Jerez

Jerez, una almohada de plumas

  • La escritora María Dueñas, Atresmedia y Planeta acuerdan el rodaje de la novela 'La Templanza', una adaptación que llegará a la ciudad "Estoy ilusionada", dice la autora

Treinta mil duros de una parte. Y tres propiedades en el muy ilustre municipio español de Jerez de la Frontera, de la otra. Una casona, una bodega y una viña. Por delante, una partida de billar francés que marcó la vida de Mauro Larrea. Después, cien carambolas "y que gane el mejor". Y ganó él. El indiano. La voz, la historia, el alma de 'La Templanza'. Las páginas escritas por María Dueñas que traslada al lector a México, a La Habana y a Jerez, una novela (otra novela) que será adaptada para la pequeña pantalla tras el acuerdo al que han llegado Atresmedia, la autora y la editorial Planeta para poner en marcha una serie televisiva.

Plaza de los Escribanos, calle Tornería, Lancería, Larga. Una bodega de la calle Muro, los tabancos de Corredera y Doña Blanca. Los bailes en los salones de El Alcázar. Las viñas de tierra blanca albariza y el Casino Jerezano de ilustres apellidos. Mauro llega a Jerez en 1860 por el azar, por el juego, por recuperar lo perdido. Al recorrer la calle Larga apenas prestó atención al pulso sosegado y próspero de la vida local. Confiterías, sastrerías, barberos, boticas, grandes fachadas de casas señoriales, zapaterías y naranjos. Pero Mauro no se percató del olor del azahar. Se percató de un olor sostenido que sobrevolaba los tejados y se enredaba entre las rejas.Algo que no era ni humano ni animal.

Ni del maíz tostado de México ni los aires de la mar de La Habana. ¿A qué huele, don Senén? -A vino, señor Larrea. A mosto, a bodega, a soleras, a botas. Jerez siempre huele así.

¡Qué olor! ¡Qué sensación la de sentirse abrumado por la vida que nace entre la madera de roble! Ese perfume que ya se ha perdido, pero que en la obra de la escritora puertollanera casi que se huele. Se siente. Le transporta. Y casi se saborea al igual que el potaje de habichuelas con castañas, los garbanzos con langostinos y el lomo de gorrino en salsa, como si se estuviera en el tabanco en el que come por primera vez Larrea con el notario.

Dueñas relata una época en la que el negocio vinatero se encontraba en un momento inmejorable, un Jerez clásico y bodeguero. De señoritas de las finas finas y de calesas por los adoquines. Y todo ello deberá estar en la grabación de 'La Templanza'. "Por supuesto que me imagino las cámaras en esta ciudad. Jerez cuenta con un magnífico legado arquitectónico, una estructura urbana y un riquísimo patrimonio que se ajusta perfectamente a ese universo de mitad del XIX que se refleja en 'La Templanza' y que intentará incorporar la serie también", declara Dueñas.

La adaptación a la televisión de las aventuras y desventuras de Mauro Larrea, que desde su publicación el pasado mes de marzo se ha convertido en la novela más vendida del año, se produce tras el éxito de la serie 'El tiempo entre costuras', que fue adaptada de la novela homónima de la misma autora. Aunque entre una y otra, Dueñas también sacó horas y horas para escribir 'Misión Olvido', que no se olvide...

"Estoy contenta, satisfecha e ilusionada. Será una producción ambiciosa que recorrerá los escenarios originales de la novela y confiamos en que tenga una excelente calidad y una gran sintonía con la novela, como ya ocurrió con 'El tiempo entre costuras'. Adelanto, no obstante, que aún estamos en la fase inicial del proyecto, por lo que su grabación se demorará todavía un tiempo", señala la novelista, quien ya ha estado en Jerez en varias ocasiones con motivo de la presentación de 'La Templanza'.

La autora reconoce que ya le tiene un especial cariño a la plaza de la Asunción -o de los Escribanos, como aparece en la novela- porque en este céntrico enclave se ha situado "figuradamente la residencia de Soledad Montalvo y es el trasfondo de múltiples escenas". Ni la plaza junto al Cabildo Viejo, ni puede faltar en la cinta una bodega, "por supuesto". "El alma de la novela está vinculada a ellas, nunca podrían faltar", remarca Dueñas.

Fue precisamente en esta ciudad donde se presentó la novela por primera vez, el pasado 16 de marzo. Aquel día confesó que de Jerez le atraía mucho el mundo del vino, "me parece muy seductor. Era apasionante lo que era Jerez, su vinculación con los ingleses, esa emergencia de la figura del bodeguero clásico implicado en todos los procesos... El tránsito, el ir y venir con Inglaterra, por ahí arranca la novela".

En un salón abarrotado de los Museos de la Atalaya, Dueñas habló a un público ya entregado antes de zambullirse entre sus páginas. Emoción por leer el que ya auguraban un éxito de la escritora y por cómo había descrito unas calles que ya han perdido esas barberías, confiterías, sastrerías, y que daban tanto nombre a una ciudad que no ha sabido mantener esos aires de grandeza. Será por ello, por haber perdido ese olor a vino por las calles que enloqueció a Mauro, por lo que la ciudad ya espera con impaciencia la grabación de 'La Templanza'.

Hace unas semanas que María Dueñas volvió de México, donde ha estado promocionando su libro. Allí, reconoció que será una coproducción "ambiciosa" y "de largo aliento". El proceso de escritura le llevó casi dos años con Jerez y el jerez siempre muy cerquita. Visitó la ciudad casi diez veces antes de la publicación, algunas de forma anónima y otras ya 'dando la cara' con entrevistas. "Luego he trabajado mucho en casa. He conseguido material interesantísimo de aquella época, mucho escrito en inglés porque los ingleses en su día publicaron mucho sobre Sherry. Es apasionante construir esos mundos de ciudades que te han marcado en el presente y explorar su pasado hasta conseguir la esencia necesaria para reconstruirlas", dijo durante su presentación.

Con 'La Templanza', Jerez volverá a ser el tablao de las cámaras. La última ha sido la ya más que premiada película 'Techo y comida', película del jerezano Juan Miguel del Castillo, que ha logrado, entre otros galardones, tres nominaciones a los Goya y otros dos para la tercera edición de los Premios Feroz, a la de Mejor película dramática, y la de Mejor actriz protagonista, al que opta la actriz Natalia de Molina.

Hasta cuarenta producciones se han rodado por las calles de Jerez, siendo la primera vez en 1918 con Rafael Salvador, quien trajo 'La España trágica', una adaptación de la novela 'Sangre y arena', de Vicente Blasco. 'Canelita en rama', 'El duende de Jerez', 'En Andalucía nació el amor' y hasta Orson Welles decidió que Jerez era un bonito escenario para su inacabada película 'Don Quijote'. Ya más cercanas, Bigas Lunas se paseó con su 'Volaverunt', Imanol Uribe resucitó el Cine Jerezano con 'Miel de Naranjas' y el jerezano del Castillo destripó la pobreza de quien se queda sin techo y sin comida.

536 páginas de minas de plata, de hogares perdidos y otros encontrados. De tristeza, rabia y amor. De olor a vino y Escribanos. Comparado con las ciudades de la que venía, aquel Jerez era como una almohada de plumas.

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