Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

¿Tuvo Jerez flota de guerra?

  • Los marinos jerezanos gozaron, desde los tiempos de los Reyes Católicos, de sus propias ordenanzas y privilegios, siendo fondeadero de su armada Puerto Real, ciudad nacida bajo la jurisdicción de JerezGalera española del siglo XV. (Archivo)

A D. Juan Guerrero Gutiérrez de Piñérez. Capitán de Fragata y último gran marino jerezano.

AA lo que parece, y aunque a los jerezanos de este siglo XXI nos parezca increíble, Jerez sí tuvo flota de guerra, según se desprende de los numerosos documentos que, en este sentido, existen en el magnífico y bien conservado Archivo Histórico Municipal, fuente y origen de estos datos que exponemos hoy a la curiosidad pública y que obran en nuestro poder desde hace muchísimos años, gracias a la gentileza de su entonces oficial, mi buen amigo Adolfo Rodríguez Santos, hijo del que fuera archivero titular, don Adolfo Rodríguez del Rivero. Porque Jerez, aunque no tuvo nunca puerto de mar - ¡qué más hubiéramos querido! - sí tuvo grandes marinos y barcos de guerra, amén de sus propias ordenanzas, privilegios y franquicias para sus capitanes y pilotos.

En el año de 1410 redactó Xerez sus particulares ordenanzas para la marina, designando como capitán de sus naves, a su caballero patricio y valiente soldado de tierra y mar, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, progenitor de su extenso y rico linaje. Y en ese mismo año ya salieron nuestras naves a guerrear contra los berberiscos que infectaban nuestras costas; persiguiendo y pirateando a las embarcaciones españolas de carga y pesca; así como desembarcando en las poblaciones costeras, en las que causaban grandes estragos, con sus saqueos; ocasionando muertos y apresando numerosos cautivos.

Según carta del Almirante de Castilla, fechada en 1489, y dirigida "a mis parientes, señores y singulares amigos los Veinticuatros de Xerez de la Frontera", se mandaba que a los capitanes y pilotos de la marina jerezana se les guardasen toda clase de privilegios y prerrogativas.

Como fondeadero de sus naves, la armada jerezana utilizaba el puerto regio y la ensenada de Puerto Real, ciudad fundada por carta-puebla de los Reyes Católicos de fecha 18 de junio de 1483; para servicio y comodidad de las tripulaciones de su flota; creando para ello una nueva población a la orilla del mar, que ponen bajo la jurisdicción de Xerez de la Frontera; teniendo en principio 200 habitantes; a los que se conceden tierras para labranza, ganado y solares para edificar sus casas. Un año después ya se constituiría el Ayuntamiento, concediéndosele continuos privilegios y exenciones tributarias, que hicieran posible el paulatino desarrollo y crecimiento de la naciente ciudad, hasta su total independencia como tal.

En cierta ocasión, unida a la del rey, salió al mar la flota jerezana, ahuyentando a los moros, a los que persiguieron infrigiéndoles ejemplar castigo y, una vez dada por finalizada la acción, nuestros barcos se situaron frente a Río Martín; desembarcando y sitiando a Tetuán que, siendo considerada una de las plazas más fuertes del norte de Africa, tuvo finalmente que entregarse tras dura y cruel batalla. No obstante esta victoria, los nuestros tuvieron que verse obligados a abandonar la plaza, poco tiempo después, debido a las fuertes dificultades que hacía que la pudieran conservar, no sin antes haberla demolido completamente; siendo de nuevo reedificada, tras la conquista de Granada y la expulsión de España de los moros.

Esta misma Armada, capitaneada por Alvar Núñez Cabeza de Vaca, junto con la del rey, mandada por Mosén Rubín Bracamonte, sería algún tiempo después destinada a impedir la llegada a la península de socorros al rey Boabdil de Granada, durante el asedio que le tenían puesto a dicha ciudad los Reyes Católicos. Ejerciendo dicha vigilancia, se originó un porfiado combate entre las naves de la Armada Española y la de Marruecos, con el rotundo resultado de ocho galeras enemigas apresadas y doce de ellas hundidas; contándose que Xerez regaló a la ciudad de Cádiz una de las galeras apresadas, como ayuda para la fábrica de su iglesia mayor.

Viendo los Reyes Católicos que la marina jerezana se portaba con tanto honor como valentía, en todas las batallas, le encomendó diferentes cometidos y comisiones; pidiendo a nuestra ciudad para la guerra de Granada efectivos para los servicios del mar y de tierra. El pedido se elevaba a 400 jinetes y 700 peones, más 500 remeros para las galeras reales, amén de abundantes víveres para alimentación de los mismos. A todo ello, accedería el Cabildo, enviando además un grupo numeroso de obreros, los cuales levantaron en ochenta días un campamento de piedra y ladrillo, fundando así, en la vega granadina, los cimientos de la ciudad de Santa Fe. Pero, la Corporación municipal se negó al envío de los 500 remeros que se le pedía, achacando que los de ese oficio eran tan pundonorosos, que tenían a menos servir en otros barcos que no fueran los suyos.

Después de la conquista de Granada, continuaría la armada jerezana tomando parte en diferentes operaciones navales; batiéndose siempre con entusiasmo y valor, en cuantas aguas se les ordenó su actuación. Y pasado mucho tiempo después, cuando ya Jerez dejó de tener su propia flota, la tradición marinera de la ciudad no se perdería, continuando su aportación a la armada española con importantes donativos de madera de sus bosques, para la construcción y reparación de toda clase de navíos. Tuvo además aduana, comandancia de marina y un pequeño muelle, para embarcadero de sus vinos, en El Portal; proyectándose en más de una ocasión la unión del Guadalquivir con el Guadalete, consiguiendo el Ayuntamiento una real orden para poder habilitar un puerto para el comercio entre España y América, así como poder tener sus propias playas.

Finalizamos nuestro curioso reportaje histórico de hoy con una amplia relación de ilustres marinos jerezanos que honraron a la Marina de Guerra española. Entre otros muchos, destacamos al teniente general de la Armada, José Adorno y Espínola; a Pedro Estupiñán, conquistador de Melilla; a Tomás de Geraldino; a los generales Juan Herrera Dávila, Pedro Meléndez Vázquez, Domingo Pérez de Grandallana, Francisco Somoza Pérez de Grandallana y Francisco Riquelme; al capitán de fragata Antonio Mendoza y Moscoso; a Francisco de Morta, que fuera compañero de Hernán Cortés; a Cayetano Picardo y Angulo, a José Ponce de León, Alvaro de la Serna, Juan de Villavicencio, los hermanos Antonio y Francisco Basurto, a José de Isasi y al intrépido aviador naval, héroe del 'Plus Ultra', Juan Manuel Durán González. Siendo el más célebre de todos los marinos jerezanos, el aventurero y conquistador, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, descendiente por línea materna de aquél otro de igual nombre que, un siglo antes, mandara la primera escuadra de Xerez. Este glorioso marino sería nombrado capitán general de la provincia del Río de la Plata (actual Paraguay), dejando al morir, en 1558 / 1560, las famosas memorias autobiográficas de sus viajes, bajo el título de 'Naufragios'; siendo el más desgraciado de éstos el de la expedición de Pánfilo de Narváez a La Florida, en la que iba como segundo de a bordo; viéndose obligado a vivir, durante seis años, entre los indios de la costa de Texas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios