“En Jerez no se ha roto la cadena de la guitarra desde Javier Molina”

Roberto Sabater | Ganador del II Premio Investigación Ciudad de Jerez

El investigador alicantino se ha alzado con esta edición con el trabajo ‘Maestro Balao, el eslabón olvidado’, sobre la figura del guitarrista jerezano

Roberto Sabater, junto al maestro José Luis Balao
Roberto Sabater, junto al maestro José Luis Balao / Vanesa Lobo
Fran Pereira

18 de noviembre 2018 - 05:00

Jerez/El pasado lunes, el jurado de la II edición del Premio de Investigación Flamenca Ciudad de Jerez, que patrocina Williams&Humbert, decidió otorgar por unanimidad el premio de este 2019 al alicantino Roberto Sabater Boix por su trabajo ‘El maestro Balao, el eslabón olvidado’, que ahonda en la figura y aportaciones del guitarrista jerezano José Luis Balao.

Resulta especialmente curioso que tenga que ser un músico nacido en Alicante quien se haya atrevido a profundizar en la aportación del maestro Balao. “Es algo que me ha dicho mucha gente, pero no tengo explicación, las cosas han venido así, y estoy contento por el resultado, lo importante es que la gente conociese la aportación del maestro, ya no sólo como docente, sino también como creador y compositor”, explica.

Roberto, profesor de conservatorio e investigador, relata que la primera noticia que tuvo sobre Balao fue “durante mi primer año como docente en el Conservatorio aquí en Jerez. Había accedido a una plaza de interinidad, en principio para unos meses, pero luego estuve todo el curso. Estando un día en el Tabanco El Guitarrón, José y Mireia, me presentaron a una persona. ‘Éste es el maestro Balao’. Yo ya sabía más o menos quién era pero reconozco que cuando conocí al personaje, me impresionó”.

Sin embargo, no se dio cuenta de la “dimensión de Balao”, tal y como lo califica Roberto, hasta que “visité un día su academia. Comprobé todas las obras que tenía y a toda la gente a la que había influido, y sin embargo, era una persona un tanto olvidada. De ahí viene el título del trabajo, ‘El maestro Balao, el eslabón olvidado’”.

Para elaborar la obra, el autor ha trabajado “durante más de un año y medio”, asegura, “porque para mí uno de los retos eran las transcripciones. Él escribe de una manera básica muchas partituras, otras las completa un poco más y otras, te las tiene que decir él para que te muestre el ritmo. Él sabe leer música, pero de manera básica”.

“Yo lo que quería-continúa- era dar una partitura de Balao a un guitarrista clásico de Estados Unidos, por poner un ejemplo, y que éste lo supera leer. Ese ha sido el trabajo más duro, porque para dar valor a una cosa hay que ser serio, otorgándole un rigor científico. Ha sido un análisis profundo de cuatro obras en total, aunque ahora espero seguir haciendo alguna más”, añade.

Sabater reconoce que ha sido también complicado “seleccionar qué obra hacía porque el maestro tiene infinidad de composiciones. He elegido algunas por su calidad musical y otras con las que algunos discípulos han ganado concursos de guitarra nacionales”.

“De Balao hay cosas que mucha gente escucha y le suena, pero que no saben que es de él”, destaca el ganador del concurso, que con su trabajo pretende también“que sus obras estén registradas en la SGAE y pueda sacar algo de dinero”.

Otro de los campos en los que ha querido centrarse es en el aspecto“metodológico, por aquello de que yo soy docente”. En este sentido, Roberto Sabater admite que “cuando he hablado con alguno de sus alumnos Patino, Alfredo, Bolita, JuanDiego..., siempre comentaban que Balao les ponía otro tipo de música. Ese dato me parece curioso porque es una manera muy amplia de enriquecer al alumno, y lo ha conseguido porque si escuchamos a todos esos guitarristas, cada uno tiene su propia personalidad tocando. Eso no es casualidad. Me pareció interesante la metodología, cómo enseña, si conocía nociones de música, si no música...”.

Lo que más le ha llamado la atención después de muchas horas de elaboración es que “la cadena directa de la guitarra de Jerez no se ha roto desde Javier Molina. Date cuenta que Javier enseñó a Balao, y éste junto a Rafael del Águila han tenido muchísimos discípulos. Es algo que está vivo”.

“Del maestro Balao, -prosigue Roberto-, hay una parte muy reconocida, la de docente, pero la de compositor apenas la conoce nadie. Y Balao es un creador riquísimo. No hay que olvidar que hasta el propio Paco de Lucía se sorprende en los años 70 cuando conoce a Balao y le pone eso de ‘El científico de la guitarra’, por lo que rebuscaba. Al maesto le sale la música de una forma muy natural y en sus composiciones se ven influencias de muchas músicas. Además, conforme ha ido madurando, sus creaciones son mejores, son superoriginales, con scordaturas (cambio de afinación en una o varias cuerdas) nunca vistas, en definitiva, muy personal que es lo que hoy día distingue a los buenos guitarristas”.

En cuanto al premio, el ganador no oculta su sorpresa “porque en este tipo de concursos el nivel siempre es alto”. No obstante, reconoce que “cuando me llamó Suárez Japón para darme la noticia, me alegré sobre todo por el maestro”.

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