Leer en la nube

Ahora, cuando veamos a alguien "en la nube" puede que no esté precisamente despistado o pensando en las musarañas, sino leyendo. Efectivamente, si antes se estaba en las nubes perdiendo el tiempo, ahora la nube es un espacio virtual lleno de materiales para, entre otras cosas, ser leídos.

Este nuevo concepto de la nube, establecido en 2006, nos habla de la capacidad de los servidores de Internet, determinadas empresas, que pueden ofrecer servicios, programas, tecnología punta,… y sobre todo almacenamiento y gestión de información de todo tipo. Aquí estarían integrados los correos electrónicos y las redes sociales, por ejemplo. Pero también va a permitir la lectura "on line" de libros de forma alquilada, lo que posibilitará acceder a títulos de forma inmediata y muy económica y, si se le asociación servicios añadidos, se podrá participar en foros de debate sobre el libro leído, comentarios directos con el escritor, diseño de itinerarios personales de lectura, accesos a libros de la misma temática o autor de forma inmediata,…

Pero hay que tener cuidado con los cantos de sirena. Por ahora, prácticamente todo lo que se ofrece por la red para leer lo podemos conseguir "de forma analógica", es decir: en nuestras librerías y con nuestras amistades, y con las ofertas de las editoriales. Y en cambio estamos a salvo de pagar por la red y su vulnerabilidad, de la publicidad que cualquiera sabe qué vendrá en el libro alquilado para leer y de un uso de nuestros datos nada privados.

Hay que tener mucho cuidado porque ya mismo uno de los libros recomendados en esta página cuesta en papel 9,95 euros y se puede descargar de Internet por 1,65 euros. Creer que salimos ganando con ello por el ahorro es un tremendo error porque, al menos desde mi experiencia, hasta el peso del libro físico supone una conexión con la historia que leo (y sopesar lo que llevo y me queda, y las imágenes, y el que estuviese dedicado, y el que tenga solapas que me permitan señalar la página, y leer donde me dé la gana, y sin electricidad,…).

Ya se pueden leer muchos primeros capítulos de obras (con ilustraciones cuando las llevan) en Internet y todo lo que da de sí el e-book. Admito que es una opción, tal vez la del futuro, pero no nos engañemos: ¿es más democrática?, ¿llegará a más gente?, ¿es más ecológica?, y ¿satisfará todas esas pequeñas emociones y ventajas que nos da el libro físico?

José García Oliva. Experto en literatura infantil y juvenil.