Juan de la Flor se va dejando atrás un magnífico legado

El conocido hostelero, que murió el pasado viernes, consiguió que su restaurante 'Tendido 6' sea uno de los mejores de la ciudad

Redacción Jerez

19 de julio 2013 - 01:00

En el año 1960 comienza la historia del actual restaurante 'Tendido 6' situado en la calle Circo, frente a la plaza de Toros. Juan de la Flor funda su negocio, un pequeño despacho de vinos, junto a su esposa Adela de la Calle. Consiguió hacerse con una clientela muy diversa entre los que se encontraban comerciantes, abogados o médicos.

Al cabo de los dos años su pequeño dispensario de vinos prosperó y pasó a tener la categoría de bar, hasta que diez años después se convirtió en un restaurante con una terraza al aire libre donde se celebraban los almuerzos y al que acudían toreros y famosos tras las corridas.

La calidad adquirida con los años lo hace un restaurante con prestigio y reconocimiento entre las principales guías de restaurantes nacionales e internacionales.

Toda clase de artistas, famosos y cómo no, toreros han pasado por esta casa donde siempre se homenajea al término de cada Feria del Caballo, a ganaderos, rejoneadores y matadores de toros. Personajes del mundo deportivo, de la televisión o de la política están hoy día entre los visitantes más interesantes.

Actualmente su hijo mayor, Juan Miguel de la Flor, se encarga de continuar la labor que inició su padre hace más de 50 años con el propósito siempre de agradar y sorprender al cliente. Con mesas típicas andaluzas pueden degustar gran variedad de tapas y selectas raciones junto a exquisitos vinos de la tierra. La 'Guía Michelin' destaca su plato insignia, el rabo de toro, uno de los que le ha dado fama al restaurante, pero aún siguen innovando. Además de convertirse en uno de los centros de la vida taurina de Jerez, ha implantado sus propios premios para la feria. También recibió hace unos dos años, un galardón de los recién instaurados Premios del Turismo de la ciudad por los logros obtenidos en su medio siglo de vida .

Juan de la Flor supo ganarse la admiración y respeto de los hosteleros de la época y su legado y herencia han sido la gran cantidad de amigos que dejó para siempre.

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