Jerez, 1936: Dos héroes desconocidos
I Campaña para la recuperación del patrimonio fotográfico
En el verano del 36, el Concejo de La Nava de Santiago (Badajoz) impidió que quemaran la iglesia con 63 derechistas dentro; en Cataluña el sindicalista Joaquín Peiró ayudó a salir del pais a cientos de amenazados ; hasta Pasionaria intervino en numerosas ocasiones para salvar víctimas, muchas de ellas monjas. Estos afortunados escaparon del “terror rojo”, otros lo hicieron del “blanco ; entre ambos, según Antony Beevor (2005), mandaron al Hades a un cuarto de millón de infelices. Hoy comentamos otra fotografía de grupo, la clase de imagen con mayor predicamento en esta Campaña. Rosario Ortega Almagro nos ha donado una instantánea de 1933 del fotógrafo Butler, centrada en el alcalde Germá Alsina y donde aparece su abuelo José Almagro Casas (en la fila del centro, en pie el tercero por la derecha), concejal de sanidad y beneficencia y protagonista de una historia conmovedora. Confitero de profesión, se ganaba la vida con la venta de “sultanas”, “masas reales”, “pirulíes”…, y como concejal requisaba del mercado todos aquellos productos que no cumplían con lo estipulado en materia de peso o calidad. Todo lo requisado lo mandaba directamente al Hospital de Santa Isabel, atendido por monjas, las mismas que habían retirado los crucifijos y santos de las hornacinas del edificio el mismo día de proclamarse la República. Pero el concejal les dijo que volvieran a colocarlos, pues nada tenía contra eso. Cuando lo detienen aquel verano, su hija recurre a un conocido de la familia, el abogado de la Comunión Tradicionalista José García Barroso, cuyas gestiones en el cuartelillo resultan infructuosas. Pero el carlista recurre al médico del recinto, que engatusa al carcelero para que lo libere alegando una tuberculosis muy contagiosa. Consigue sacarlo y llevarlo al Hospital, donde las agradecidas monjitas le ponen una habitación con un intimidatorio cartel en la puerta: “enfermo contagioso”. José Almagro se había salvado, y agradecido todos los 19 de marzo agasajaba a Barroso con algunos dulces. El abogado quitaba importancia al asunto: “si en el camino de la vida una vez le encontré caído y tuve la suerte de poderle ayudar a levantarse, arrieros somos...”. Amigos en bandos opuestos. Con esta foto cerramos una primera etapa de la colaboración con este medio, para la difusión del material que se está recibiendo fruto de la I Campaña para la Recuperación del Patrimonio Fotográfico.
Consultar bases de la Campaña: http://www.jerez.es/biblioteca
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