Juan Antonio Maldonado Gordon, gran impulsor del mundo ecuestre

El empresario y jinete aficionado Juan Antonio Maldonado Gordon fue despedido ayer cristianamente en la basílica de la Merced rodeado de decenas de personas, entre familiares y amigos, que asistieron para darle el último adiós. Conocido como 'Oñete', a sus 82 años siguió montando a caballo hasta casi sus últimos días, tal y como recordaban ayer algunos allegados,. Hacía alrededor de una década que se retiró de la vida pública, que estuvo marcada por su labor como gerente de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre entre 1997 y 2000, pero también como director de la comisión ejecutiva de los Juegos Mundiales Ecuestres de Jerez 2002, la mesa de expertos y políticos en la que se tomaron las principales decisiones sobre el desarrollo del evento.

El amor por el caballo le venía a 'Oñete' de muy atrás. A sus cuatro años, en 1936, su abuelo, Rafael Gordon Dávila, le inyectó una pasión que nunca abandonaría. Si bien nunca llegó a ser jinete profesional, sí que disfrutó de disciplinas diversas como el raid, el salto o el polo. Tal y como declaró a este periódico hace menos de un lustro, en 2010 sufrió una caída que le hizo replantearse si podría seguir con el mismo ritmo. Por ello, dejó de un lado los saltos y optó por modalidades más tranquilas de monta. Durante los años que estudió, primero Bachillerato en Madrid y luego la carrera de Ingeniería Técnica Agrícola en Pamplona, siguió montando en diversos clubes de la geografía nacional.

Fue a finales de los 70 cuando aumentó la frecuencia de sus estancias en Jerez, a raíz de su labor en la empresa agrícola 'Divisa'. En aquellos años, comenzó su actividad pública en el mundo ecuestre, que le llevó primero a ser comisario de la Feria y galardonado finalmente con el 'Caballo de Oro' en 1988, un prestigioso reconocimiento otorgado por el Ayuntamiento. Hasta aquellos años dividió su dedicación entre sus empresas -agrícola pero también inmobiliaria, pues punto y aparte merece que fuera promotor de Puerto Sherry-, su familia y el caballo.

A mediados de los 90 concibió con Antonio Ortiz el proyecto que posteriormente sería Jerez 2002. "Estuvimos juntos en todo el desarrollo, hasta el final", señalaba ayer el que fuera máximo mandatario de la organización del evento. "Fue un caballero, en todos los sentidos de la palabra, que puso en valor el caballo en Jerez y apostó por su internacionalización". También mostró su pesar el que fuera delegado de Promoción de la Ciudad en los años en los que se ideó el proyecto, José Rodríguez Carrión: "Es una pérdida, una persona muy importante para la historia de Jerez".

La familia se mostraba ayer también muy afectada. "Se le recordará como un emprendedor", decía su hermano Alejandro, "un hombre siempre muy preocupado en dar ejemplo de seriedad y de honradez entre los suyos. Y, además, por inculcar ese amor por el caballo que recibió, que convierte a los Maldonado -hijos, sobrinos...- en toda una saga de jinetes, profesionales o exquisitos aficionados".

Otras personalidades del mundo ecuestre tampoco ocultaron su dolor en la jornada de ayer. Uno de ellos, el medallista olímpico Ignacio Rambla, señaló que 'Oñete' fue "como un padre para mí". "Era algo más que un director gerente en el tiempo que estuvo al frente de la Real Escuela. En los 40 años que llevo dentro, puedo decir sin duda que es una de las personas con más conocimiento que ha estado al cargo y un hombre con principios". A juicio de Rambla, "fue de las personas que más ha empujado para colocar a Jerez en la posición que tiene en el mundo ecuestre. Apostó por el caballo español, que era un desconocido en la disciplina de la doma clásica hasta entonces".

El actual gerente de la Real Escuela, Juan Carlos Román, mostró sus condolencias "en nombre propio y de la institución". Una de las notas más importantes a tener en cuenta en la biografía de Maldonado son "las mejoras en las instalaciones de la Real Escuela que hoy en día perduran". Román recordó un evento ecuestre histórico en Jerez, la Gala Siglo XXI, que se realizó en Chapín en el año 2000. La hermandad de Santiago, por la que la familia Maldonado ha mostrado siempre su devoción, lamentó el fallecimiento "de unos de los hermanos más antiguos, maniguetero del paso del Señor hasta hace bien poco", recordó el hermano mayor de la cofradía, Manuel González.