Merced paga dos años de cierre

Casas a la venta, negocios cerrados y un solar convertido en 'picadero' marcan la factura que ha tenido que pagar la calle de la patrona en estos últimos 24 meses

Manolo, dependiente de la farmacia de la calle Merced, muestra el solar abandonado por la Junta que se ha convertido en un nido de ratas.
Manolo, dependiente de la farmacia de la calle Merced, muestra el solar abandonado por la Junta que se ha convertido en un nido de ratas.
Redacción / Jerez

16 de julio 2009 - 01:00

La calle Merced ha permanecido durante dos años aislada del resto de la ciudad. Las obras de la Iglesia de Santiago hicieron recomendable que se evitara el tráfico por el lateral del templo, por lo que se instaló una valla metálica que cerró la calle separándola de la plaza de Santiago. Dicha valla hizo las veces de insuperable muro, separando físicamente la castiza calle de la patrona de Jerez del Arco de Santiago. Ayer, cuando a primera hora de la mañana personal de la delegación municipal de Medio Ambiente procedieron a retirar la separación metálica ante Jerez quedó una calle por la que el paso del tiempo durante 24 meses ha dejado la más fea de sus marcas, un lugar donde cinco negocios (prácticamente la mitad de cuantos hay en la calle) han cerrado sus puertas incapaces de sobrevivir con las compras de los vecinos. Para colmo, al aislamiento se le unió la crisis y la situación se volvió insostenible.

Manolo es el dependiente de la farmacia de la calle Merced, una de las boticas más antiguas y señeras de la ciudad. "Hemos aguantado de milagro. Es más, te diría que hemos aguantado porque un servicio como el nuestro no tiene más remedio que aguantar". Frente a la farmacia de Agarrado se erige uno de los principales problemas de la calle Merced, un solar al que el aislamiento de dos años y el olvido de la Junta de Andalucía han convertido en un nido de drogadictos y ratas.

El caso del solar es cuando menos curioso. Se trataba de una vieja casa que se iba a rehabilitar gracias a los planes autonómicos. Las obras comenzaron pero, sin que nadie sepa a ciencia cierta por qué, quedaron paradas dejando la casa hecha una ruina y convertida en un peligro para quien ose meterse dentro, algo que sucede a diario. Que durante todo este tiempo la calle Merced haya estado cerrada al tráfico no ha impedido, de un lado, que los amigos del graffiti hayan llenado las paredes del primitivo edificio 'Dos Ruedas' y, de otro lado, que la calle se haya convertido durante todo este tiempo en un improvisado parking en el que las aceras se erigieron en repentinos aparcamientos. Las aceras han quedado, en muchos puntos, totalmente destrozadas por el peso de los vehículos.

Antonio Medrano es otro de los veteranos del barrio. Es hermano mayor del Prendimiento, que tiene en Merced su casa de hermandad. El cofrade apunta que "uno de mis deseos es que Merced vuelva a tener la vida que tenía antes" y se lamenta del estado de suciedad que han tenido que padecer durante todos estos meses de cierre al tráfico. "Se ha barrido, pero ni mucho menos de la forma que se hacía cuando pasaban coches", aseguró.

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