A lo largo de su dilatada trayectoria, Lola Flores tuvo infinidad de anécdotas y momentos que han pasado a la historia de España. Evidentemente, su episodio con Hacienda en la última etapa de su vida fue uno de los más notorios. Pero hubo más, de hecho algunos de ellos se han convertido en verdaderos kitsh de este país hasta el punto de que cada cierto tiempo vuelven a ser actualidad.

Uno de los más llamativos ocurrió en 1983, coincidiendo con la boda de su hija Lolita. Lola, siempre tan espontánea, había proclamado en el entonces más importante programa televisivo del país, el que lideraba José María Íñigo, que “toda la gente que quiera a Lolita, puede entrar en la iglesia, estáis todos invitados”. Sus palabras, realizadas en el citado programa ‘Estudio Abierto’ un 25 de mayo de 1983, tuvieron continuidad el día de la boda, fijada para tres meses después.

Así, el 25 de agosto de 1983, a las siete y media de la tarde, la Iglesia Mayor de la Encarnación de Marbella registraba un lleno absoluto, ya no sólo en los aledaños, donde se agolpaban miles de curiosos, sino en el interior del templo, con capacidad para unas 1.200 personas pero que en ese momento, según testigos de la época, albergaba a casi 5.000, muchos de ellos, en chanclas y bañador.

Fue entonces cuando Lola Flores, completamente desquiciada al ver lo que estaba ocurriendo, pronunció la famosa frase: “Mi hija no se puede casar. Así que si me queréis a mí, marcharse. ¡Si me queréis algo, irse! ¡Hay que sacar a la gente o no se casa!”.

Los novios tuvieron que contraer matrimonio en la sacristía del templo al ver que nadie abandonaba la iglesia, completamente tomada por admiradores y curiosos.

Lola Flores: "¡Si me queréis irse!"