Pina "vio vejados gran parte de sus privilegios, durante el reinado los monarcas de la dinastía austriaca, mas no por ello desmintió su acrisolada lealtad, ni economizó la sangre de sus hijos, cada vez que su auxilio era demandado; como probó concurriendo con sus tropas al cerco de Toledo, y con sus soldados y sus naves - Jerez tuvo flota de guerra, anclada en Puerto Real, de la que hablaremos otro día - a otras empresas; entre las que se cuenta la célebre batalla de Lepanto y la formación de la Armada Invencible".

El rey Felipe V alivió a nuestra ciudad de las cargas y gabelas que sufría, tras solicitarlo ésta en 1715. Y por real decreto de 20 de junio de 1860 el Ayuntamiento sería honrado por la reina Isabel II con el tratamiento de Excelentísimo - no así, al parecer, la Alcaldía, aunque en esto hubo siempre su poco de polémica, ya que se decía que sólo podían ser Excelentísimos, los alcaldes que, a título personal, y por sus propios méritos, ostentaran tal distinción -; honor éste que se consiguió gracias al empeño y a las buenas gestiones llevadas a cabo, en Madrid, por el jerezano diputado a Cortes, don Francisco Pérez de Grandallana y por el teniente de alcalde don Gregorio Gimenez de Cisneros. Lo que sí tienen derecho a gozar todos los miembros de la Corporación jerezana es del título personal de "Señoría", objeto igualmente de un viejo privilegio real.

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