La dimensión de una estrella del cine norteamericano no sólo se mide en el impacto que provoca su imagen en las redes sociales sino en la huella, para bien o para mal, que deja en cada uno cuando tiene la suerte de tratarlo.

En este caso, tanto los comentarios escritos en Twitter, Facebook e Instagram por las personas que se encontraron a Keanu Reeves en Jerez, como los gerentes de los establecimientos en los que cenó el actor canadiense coinciden en lo mismo, su "calidad humana".

El intérprete de películas tan conocidas como Speed, Matrix y John Wick estuvo (o sigue aún) de visita privada en nuestra ciudad y su presencia, recorriendo su centro histórico, visitando bodegas y comiendo en restaurantes ha generado un revuelo importante, (sobre todo en las redes sociales) entre sus admiradores y demás curiosos.

Al tratarse de una estancia estrictamente personal no se conocen los motivos de su viaje a Jerez de la Frontera pero las redes sociales han ido dejando pistas de su periplo por la ciudad andaluza.

La que parece ser la primera parada en un establecimiento la ciudad se produjo el pasado miércoles por la noche en el Bar Bocarambo, situado en la plaza del Mamelón.

Su gerente, Manuel García Tubío, no sabía que la reserva hecha hace dos semanas para doce personas incluía al espigado artista, oriundo de Beirut, entre sus comensales.

"No le reconocí hasta pasado un buen rato. En principio me pidieron en la reserva previa que les preparara una paella, pero les ofrecí un arroz caldoso que se digiere mejor", señala el propietario.

"Se sentaron en una mesa dentro y todos tuvieron un trato exquisito. Tomaron ensalada caprese pero lo que más les gustó fue el tomate de Conil y el vinagre de Jerez", relata García Tubío.

"A continuación les serví carnes a la brasa, ibérica y entrecot, regado con vinos de la tierra y tinto. Lo que querían era probar cosas tradicionales y de aquí", recuerda el hostelero.

"Eran personas muy correctas. Llegó otro grupo de ocho amigos y se sentaron al lado. Daba la impresión que eran aficionados a la motos o mecánicos. Podría ser que, entre los amigos de Reeves, alguno haya venido al Circuito de Jerez a rodar unos días", aventura.

Sea como fuere el dueño de Bocarambo recuerda a Keanu Reeves como un hombre "de trato exquisito; no dudó en hacerse una foto conmigo y mi mujer. Entraron en la cocina y se hicieron fotos porque les encantó la comida.

El otro restaurante en el que la estrella 'hollywoodiense' dejó un impresionante recuerdo fue en Atuvera, ubicado en la calle Ramón de Cala, en pleno barrio de San Miguel.

La reserva previa también se realizó con dos semanas de antelación. La cena se celebró la noche del jueves y la comitiva venía de visitar una bodega.

"Querían probar productos de la tierra y se comieron media carta", sonríe Eva, una de las personas que atendió al actor.

"Disfrutaron de todo, nos dejaron sin existencias de Samaruco (tinto de la tierra de la Bodega Luis Pérez)", recuerda la trabajadora.

Los doce convidados comieron fuera del local y pese a que, varios transeúntes reconocieron a Reeves, éste los atendió con amabilidad y simpatía. "Es un ser humano increíble, muy sensible", define con certeza.

El gerente del negocio, Ángel Villa, se ofreció a enseñar a sus invitados este histórico establecimiento, unas antiguas Caballerizas de una casa Palacio del Siglo XVI. "Quedaron prendados con el edificio y con el hotel" y parece que, en Atuvera, también quedaron prendados con él y su calidad humana.