Malos hábitos al volante que provocan averías en el coche

El kilometraje y el mal estado de la calzada ocasionan averías en los automóviles. Pero no son los únicos motivos… Los expertos en mecánica advierten que los malos hábitos al volante también acaban provocando reparaciones costosas.

En este sentido, los expertos en seguridad vial recomiendan a los automovilistas, independientemente de su edad, participar en cursos de reciclaje de cara a perfeccionar su estilo de conducción. Y desde el sector asegurador, como medida preventiva en caso de no poder continuar la marcha debido a una avería, aconsejan seleccionar seguros de coche con cobertura de Asistencia en Viaje.

Hábitos de conducción que causan averías en los automóviles

Durante la fase de aprendizaje, los profesores de las autoescuelas se encargan de corregir los fallos de quienes aspiran a sacarse el carné. Pero una vez que los alumnos aprueban el permiso de conducción, esa tutela desaparece. A partir de ahí es cuando, en algunos conductores, esos errores se convierten en malos hábitos que dan lugar a averías mecánicas. Entre ellos:

Acelerones sin necesidad. Acelerar enérgicamente en parado, para que un motor alcance la temperatura óptima de funcionamiento, no es necesario en los automóviles actuales y puede dañar el propulsor.
Pisar el embrague o el freno injustificadamente. Continuando con los pedales, hay quienes pisan o dan golpecitos en el embrague o el freno innecesariamente, causando una pérdida de recorrido en el primero y un desgaste prematuro en el segundo. En ambos casos, las averías conllevan un importante desembolso económico.
Conducir con la mano en la palanca de cambios. Apoyar la mano sobre el pomo del cambio origina desajustes, vibraciones y un engranaje impreciso de las marchas.
Circular a bajas revoluciones. Una cosa es la conducción eficiente y otra mantener un régimen de revoluciones muy bajo constantemente. Este hábito termina repercutiendo negativamente en la válvula EGR de recirculación de gases, el turbo o el filtro antipartículas.
Apurar la gasolina o el gasoil. Dejar que la aguja del depósito se sitúe en la zona de reserva no es buena idea. Cuando menos, esta costumbre le pasa factura a la bomba de combustible.
No revisar el estado y la presión de los neumáticos. A pesar de que son el único nexo de unión entre el vehículo y el asfalto, no se suele prestar la atención debida a los neumáticos. Una dejadez que, en muchas ocasiones, es causa de pinchazos y reventones.
Aparcar de oídas. Finalmente, no ser cuidadosos al estacionar produce daños en la carrocería, los neumáticos o la dirección.

Todas estas averías son fruto de los malos hábitos al volante. Y en la mayoría de casos suponen un gasto inesperado y cuantioso para los conductores.

El seguro de coche, mejor con cobertura de Asistencia en Viaje

Cuando se nota alguna anomalía en el vehículo, lo aconsejable es no continuar circulando con él y llevarlo cuanto antes a un servicio oficial posventa o un taller de confianza. Para ello, es básico haber contratado un seguro de coche que incluya la cobertura de Asistencia en Viaje.

Dicha garantía, explican los profesionales de la industria aseguradora, facilita realizar reparaciones in situ, transportar el automóvil asegurado a un centro especializado y trasladar a sus ocupantes a su domicilio o un hotel.