Jerez

Memoria incalculable

  • El Archivo Histórico Municipal habla de su nacimiento, en el siglo XIII, y muestra algunas de las joyas que se conservan en sus instalaciones, como la orden de proveer de trigo a Cristóbal Colón en su segundo viaje

Unos tapones especiales para los oídos facilitan a Esmeralda su estudio. Está en un mundo en silencio. No hay ruido que moleste. En una majestuosa mesa maneja unos legajos centenarios. Sus ojos están clavados en ellos. Está investigando. Que nadie moleste. Frente a ella, José Antonio hace lo propio con otro volumen que da miedo tocar por su antigüedad. Se interesa, “en sus ratos perdidos”, por la estancia de extranjeros en nuestra ciudad hasta 1550, para la elaboración de un libro.

Están en el Archivo Municipal, que nace y crece con la recepción de los documentos que se han ido generando en las distintas dependencias municipales a lo largo de los procesos administrativos que en ellas tienen lugar. Con el tiempo, como el vino, cuando los documentos van cumpliendo años y madurez pasan a formar parte del Archivo Histórico Municipal.

El Archivo nace con la ciudad. Aquí se salvaguarda el ‘DNI’ de Jerez, el llamado libro de repartimiento, del siglo XIII. Una copia del siglo XIV con valor legal ya que el original se perdió. Es la carta de nacimiento de Jerez como ciudad castellana y cristiana, el reparto de los términos que encuentra Alfonso X El Sabio y que entregó a los caballeros que lo acompañaban.

“El Archivo es además coordinador del sistema archivístico municipal, no sólo se conservan los documentos históricos, sino también los administrativos con valores culturales y los científicos, para que no sean eliminados”, cuenta el jefe del departamento del Archivo Histórico Municipal, Manuel Antonio Barea. En este espacio de Archivo Histórico se conservan documentos que tengan cierto valor histórico, que venga dado por la edad del mismo o por un cierto valor intrínseco.

Así, en estanterías y bien protegidos, en el Archivo Municipal se albergan unos 4.000 legajos inventariados y 10.000 libros o documentos originales encuadernados en un volumen, a disposición del público. En estos ‘paquetes’ se encuentran expedientes de vigilancia, guerras, policía urbana, instrucción pública, beneficencia, cementerio, sanidad, fiestas, deportes, hacienda, patrimonio... También están las Actas Capitulares, que se conservan desde 1409. Son documentos que recogen acuerdos tomados en las reuniones del Gobierno de la ciudad a lo largo de los siglos. La serie empieza a ser más completa a partir de 1431 y continúa sin lagunas hasta nuestros días. Estos documentos permiten la reconstrucción de la historia de la ciudad. Hay que decir, “sin pudor”, que la serie de actas, la del concejo de Jerez, es de las más antiguas de Andalucía. “Solamente las Actas Capitulares de Morón de la Frontera comienzan un poco antes que las nuestras, en el año 1402, y las del concejo de Sevilla en 1434. Pugnas aparte, nuestra serie es muy antigua y muy voluminosa, lo que la convierte en un patrimonio histórico documental de gran relevancia para la historia del antiguo reino de Sevilla y de la Corona de Castilla”, comentan desde el Archivo.

Destacan también los Protocolos Notariales, que el más antiguo data de 1392. Su valor como joya del patrimonio documental es incalculable y es un complemento perfecto para el estudio de la historia económica de la ciudad, la vida artística, social y las mentalidades de las clases sociales e la época.

Una de las joyas de la corona es el Archivo Histórico y Reservado. Una colección selecta de los documentos más valiosos que se conservan en este centro. Está dividido en 24 cajones (recordando que en Jerez hubo una vez 24 caballeros principales) y en 22 divisiones temáticas. Los papeles de la Junta de Vinatería, los documentos de los procesamientos de los anarquistas que participaron en las revueltas de finales del siglo XIX, el padrón de la Nobleza de la ciudad, las cuentas del Pósito, los ‘exámenes de oficios’ del siglo XVI, las reglas originales de algunas hermandades jerezanas, las ordenanzas municipales de 1429... También se conserva una colección de 36 volúmenes de Reales Órdenes, Decretos y Cédulas, resultado de las comunicaciones entre la Administración Central y la ciudad entre 1638 y 1824. La primera disposición que se conserva es la ‘Real Cédula’ por la que se manda guardar la Pragmática del 11 de febrero de 1623 sobre modos de probar limpieza y nobleza.

Entre otros muchos papeles, están los Protocolos del Ayuntamiento, que anteriormente a 1842 se unían los documentos originales a las Actas Capitulares, pero a partir de dicha fecha se optó por separarlos en otros libros debido a su cantidad. En los Protocolos están encuadernados todos los documentos sobre lo que han discutido los señores capitulares desde esa fecha en adelante. Hay un índice compuesto en 1923 por el que fue archivero de la ciudad Adolfo Rodríguez de Rivero, aunque sólo llega hasta 1909. En este sentido, Barea recordó otros archiveros como Antonio María Fernández Formentani, que se dedicó a realizar índices manuales de las Capitulares hasta 1890 desde el siglo XV. Indiza el registro civil, una antesala del actual, con unos 30 ó 40 años, contribuciones, censos..., “una labor grandísima que habrá que rememorar con un homenaje”. Entre 1940 y 1970, aproximadamente, ejerce como archivero Manuel Esteve Guerrero, quien hace engrosar notablemente el volumen del fondo con numerosas transferencias documentales procedentes de las oficinas municipales. Desde 1975 a 1987 el Archivo sufre diversos traslados, abandonando así su ubicación durante mucho tiempo en la antigua Casa Consistorial, siendo su última ubicación antes de la actual, un casco de bodega que aún existe en calle Rosario, 14. En 1987 se procede a la reapertura al público en el edificio donde actualmente se encuentra: el antiguo edificio del Banco de España.

Hay que destacar que el Archivo se nutre del propio Ayuntamiento y de donaciones privadas como la realizada semanas atrás por la familia Díez Ponce de León, que entregó 53 legajos y más de 1.700 documentos, “actos de cariño y de reconocimiento a la institución, una manera de preservar la memoria de la ciudad”, subraya Barea.

“Jerez ha sido una ciudad grande desde su nacimiento y que rompe la provincia en dos. Jerez es una ciudad privilegiada y un privilegio en sí misma. La relación visual de la extensión de Jerez se puede ver en el padrón de habitantes. Jerez ha tenido un importante crecimiento demográfico desde los 45.000 en 1787, pasando por los 60.000 en 1897 hasta los 200.000 en el año 2009”, destaca Barea.

Otra de las exquisiteces del Archivo son unos pergaminos de privilegios, con una estructura diplomática concreta, con titulación real, sellos de Alfonso XI (1326) y de Juan II (1429). Un documento en papel que es una Real provisión en la que se ordena proveer de 804 fanegas de trigo a Cristóbal Colón para su segundo viaje. Además, una carta náutica de entorno al año 1500 posiblemente portuguesa. ”El valor de cualquier documento del archivo es incalculable. El mejor archivo del mundo para un jerezano debe ser el de su ciudad porque es la memoria documental de Jerez. Es de los más importantes de Andalucía”, asegura Manuel Barea.

La conservación de los documentos es minuciosa. Hay que evitar la humedad, los bichos a través de unos niveles ambientales y un mobiliario idóneos, “aunque la intención –apunta Barea– es el traslado y la creación de un edificio a propósito para el Archivo Municipal de Jerez para mejorar en sistemas de conservación, preservación y para realizar actividades como exposiciones permanentes que en el espacio actual no tienen cabida”.

Otro de los objetivos del Archivo es la digitalización para la conservación de los documentos y evitar así que la manipulación los deteriore, además de su transmisión a la sociedad. La gran labor se inició hace años con la microfilmación por parte de la Sociedad Genealógica de Utah, entidad con la que el Ayuntamiento tiene convenio para muchos años. Digitalización que está llevando a cabo el Obispo mormón en Jerez, Jesús Sánchez Chacón, cuyo siguiente paso será la digitalización de las Actas Capitulares del siglo XV del Ayuntamiento, a través de una subvención por parte de la Junta de Andalucía, entre otras iniciativas en torno a este proceso, así como convenios con otras instituciones como el Colegio Notarial de Sevilla.

Documentos en pergamino, papel, piel... Historias que lo son gracias a sus fuentes, porque sin ellas no hay historia que valga.

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