Una pieza decisiva para Jerez 2002
La Infanta Doña Pilar de Borbón abanderó desde el primer momento la candidatura de la ciudad como sede de los Juegos Ecuestres Mundiales
Su mandato al frente de la Federación Internacional estuvo plagado de éxitos
La figura de la Infanta Pilar de Borbón estuvo estrechamente vinculada a Jerez a través del mundo del caballo. De hecho, su respaldo resultó fundamental para que la candidatura de la ciudad como sede de los Juegos Ecuestres Mundiales en 2002 fuese una realidad.
Fue ella quien aquel 15 dee abril de 1997 anunció en San Juan de Puerto Rico que Jerez había ganado la batalla a Roma para ser sede oficial de los cuartos juegos equinos que se celebrarían en 2002. “No os podéis imaginar la alegría que tengo. Mil enhorabuenas a Jerez y a toda su gente”, declaró instantes después de conocerse la decisión de la asamblea de la Federación Ecuestre Internacional.
A partir de entonces, Doña Pilar de Borbón, que presidió dicha Federación desde 1994 hasta 2005, fue un pilar básico en la puesta en marcha de toda la infraestructura que aglutinarían dichos juegos, y que sirvieron para cambiar la fisonomía de parte de Jerez.
Sus visitas a la ciudad resultaron constantes durante los primeros años del 2000, sobre todo para supervisar el desarrollo de las obras. Incluso en 2001 llegó a celebrar en la ciudad la reunión anual del bureau de la Federación Ecuestre Internacional.
No obstante, en más de una ocasión se presentó en Jerez sin avisar para departir con Pedro Pacheco y Antonio Ortiz, director del comité organizador de los juegos. El propio Antonio Ortiz Rufino reconocía ayer a este medio que “Doña Pilar hizo todo lo que estuvo en su mano y más para que Jerez fuese sede, nos apoyó al cien por cien”.
El entonces responsable del comité organizador guarda “un gran recuerdo de ella, porque fue siempre una persona muy cercana y cuyo papel resultó fundamental para que Jerez superase a ciudades como Roma o París”.
De hecho, Doña Pilar, según recuerda Antonio Ortiz, “fue la artífice de que en la ceremonia inaugural estuviese presente el presidente del Comité Olímpico español”.
La Infanta apostó y creyó siempre en Jerez y en más de una ocasión, cuando cualquier duda aparecía en el horizonte, fue tajante en sus declaraciones. “Jerez tiene experiencia de sobra en organizar eventos”.
Durante la celebración de los mismos, desde aquella inauguración el 10 de septiembre de 2002, la Infanta siguió de cerca su desarrollo, por un lado en calidad de presidenta de la FEI, pero también como principal apoyo a los deportistas españoles. Este hecho lo recuerda Ignacio Rambla quien ayer al conocer la noticia mostraba su tristeza. “Para nosotros, tanto para mí como para Rafael, fue una persona importante, casi como una madre. Estuvo siempre a nuestro lado, en las malas y en las buenas, pero me quedo con su apoyo en Atlanta y con el triunfo en Jerez, donde demostramos, como ella defendía, el poderío del caballo español en la competición”.
Después de los Juegos siguió asistiendo con asiduidad a Jerez, en una de ellas para arropar a Rafael Soto cuando recibió el Caballo de oro en 2003. También el jinete tiene un “gran recuerdo de Doña Pilar”. Para Rafael Soto, “fue una gran señora, muy accesible y con un temple y una personalidad abrumadora”.
El jerezano ensalzaba ayer “su labor al frente de la FEI, consiguió muchos logros y respaldó desde el primer momento al equipo español de Doma, de hecho bajo su mandato no sólo se consiguieron medallas en Jerez, sino en el Europeo celebrado al año siguiente y sobre todo aquella medalla olímpica en Atlanta, tanto a nivel individual como por equipos. Con los buenos caballos y jinetes que hay hoy en día, no se han vuelto a repetir logros”.
El Ayuntamiento de la ciudad, a través de sus redes sociales, mostró ayer sus condolencias por el fallecimiento de la Infanta Doña Pilar.
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