Jerez

La Junta traslada a una parte de los menores ubicados en el Hotel Ávila

  • El edificio continúa albergando a jóvenes inmigrantes hasta el momento, aunque el número se ha reducido considerablemente en los últimos días

Imagen del exterior del antiguo Hotel Ávila, reconvertido posteriormente en un centro de menores inmigrantes

Imagen del exterior del antiguo Hotel Ávila, reconvertido posteriormente en un centro de menores inmigrantes / Manuel Aranda

Los menores inmigrantes que se encontraban ubicados en el Hotel Ávila desde el pasado año -concretamente a partir de septiembre del año 2018- están abandonando el edificio de forma progresiva en estos días pasados, siendo reubicados de esta forma en otros centros de localidades cercanas.

En sus meses de actividad, este antiguo Hotel llegó a albergar a más de 70 menores procedentes de África, a pesar de contar con 42 plazas. Un hecho que, según vecinos, provocaba "tremendos escándalos" en la zona a ser una cantidad importante de niños en un espacio reducido.

A día de hoy, una de las dos plantas donde se encontraban estos menores ha sido desalojada de completamente, por lo que se ha reducido de forma considerable el número de niños que se encuentran en su interior. Aún continúa habiendo actividad, pero según apuntan vecinos que colindan con este antiguo Hotel, “en estos momentos el ruido y escándalo que formaban tal cantidad de menores se ha reducido prácticamente en su totalidad. Ahora está la calle mucho más tranquila con los que se han quedado y, quizá, ésta pueda ser la intención de la Junta; dejar un número de inmigrantes que sea asequible a las condiciones que puede prestar el Hotel Ávila”.

Estos vecinos fueron informados meses atrás por las mismas trabajadoras del centro que todos estos menores serían desalojados del edificio, debido a que el centro fue ubicado allí por una situación de emergencia. Aun así, hasta el momento sólo se ha realizado el traslado de una parte de ellos.

La familia Pacheco fue la anterior propietaria de este hotel, que les fue embargado por la Junta de Andalucía al no poder afrontar un elevado impuesto de sucesiones. El edificio salió a licitación y lo adquirió una sociedad privada, cuyo propietario, según cuentan fuentes a este medio, es una persona de la familia Bohorquez, pagando la Junta así un alquiler por el uso provisional de las instalaciones.

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