Jerez

Jerez exporta su talento más novel

  • La bailaora Salomé Ramírez y el guitarrista Fernando del Morao ponen rumbo a Estados Unidos para trabajar durante 34 días con la Compañía del gaditano Eduardo Guerrero

Con cara de agotamiento pero encantados e ilusionados ante el gran reto profesional que se avecina, Salomé Ramírez y Fernando del Morao afrontarán durante todo el mes de octubre una gira con la compañía de Eduardo Guerrero por Estados Unidos.

Serán 34 fechas por diferentes estados y ciudades norteamericanos, que van desde Carolina del Norte a Carolina del Sur pasando por Massachussets, Nueva York, Pennsylvania, Virginia, Illinois, Connecticut, Wisconsin, Indiana, Ohio, Missouri, Louisiana, Texas, Nuevo México, Delaware, Nueva Jersey, Oklahoma y Arizona. Todo para exponer sobre el escenario 'Gaditanía', el nuevo espectáculo del bailaor gaditano con el que llevan trabajando desde hace meses.

Somos anárquicos, y meterse dentro de la disciplina de una compañía, te cuesta" Para mí esto es otro concepto, la guitarra es diferente hasta en la manera de pulsar"

Para la bailaora Salomé Ramírez, salir del país "no es nuevo", apunta, no en vano lleva "cuatro años seguidos yendo por menos dos veces a Japón". A sus 28 años, la joven jerezana sabe que estar ahí, junto a las once personas que conforman el elenco de 'Gaditanía', es "un reconocimiento y una oportunidad para seguir aprendiendo".

Licenciada en Trabajo Social, baila desde los cuatro años y tras pasar por infinitos escenarios, desde tablaos a festivales, Salomé asume con entusiasmo el reto, sobre todo porque "me está sirviendo para crecer profesionalmente. Date cuenta que yo soy una bailaora muy tradicional, y he trabajado mayoritariamente en los tablaos, y ahora, someterse a la disciplina de una compañía es algo nuevo", cuenta.

"Lo que más me llama la atención es ir dentro del cuerpo de baile, eso es una cadena y no puedes fallar. Está claro que el baile en sí tiene disciplina, pero cuando vas con una compañía más", añade.

Salomé cuenta orgullosa la llamada de Eduardo Guerrero hace unos meses. "Yo le conocía porque era alumno de La Chiqui desde hace años, y un día me llamó su manager para proponérmelo. Imagínate, encantada".

Para ambos "es un reconocimiento, te das cuenta que tu trabajo no pasa desapercibido y eso te llena de orgullo", recalcan. No obstante, también supone "una oportunidad, porque Eduardo Guerrero tiene una trayectoria y quién sabe. A mí personalmente-destaca Salomé-me está dando oportunidades para abrir otros campos porque en cuanto venga de Estados Unidos me voy a Japón pero luego voy con él al Corral de la Morería".

Para el otro jerezano, Fernando del Morao, la gira supone "un paso más en mi carrera". Al joven guitarrista, nieto de Juan Morao, le hemos visto crecer artísticamente, primero como componente de aquel grupo de niños 'Soniquete' con Manuel de la Nina o La Junquerita, entre otros, y posteriormente, asumiendo el rol de tocaor de acompañamiento con diversos artistas y grabando hace dos años el disco 'Pasaje en el tiempo' junto a Rafael del Zambo, Enrique Remache y el propio Manuel de la Nina.

"Me llamó Juan José Alba (guitarrista), me preguntó si me apetecía, y ni me lo pensé. Eduardo es un bailaor de moda, e ir con él ahora es como si hace veinte años te llamasen para ir con Joaquín Cortés, por poner un ejemplo", asegura. En estos duros meses de ensayo, Fernando reconoce que "esto es otro concepto, hay más musicalidad, es otra forma de tocar, pero se aprende muchísimo. Yo por ejemplo, nunca había tocado por guajira ni por farrucas, con esto te lo digo to".

"Yo toco como toco, soniquete, aire, y las cuatro falsetas de Parrilla, de Morao, pero esto es otro concepto, es diferente la manera de tocar, de pulsar...".

Fernando Romero, apodado del Morao, sabe bien de dónde viene. Abandera una forma de tocar muy personal "que va desde mi abuelo Juan Morao, a Manuel Morao y por supuesto a mi tío Moraíto, que para mí es mi estrella". No por ello esconde "la responsabilidad que tengo porque formo parte de una estirpe".

Salomé Ramírez se define como una bailaora "flamenca" y no oculta que sus espejos son artistas como "Farruquito o Manuela Carrasco, aunque también me gusta Manuel Liñán y Marco Flores, que son distintos".

"Nosotros somos artistas anárquicos", prosigue el guitarrista. "Tablaeros diría yo", interrumpe Salomé, por eso "esto es un reto para los dos. Esto es flamenco, pero es más moderno, lleva su iluminación, su cuerpo de baile, sus posiciones, va todo cuadrado...".

En todo este proceso sobresale la figura de Eduardo Guerrero, un líder que según Fernando del Morao "es exigente pero con calma, es decir, trabaja contigo hasta que sale". "Nos ha dado total libertad para seguir trabajando por nuestro lado, porque al fin y al cabo sabe que somos gente que estamos en activo", insiste Salomé.

Dentro del mundillo flamenco resulta especialmente complicado, sobre todo para los jóvenes, abrirse camino. Es algo en lo que los dos coinciden "porque no dan oportunidades", dice Fernando. "Es que le faltan tablas. ¿Y dónde vamos por las tablas a Mercamueble? (risas). Para tener tablas, tienes que tener un rodaje, pero es difícil que te lo den".

"Toda etapa tiene su momento y uno no puede estar siempre, por ejemplo, bailando en un tablao. Yo por ejemplo-continúa Salomé-decidí irme el año pasado a Madrid, necesitaba dar un paso más, me fui con muchos miedos, pero desde que llegué no me ha faltado el trabajo".

Ambos resaltan "la calidad" del nuevo espectáculo de Guerrero. Salomé destaca "la zambra, que me encanta" y Fernando se queda "con el zapateado".

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