Lampedusa no es Maquiavelo
A González Cabaña no le gusta la 'táctica' de Pilar Sánchez para lo que queda de mandato y lo ha dicho en público, mientras la alcaldesa arrincona a algunos de los concejales que comenzaron siendo afines
EL gran González Cabaña no ha podido mantenerse callado. Le preguntaron en Onda Cero por la remodelación llevada a cabo por la alcaldesa la semana pasada en el gobierno municipal y, después de mostrar su respeto a quien tiene las competencias -la propia Pilar Sánchez- aprovechó para mandarle un recadito: esa no es la remodelación que él hubiera hecho. El secretario provincial del PSOE, que se ganó a pulso el adjetivo de 'gran' la temporada pasada en esta sección por aquella mítica frase "estas cosas se sabe cómo empiezan, pero no cómo terminan" al referirse a la decisión de la alcaldesa de poner determinados asuntos de Pedro Pacheco al frente de Urbanismo en conocimiento de la Fiscalía Anti Corrupción, aquí no ha estado a la altura de las circunstancias, al menos no de las que les ha pedido él mismo a los concejales díscolos. Hay que recordar que cuando estalló a comienzos del verano la revuelta de los 7+1+1, Cabaña se vio obligado a llamar al orden a todos los ediles y a la propia alcaldesa (por cierto, este verano en la playa me pasó algo muy raro: con un mojito helado en la mano me dio por recordar los 'hechos de junio' y no acababa de creer que la cosa en el gobierno municipal degenerara tanto como para que el PSOE tuviera que llamar a una alcaldesa con mayoría absoluta al orden, aunque fuera con tacto; no obstante ya he pedido cita con el médico, no creo que ese tipo de pensamientos en la playa con un mojito helado, ya digo, sea normal) quedaron claras varias cuestiones: la primera de ellas, que en el grupo socialista de Jerez no hay más problemas que los de los ciudadanos que representan y, en segundo lugar, que se acabó eso de ir aireando todo en los medios de comunicación. Esta calma chicha ha durado cerca de tres meses, lo que ha tardado el propio Cabaña en hablar de un tema íntimamente relacionado con aquella crisis, como no deja de ser la remodelación de gobierno llevada a cabor por Sánchez y dejarle claro que él así no lo hubiera hecho, si bien es cierto que ha salido después de que la alcaldesa dijera que él conocía la remodelación y era "respetuoso" con su decisión. El alcance de estas palabras parece limitado, todo indica que no se trata de un misil, aunque lo mismo hay equis cosas habladas que no se han cumplido. Lo cierto es que hoy por hoy la relación de fuerzas en el gobierno municipal sigue siendo complicada, ya que hay que tener en cuenta que dicha remodelación ha reforzado a Francisco Lebrero como auténtico número dos del gobierno en detrimento de Casto Sánchez, aunque no haya habido cambios en el nominativo. Ahora bien... si Lebrero sale reforzado por Sánchez y a la vez es hombre de Cabaña en el PSOE de Jerez es evidente que hay algunas piezas que no terminan de encajar. Ese 'clic' se notó ya en el momento de la crisis, ya que Lebrero y su gente de confianza no participó en la 'fronda' que montaron los 7+1+1. Entonces aquella decisión de Lebrero y afines se interpretó como eso que se da en llamar 'un ejercicio de responsabilidad' con el partido y ya comenzó a hablarse de su reforzamiento, ahora confirmado al asumir en el nuevo organigrama municipal el PTA, Flameco 2013 y la coordinación de Cultura y Fiestas. Le doy vueltas a lo ocurrido -claro, ya sin un mojito fresquito en la mano- y llego más o menos a dos conclusiones: o bien Lebrero no es tan 'hombre' de Cabaña como se piensa y apelando a 'ese ejercicio de responsabilidad del partido' pone una vela a dios y otra al diablo, o lo que es lo mismo, una vela a Jerez y otra a Cádiz (lo de dios y el diablo es intercambiable), o se trata de una jugada maestra de Pilar Sánchez, poniendo amplias cuotas de poder en manos del hombre puente con Cádiz (y que se mantuvo fiel a ella) y, de paso, aislar a los 7+1+1, que en realidad son pilaristas rebotados y lo que en estas páginas se da en llamar 'clásicos' del partido. Sobre el alcance real de la remodelación poco hay que decir. "Algo debe cambiar para que todo siga igual", pronuncia el príncipe Salina en 'El Gatopardo', la novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa. Pues de eso va. Se trata básicamente de establecer un modelo para aguantar los veinte meses que quedan para las próximas elecciones municipales sin mayores sobresaltos, aunque unos meses antes el partido deberá superar el fielato de la confección de las lista electoral, un dolor de muelas. Se ha reproducido una fórmula de organización muy similar a cuando el PSOE gobernó en coalición con el PSA, estableciendo una serie de macro áreas que, de hecho, dividen a los delegados en dos categorías, los de a pie y los que tienen mando en plaza, nada nuevo. La alcaldesa seguirá siendo tan accesible o inaccesible como antes, pero arrincona a los enemigos que son ex amigos y reza para que se vaya alguno a su casa ya que los siguientes en la lista son acólitos. Bueno, veremos qué ocurre. Hemos hablado de Lampedusa, no de Maquiavelo.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Ciudad autónoma de Ceuta
Contenido ofrecido por Consorcio de Bomberos de Cádiz