Sanidad

"La Medalla es de todo el equipo de Hematología"

  • Diputación reconoce hoy a la Unidad de Hematología, considerada la 'joya de la corona' del hospital. El jefe de servicio, Sebastián Garzón, explica el trabajo realizado.

Los laboratorios donde desarrolla su trabajo el equipo de Hematología del hospital no se parecen a esos espacios prototípicos de tubos de ensayos que uno podría imaginar. La informática se lo va comiendo todo. Los marcadores que dan pistas sobre la salud de la sangre se gestionan, a ritmo vertiginoso, en máquinas que parecen más bien cadenas de montaje clásicas, aunque el trabajo del personal sigue siendo básico. Esos tubitos en los que se vierten las muestras en los análisis circulan con precisión suiza por algunas partes de este laboratorio. Pero no siempre fue así. Cuando el doctor Sebastián Garzón -al que algunos llaman Chano por los pasillos- llegó, todo era mucho más rudimentario. Hoy es jefe del área más laureada del hospital de Jerez, la joya de la corona. La Unidad de Hematología recibirá hoy la Medalla de la Provincia, una de las tres representantes de la ciudad en la gala, junto a Proyecto Hombre y la Cámara de Comercio de Jerez.

"Me gustaría hacer hincapié en que el reconocimiento lo reciben los profesionales de la unidad, me ha gustado que lo hayan designado así en Diputación", subraya Garzón. "Somos un hospital de segundo nivel, si los que estaban antes hubieran tomado una actitud pasiva, la unidad se correspondería a ese nivel, somos un hospital pequeñito, que no es el de la capital de la provincia, así que no nos corresponde estar donde estamos", abunda Garzón.

El número de consultas anuales ha pasado de 8.000 hace unos años a las 20.000 actuales La especialidad se encuentra en una auténtica revolución de nuevos medicamentosEl área realiza un esfuerzo para que las farmacéuticas la incluya en ensayos clínicosEl doctor Ángel León, padre del chef, es el gran impulsor de los avances de la unidad

Esos que estaban antes son los que él llama los originarios, los fundadores de la unidad. Quien estuvo "unos 25 o 30 años dirigiendo el servicio" es Ángel León, padre del afamado chef y la pieza más importante del puzzle. Se jubiló en 2008. Su relevó lo tomó el haitiano Eddy Jean-Paul, que se retiró en 2010, "pero que estuvo también siempre aquí". Cuando la entrevista se encaminaba al final, por casualidad apareció Jean-Paul, que siete años después sigue en contacto con su antigua unidad. "He quedado en el bar de enfrente con un antiguo paciente que me quería contar unas cosas", explica en tono distendido. "Soy de Jerez, ¿no me ves?", dice entre risas haciendo referencia a su negra piel. "Llevo más de media vida en Jerez. Este hospital me ha dado muchas cosas buenas. Te da mucha alegría ver a gente que has tratado con dos o tres añitos, que llegó enferma con una leucemia, y que crecen después como todos los niños".

Ése es uno de los factores que hace que la plantilla de Hematología se vuelque. "Nunca salimos a las tres de la tarde, que es cuando acaba nuestra jornada. Si una persona viene con las plaquetas bajas", dice Garzón, "o con una leucemia, no puedes verlo otro día, ese paciente te exige el máximo porque las enfermedades de la sangre son muy graves y muchos no vivirán". En juego del equipo de Hematología está la vida de muchas personas. "Son tumores líquidos, en la sangre".

Para generar esa calidad por la que se premia hoy con la Medalla de la Provincia hay un componente diario: "Somos muy autoexigentes, si detectamos algo que se podría haber hecho mejor lo tratamos de solucionar siempre". Y ello, aun cuando muchos factores se ponen en contra. Por ejemplo, porque las consultas anuales han pasado de 8.000 a 20.000 en los últimos doce años. "Esto no es una liga, pero somos de los hospitales que realizan más transplantes por el número de hematólogos. El año pasado hicimos 50, por los 38 del anterior. Y somos sólo doce especialistas en la Unidad, mientras que en Málaga, Sevilla, Córdoba y Granada cuentan con el doble".

El año 2016 fue duro. "Tuvimos bajas maternales y jubilaciones que no pudimos cubrir. Si es difícil que te sustituyan por esto, aún más lo es por el aumento de la carga de trabajo, ya te digo que han aumentado mucho las consultas en estos años". Detrás de esto se encuentra el mejor pronóstico de las enfermedades hematológicas y oncológicas, que están sumidas en una verdadera "revolución farmacológica", señala Garzón. Nuevos medicamentos que aparecen cada año favorecen la supervivencia.

Pero la clave de aprovechar esos avances se encuentra, de nuevo, en un esfuerzo a menudo poco divulgado. "La forma que tenemos de que nuestros pacientes aprovechen estos nuevos fármacos está en llegar a acuerdos con las empresas farmacéuticas para realizar ensayos clínicos". Se trata de medicamentos que se encuentran en la última etapa de su desarrollo, la necesaria para que sean convalidados por la comunidad científica y salgan al mercado libre. "Para conseguirlos, tienes que convencer a las compañías de que tienes infraestructura y que puedes captar a estos pacientes, que cumplan los requisitos necesarios. Y un paciente de ensayo clínico requiere el triple de tiempo que un paciente diario, porque deben tomar más constantes, tienes que registrarlas en un cuaderno de recogida de datos... Estamos intentando estimular esto. Tenemos becarios de biología y tratamos de convencer al hospital para tener una unidad específica de ensayos clínicos", explica el jefe de unidad.

Actualmente, el servicio se divide en tres zonas. Por un lado, está el laboratorio, por el que pasan todos los análisis de sangre de todos los pacientes, pero también los de enfermos de hematología. "Lo hemos dividido en dos partes para diferenciar el trabajo". A la vez, nace de una concepción integradora del trabajo, para que los diferentes especialistas del análisis puedan contraponer sus opiniones sobre una misma muestra. Esto ahorra costes económicos y de tiempo, pues si alguno de ellos encuentra una anomalía, puede poner sobre la pista a sus compañeros y acotar la búsqueda. El hospital presume de contar con máquinas avanzadas que facilitan no sólo el diagnóstico y la terapia, sino también la búsqueda de donantes de médula. Además, en este espacio se trabaja con inmunólogos -que incluye alergias o lupus- y oncólogos.

El segundo espacio en el que se desarrolla el trabajo de Hematología es el ala donde están los pacientes ingresados. El pasillo se divide en dos. Al fondo se ubica la zona de aislamiento, donde se realizan los transplantes -de sangre 'limpia' propia, tomada tras quimioterapias, o de donantes externos-, que debido a la inmunodeficiencia severa que sufren en este proceso los enfermos no pueden ser visitados a fin de evitar infecciones. El protocolo es importantísimo. Los propios equipos del área se adentran en esta delicada zona ataviados de pertrechos que evitan contagios que pueden costar vidas.

El tercer espacio es la zona de consultas, que se conecta con la salas en los que se reciben quimioterapias. "Un día normal, pueden darse entre 50 y 75 tratamientos, en mañana y tarde", cuenta el personal. Hematología tiene ocho consultas, aunque hay proyectos de ampliación. Uno de ellos, en el 'hospital viejo', en el antiguo área de Ginecología. Además, cuenta con una ludoteca para que los niños enfermos puedan sobrellevar las largas esperas de consulta y tratamiento. "Aquí vienen magos, payasos, monitores, de la asociación 'Por una sonrisa'", indica Garzón.

Para remachar, el representante del área vuelve a subrayar la importancia de todo el equipo, no sólo de los médicos, "que son importantes, pero no haríamos nada sin buenos enfermeros, que son los que pasan más tiempo con los pacientes, sin los auxiliares, que son los que les cuidan, ni sin las limpiadoras, que son las que mantienen el lugar. Buenos médicos sin buen equipo no hacen nada, y viceversa". En Jerez, como demuestra la Medalla de la Provincia, ha habido eso: equipo.

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