Inversores europeos negocian la patente de un invento ecuestre nacido en la provincia
La Cuadra Modular Transportable ideada por José María Vega la pelean fabricantes ingleses, franceses, belgas y holandeses



El estudio llamado 'Análisis de apropiación del conocimiento científico' que impulsó en 2013 el Ministerio de Economía reveló que cuatro de cada diez ideas alumbradas en España se rentabilizan en otros países del mundo. Tres años después la fuga de patentes nacionales sigue siendo un hecho. En San José del Valle acaba de salir del horno un invento que acabará fabricado fuera porque en España no encontró padrino que lo desarrolle y distribuya en serie. "Yo no soy inventor, soy arquitecto. Esto surgió solo, por mi afición a los caballos. Lo patenté y ahora estoy en negociaciones con empresas francesas, inglesas, holandesas y belgas que lo quieren fabricar". El arquitecto se llama José María Vega y es el autor de la patente Cuadra Modular Transportable Vegabox, un contenedor 'coche cama' para caballos que se rifa Europa.
Todo empezó así. 'Dali', 'Arquitecto', 'Habanero' e 'Ibérico' son cuatro caballos de rejoneo que frecuentemente viajan a Tarancón para hacer posible el rejoneo entre amigos que practica Vega. Cada viernes señalado, la operativa era la misma que repiten los miles de caballos de competición y ocio en sus desplazamientos: salir del box de casa, subir la rampa del camión, viajar en el estrecho cajón del remolque convencional, bajar la rampa del camión y entrar en un box desconocido donde dormir temporalmente. Un tute que agota al jinete y estresa al animal. "Me puse a pensar y acabé diseñando un módulo que pudiera cargar y descargar del camión. Cuando está cargado se adapta el interior como cajón de transporte con separadores y cuando está descargado, como boxes y guadarnés. Ahora, al llegar a Cuenca, descargo el módulo y lo convierto en cuadra, así no tengo que depender de la disponibilidad de boxes del centro ecuestre al que voy a torear".
La novedad no dejó a nadie indiferente en su entorno ecuestre y lo que en un principio sonó sarcástico acabó por ser otra idea genial. "¿Y por qué no la patentas?". "¿Y por qué no?, me dije". Patentar es aparentemente sencillo. El Ministerio de Industria a través de su página web es explícito. Hay que presentar una solicitud de patentes, describir el invento, resumirlo, pagar una tasa y esperar un año y medio la publicación en las bases de datos mundiales de un documento que acredita que el invento es tuyo. "En dos meses me comunicaron que no había ningún proyecto así patentado en el mundo". En el resumen y la descripción de Vegabox, el autor reflejó los siguientes argumentos: "La Cuadra Modular Transportable unifica en un mismo volumen el transporte y la estancia del caballo, innovando el sistema actual y ofreciendo prácticas alternativas y sostenibles. El sistema constructivo se caracteriza por las elevadas prestaciones energéticas y ha sido diseñado y ejecutado rigurosamente dando como resultado un volumen cúbico autoportante e independiente de la carrocería del vehículo, de diferentes dimensiones y siempre adaptado a la multitud de entornos y circunstancias por su carácter polivalente". Y como conclusión, que "el caballo no se encuentra en lugar extraño porque el mismo módulo que lo transporta se transforma en cuadra en el lugar de destino, de manera que el módulo siempre tiene utilidad".
Precisamente la versatilidad del vagón es lo que movió a inversores extranjeros a localizar al vecino gaditano, que ahora negocia a varias bandas con interesados de Holanda, Bélgica, Inglaterra y Francia la venta de la patente.
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