Jerez

Muere a los 72 años el empresario y bodeguero jerezano Joaquín Rivero

  • El también coleccionista de arte fallece en su ciudad natal a causa de una enfermedad neuronal

El empresario inmobiliario, bodeguero y coleccionista de arte Joaquín Rivero Valcarce falleció el domingo a la edad de 72 años en Jerez, su ciudad natal, a causa de una enfermedad neuronal de rápida evolución por la que estuvo ingresado sus últimos días en un centro hospitalario de la ciudad.

Casado con Helena López de Carrizosa Domecq y padre de una hija, de nombre también Helena, Rivero es un claro ejemplo de hombre hecho a sí mismo -lo que los ingleses llaman self-made man- amasó una gran fortuna dentro del sector del ladrillo, en el que escaló posiciones hasta convertirse en presidente de dos de las mayores inmobiliarias europeas, la española Metrovacesa y la francesa Gecina.

El destacado empresario inmobiliario se caracterizó desde muy joven por su espíritu emprendedor. A los 19 años abandonó su ciudad natal, donde cursó sus primeros estudios en el colegio de los Marianistas, para pocos años después fundar en la Costa del Sol una pequeña empresa de materiales de la construcción, desde la que dio el salto al sector inmobiliario.

En su últimos años, Joaquín Rivero emprendió el que sería su último proyecto empresarial, el de su "retirada" como él mismo lo definió en una entrevista concedida a Diario de Jerez en 2006 que plasmó en la fundación de Bodegas Tradición y de la pinacoteca que alberga parte de su amplia colección de pintura de valor incalculable.

Rivero rescató así la tradición de una de las familias bodegueras más antiguas de Jerez tras una vida dedicada por completo al trabajo, que "para bien o para mal, ha sido la base de mi vida", según confesó en la entrevista publicada por este periódico en diciembre de 2006, recién cumplidos los 63 años de edad, y en la que se mostró encantado de volver a su ciudad natal para poner en marcha "el negocio final de mi vida".

Los problemas económicos y judiciales derivados del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis alteraron sus planes de retirarse plácidamente del ajetreado mundo inmobiliario para volcarse, ya en su ciudad natal, en sus dos grandes pasiones: el vino y el arte. De pensar así en el año 2006 pasó, seis años después, a trabajar "más que nunca para mantener todo en los tiempos que corren, que son dificilísimos, siempre pensando en que esta crisis terminará antes o después", relató su hija Helena también en declaraciones a este medio.

Tras sus primeros pinitos en la construcción en la Costa del Sol y su posterior etapa en Estados Unidos y Latinoamérica que saldó con la edificación de más de 25.000 viviendas, Rivero dio el salto en 1997 a sector inmobiliario al convertirse en accionista de referencia de Bami.

Comenzó así un ascenso meteórico que en apenas una década le llevó a figurar en la exclusiva lista Forbes de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna cifrada por entonces en los 1.700 millones de euros, que supo mantener pese a la crisis, ya que

Tras hacerse con el control de Bami y levantar en apenas cuatro años una empresa que cogió en pérdidas para convertirla en la cuarta inmobiliaria del país, Rivero prosigue su escalada tras la compra en 2002 al BBVA de su paquete accionarial. Un año después, los consejos de administración de Metrovacesa y Bami aprueban el proyecto de fusión de las dos compañías que dio lugar a la primera inmobiliaria española y una de las primeras de Europa. Joaquín Rivero fue nombrado presidente ejecutivo de la compañía fusionada.

En 2005 Metrovacesa adquirió el 68,54% de la primera inmobiliaria francesa, Gecina, en una operación valorada en 5.500 millones de euros, convirtiéndose bajo la presidencia de Rivero en la compañía inmobiliaria líder de Europa.

Posteriormente se iniciaría una guerra de opas por el control de Metrovacesa que acabaría con un acuerdo salomónico por el cual Rivero se mantendría como presidente en Gecina y crearía en España la nueva Bami. Finalmente, los problemas financieros de sus compañías le hicieron perder la presidencia y, después, la mayoría del capital de la inmobiliaria gala. En 2014, con sus principales empresas como Bami ya en concurso, fue inhabilitado a diez años por alzamiento de bienes en la concursada Eusko Levantear.

La misa funeral por su eterno descanso se celebrará hoy, en la iglesia de San Dionisio, a las 10,30 horas.

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