Exactamente, 8.410,45 kilómetros, vía aérea, es la distancia que separa las dos casas de Derrick W. Jenkins. Una en Washington DC y la otra en Jerez. Sin embargo, llegó a nuestra ciudad como una flecha, o más bien, por un flechazo, empujado por el amor de Antonia, que ha residido tres lustros en EEUU. Ambos viven juntos aquí desde hace diez años. Sin embargo, esta historia, que podría ser la típica, no queda ahí. La pasión de Derrick fue creciendo hasta enamorarse también de una ciudad, de sus calles, su gente, el ruido, las costumbres, la gastronomía, la Feria...

Este exmilitar, licenciado en Psicología y profesor de inglés por toda la provincia, escribió hace cuatro años un reportaje sobre la Feria del Caballo en un periódico en Alemania que llamó la atención del artista francés Gerard Mignot, que trabaja en Australia y que ha dedicado muchas de sus pinturas a caballos españoles y al flamenco. Ambos, sin conocerse previamente, y a raíz de esta publicación, se pusieron de acuerdo para escribir un libro sobre Jerez y todo lo que ella guarda. A ellos se ha sumado el fotógrafo belga afincado en Jerez Cedric García, que aportaría imágenes sobre la Feria al proyecto. La obra verá la luz el próximo año previsiblemente, antes de mayo, y aunque no es seguro, podría llamarse 'Dancing with horses'.

Para escribir los textos, Derrick está haciendo numerosas entrevistas a jerezanos, empresarios y bodegueros que le acercan más si cabe a nuestra cultura, además de leer libros sobre la ciudad. "Me gusta todo de Jerez, sus vinos, la comida, los ciudadanos, la forma de vida, las costumbres, aunque la música, las sevillanas no mucho (ríe). Además, aquí la familia está más cerca, en EEUU se reparte por diferentes estados. Aquí todos los fines de semana hay barbacoas, paellas, están los cuñados, sobrinos, primos. Me gusta. Mi mujer quería estar cerca de su gente, por eso nos vinimos".

La primera impresión de Derrick sobre Jerez fue "muy buena". "Me encantó, aunque ahora la ciudad es más internacional por las compañías aéreas. Lo que más me impresionó al principio fue el tiempo, ya que yo llegué en diciembre y por esas fechas en Washington hace menos 20 ó 30 grados, y aquí hacía 15. Yo iba en manga corta y bermudas y la gente pensaría, '¡mira, seguro que es americano!'". ¿Alguna queja? "Por decir algo, que la gente fuma mucho, y bueno, también hay un poco de informalidad para ciertas cosas. Me acuerdo que una de las primeras veces que fui a una reunión, que supuestamente era a las 10, nadie llegó puntual. Y la playa..., tampoco mucho, prefiero la piscina. Pero bueno, que me gusta todo de Andalucía, ¡eh!".

Aunque al principio le costó encontrar trabajo, "ahora la crisis no la noto mucho porque la gente quiere mejorar su currículum con idiomas, para marcharse fuera a trabajar. Es cierto que la vida aquí es más barata, pero se gana mucho menos", subraya. Con su esposa tiene además una empresa de celebración de bodas para extranjeros en Jerez, algo que tiene mucho mercado.

Visita dos veces al año su ciudad natal y desde allí "sí que echo de menos Jerez. Ahora tengo dos casas, dos países. Pero también echo en falta mi tierra de vez en cuando, sobre todo, en invierno porque me gusta la nieve. Eso sí, el fútbol me encanta y mi sueño es ver un partido en el Camp Nou. Y a ver si un día puede ser contra el Xerez".