Jerez

Pacheco: "Este souflé se viene abajo"

  • El ex alcalde asegura que la permuta de los huertos de ocio por el edificio de Palomino y Vergara gozó de transparencia y legalidad

Primera sesión del juicio por el caso 'Huertos de Ocio'

“Esto es un souflé que se viene abajo”, dijo ayer Pacheco en la Sección Octava de la Audiencia Provincial. Pedro Pacheco abrió con su declaración, el juicio por el caso ‘Huertos de Ocio’ en el que se encuentra acusado junto al ex gerente de la GMU Luis Cruz y dos técnicos municipales. El que fuera primer edil de Jerez dijo que la permuta del terreno de los huertos de ocio por el edificio de Palomino y Vergara gozó de “total transparencia. Si no hubiera sido así no la habría firmado nunca. Yo hubiera firmando hoy de nuevo ese convenio”. El edificio en cuestión, que en tiempos fue el escritorio de Palomino y Vergara, contó incluso con la condición de edificio singular aunque hoy en día esté totalmente desmantelado. Pacheco, autor de grandes frases, dejó a este respecto otra: “Desapareció Pacheco y se paró la ciudad”.

En su declaración, que fue especialmente amplia ante el fiscal Rafael Payá, tuvo varios mensajes que repitió hasta la saciedad: de un lado que no hubo concurso ni subasta porque no estábamos obligados, que se hacía por venta directa, así como que la intención del Ayuntamiento “era revitalizar la zona (de la calle Medina), que se estaba degradando”, para lo que puso como ejemplos dos actuaciones en edificios cercanos: la estación de autobuses y las antiguas bodegas Díez Mérito. Esa fue la razón por la que el Ayuntamiento quería ese edificio para dotarle de contenido municipal, entre los posibles una ‘incubadora’ de empresas.

El ex alcalde dijo también que los arrendatarios de los huertos de ocio sabían desde hacía meses que cuando el Ayuntamiento de Jerez requiriese los terrenos los deberían abandonar y añadió que la inmensa mayoría lo entendió pero un pequeño grupo no. En este caso “no hubo problemas hasta que surgió una acusación particular”. Las diferencias existentes son evidentes ya que lo primero que señaló al presidente del tribunal, el magistrado Ignacio Bermúdez, es que respondería a las preguntas de todas las partes, ministerio público incluido, pero que no lo haría con la acusación particular que ejercen los arrendatarios a través del abogado granadino Francisco Pérez Vera.

Muy seguro de sí mismo, contundente y directo, Pacheco fue respondiendo a las preguntas de la Fiscalía. Hubo un momento especialmente delicado cuando se habló de que el valor de los terrenos es superior al del edificio. Las cifras no cuadran. Posteriormente el abogado de Pacheco, Manuel Hortas, dejó claro que en el sumario, en un ‘rinconcito’, hay un lugar en el que se señala que la empresa Xera (con la que se llevó a cabo la permuta) recibió además de los terrenos unos cheques por valor de más de 200.000 euros, con lo que las cuentas ya comienzan a cuadrar. Hasta el momento en que intervino Hortas las cuentas eran las siguientes: la finca costaba 610.027 euros y el edificio 481.081. Después ya no era así.

Un hecho innegable es que cuando se juzgan hechos que acontecieron hace catorce años (y en los que hay acciones que se acometieron hace 15 o más) no se puede ser especialmente preciso con los detalles. Preguntas como si Pacheco comentó el asunto con su gerente de por entonces se solucionaron con un “imagino que sí, ya fuera tomando café o subiendo las escaleras”. Las tasaciones, que serán uno de los platos fuertes del juicio, “eran realizadas por los departamentos de la GMU”, con cuyo número se equivocó Pacheco al señalar en principio que eran “siete, ocho o nueve áreas” y demostrarse posteriormente que en realidad eran 10 áreas y 16 departamentos. El tiempo, ya se sabe, es el olvido. Otra frase de las de Pacheco: “Había quienes decían que no era el área de Urbanismo sino la hectárea de Urbanismo”, en referencia a sus grandes dimensiones.

El ex regidor, gran conocedor de las gestiones administrativas que se llevan a cabo en un ayuntamiento, destacó al tribunal que la firma del convenio de la permuta no se hizo en solitario, sino seguramente acompañada de 30 ó 40 escrituras y media docena de otros convenios. “Firmaba sin leerlos. Si me hubiese tenido que leer todo lo que me ponían por delante hubiera tenido que dejarlo todo”. Además, añadió que “todo venía con el visto bueno del secretario de la Gerencia. No era algo anómalo ya que el secretario de la Gerencia, en tal caso, no me lo habría puesto por delante”. “Yo hacía política -señaló airado- no tareas administrativas. ¡Yo no soy Dios! Era político, parlamentario... Y como político, el edificio de Palomino y Vergara era de vital importancia”, destacó. “Hoy en día ni sé qué es lo que queda de él”.Cabe destacar que Jesús Salido, abogado de Luis Cruz, insistió especialmente en que Pacheco explicase por qué razones propuso a Luis Cruz como gerente de la GMU. De él dijo que hasta entonces estaba en Ajemsa y recordando lo de la “hectárea de Urbanismo” añadió que la labor de Luis Cruz era la de ser un “movilizador” de los numerosos departamentos. Igualmente reconoció que no tenía conocimientos jurídicos ni de Urbanismo, pero destacó que era “un hombre de empresa”.

En este juicio el ministerio fiscal pide una condena de cinco años de prisión por un presunto fraude en la permuta que en 2003 gestionó Pacheco del denominado Huerto de San Álvaro, trece hectáreas municipales que el Ayuntamiento tenía cedidas a diversos particulares para los referidos huertos de ocio.

Tras Pacheco declaró Fernando Núñez, un abogado municipal actualmente en el área de Patrimonio que cuando ocurrieron los hechos apenas había terminado la carrera y las prácticas. Tenía por entonces 24 años y durante los últimos catorce años la espada de Damocles ha estado sobre él, en una situación cuanto menos harto irregular. Ya se sabe que la Justicia lenta no es Justicia. Fue interrogado por el fiscal y no respondió a las preguntas de la acusación particular. De hecho el abogado Pérez Vera apenas habló ayer en las casi cuatro horas que duró la vista. La labor del joven abogado consistió en analizar los recursos de los destinatarios de la resolución. Dijo que su trabajo se lo encargó su tutor durante las prácticas y que no lo vio especialmente complicado aunque en principio fuera contratado para asuntos relacionados con el casco antiguo de la ciudad.

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