"Jerez es ejemplo de integración, desde que llegué es mi casa"
Este martes la Casa de Extremadura, que preside José Antonio Rico, celebra el día de su autonomía Llevan desde 1982 divulgando su cultura con carácter aperturista
En 1977, un joven profesor extremeño con dos hijos aterriza en el Sur, en San José del Valle, de donde pasa al poco tiempo a Jerez. Casi cuarenta años más tarde, José Antonio Rico mantiene parte de su acento cacereño - "y todavía se me escapa alguna palabra acabada en -ino, como hablamos allí"- . Las paredes de la Casa de Extremadura revelan la cordialidad con la que han bailado dos tradiciones, la del tímido sur mesetario extremeño y la del carácter visceral y flamenco de la Baja Andalucía. Un cuadro del pintor jerezano Jologa deslumbra en la sede de la Casa, que Rico lleva presidiendo tres décadas. La composición alegoriza ese encuentro, con una virgen de Guadalupe, una gorra de Montehermoso (del traje folclórico) y estampas propias del jerez tradicional. "Nos lo regaló al poco de constituirnos, a mediados de los ochenta. Me costó una borrachera con él", cuenta entre risas. Como oro en paño guarda en sus paredes el himno extremeño manuscrito y dedicado por el propio autor de la letra.
¿Es eso contradictorio con haber montado una asociación de referencia autonómica? "Para nada, la Casa de Extremadura siempre ha estado abierta a todo el mundo, sean extremeños o no. Aquí viene gente de Jerez que sólo quiere conocer nuestra cultura". Los comienzos fueron relativamente complicados. "Abrimos en 1982. Acudíamos una treintena de personas. Vamos, cuatro gatos pagando cuotas y acudiendo a los eventos. Hoy somos 350 socios, y a eso súmale los hijos de aquellos matrimonios que llegamos a Jerez, que también se involucran algunas veces". La enorme mayoría, profesores, como José Antonio. "Nuestra sede estuvo muchos años en Las Torres, en la plaza del Cabeceo, porque éramos del que se conoce como el bloque de los maestros". La raigambre de la Casa de Extremadura es indudable. Estos años han tratado de promocionar el flamenco con actuaciones de jóvenes, han tratado de dar a conocer su gastronomía (la sede alberga también un restaurante), organizan hasta una matanza didáctica en la que intentan salvaguardar los ritos propios de la muerte del cerdo, entre otros eventos todo el año. Y su caseta no falta a una feria desde los 80.
Rico fue dos décadas director del colegio Andalucía, hoy SAFA, en San Benito. La jubilación le llegó hace tres años. No se ha planteado volver a Extremadura. "La tierra me tira, pero es que me siento muy bien en Jerez. La vida la tengo hecha. Yo y la mayoría, porque nos integramos muy bien, Jerez es modelo de integración. Además, por carretera está a la mitad de tiempo de lo que se tardaba antiguamente".
En 1340 se produjo en la zona la conocida como batalla del Salado, por el nombre del arroyo junto al que se produjo el envite entre las tropas cristianas, comandadas por el rey Alfonso XI, y los benimerines, un pueblo norteafricano que trató en una incursión hacia la península de recuperar los terrenos perdidos por los musulmanes, cuyo dominio había decaído. Tras la victoria castellana, Alfonso XI lo celebró regalando a la ciudad de Jerez una imagen de la Virgen de Guadalupe, que engalana desde entonces las paredes del templo de San Lucas. Es por ello que la cofradía del Cristo de las Tres Caídas nombrará a la Casa de Extremadura hermana honorífica este martes día 8, que se celebra el día de la comunidad. "La Virgen que tienen ellos no es morena como la nuestra, pero como el Día de Extremadura es el día de Guadalupe, celebraremos allí una misa y recibiremos la distinción. Estamos muy felices". Aparte de esto, la Casa prepara actos durante toda la jornada. "Lo celebramos caiga en domingo o en martes. Es nuestro día". Es el último ejemplo del arraigo de una casa tan jerezana como extremeña.
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