Una vecina de la céntrica calle Zaragoza, de 52 años de edad, y cuya identidad no ha sido facilitada, falleció en la madrugada de ayer por una posible intoxicación por humo tras declararse un incendio en su vivienda por causas que se siguen investigando. Éste no fue el único fuego que se produjo ayer: por la mañana los bomberos tuvieron que acudir a sofocar otro incendio que ocurrió en el piso de una familia de la barriada de Cerrofruto, que vio, pasadas las 8:30 horas, como su salón quedaba totalmente calcinado.

El primero de los sucesos, y que se ha saldado con las consecuencias más dramáticas, se registró durante la madrugada. Eran las 2:00 horas cuando los bomberos fueron requeridos por la Policía Nacional y Local para que fueran al número 16 de la calle Zaragoza. Los vecinos informaban de un fuerte olor a quemado. Tras unos minutos de búsqueda (el exterior del inmueble no delataba nada) y, gracias a las indicaciones de un hombre, los efectivos del 085 consiguieron dar con la vivienda, ubicada en un inmueble que podría encuadrarse en la categoría de infravivienda, aunque para su inquilina ya era demasiado tarde.

El cadáver de la finada fue hallado en una cama. La vivienda estaba inundada de humo denso -muy bajo y pegado al suelo- y en el interior la temperatura era muy alta después de la combustión de distintos enseres.

Según el Consorcio Provincial de Bomberos, el incendio debió comenzar mucho antes de que se detectara y sólo cuando se quemó la persiana, al entrar oxígeno, parece que se avivó. Esa circunstancia fue la que llamó la atención del anónimo vecino que avisó a los servicios de emergencia.

Los bomberos acabaron el servicio a las 5:30 horas, una vez que el forense hubo levantado el cadáver de la víctima, cuya autopsia confirmará si ha muerto por la denominada 'muerte dulce', la inhalación de humo una vez dormida, como sospecha la policía judicial. El cuerpo sin vida fue trasladado posteriormente al tanatorio judicial de Cádiz. Hay que señalar que un total de ocho bomberos intervinieron para sofocar este incendio de calle Zaragoza.

"La pobre mujer estaba carbonizada", indicó un miembro del equipo de emergencias que acudió a esa casa vecinal. La fallecida convivía y mantenía una relación sentimental con un hombre, del cual sólo se sabe su nombre, Pedro, desde hacía varios meses. Ambos eran personas bebedoras, indicaron fuentes de la investigación y así lo ratificaron algunos vecinos horas después tras correrse la noticia. La mujer tenía su movilidad reducida. Otros, como dijo Juan Martínez, "ni nos enteramos de lo que había pasado. Conozco algunos detalles de ellos porque hice unos 'chapús' en el patio de vecinos. Pero vaya a saber qué ha podido pasar".

El citado Pedro salió horas antes de que se produjera el suceso, provocado probablemente ora por una colilla de cigarro mal apagada, ora por un posible fallo en el sistema eléctrico de la casa, aunque la investigación sigue en marcha y, cuando llegó, sólo fue testigo de la tragedia. El fuego pasó desapercibido para los vecinos más cercanos al número 16 pues, como se señala, el exterior del edificio no ha sufrido ningún daño aparentemente.

El segundo de los incendios que se produjo en la ciudad ayer dejó sin salón y con el piso seriamente dañado a una familia de Cerrofruto. Por suerte, sus moradores, un matrimonio mayor y un nieto, ya habían salido al exterior y no han sufrido daño alguno. Los bomberos eran requeridos a eso de las 8:30 horas al declararse un incendio en un primer piso del número 15 de Cerrofruto, un bloque de tres plantas.

Para ese entonces todos los vecinos, cinco familias, habían salido de sus casas y estaban en la calle. El fuego estaba muy activo y empezó a alcanzar la escalera común, pero minutos después los bomberos consiguen controlarlo. Para extinguirlo tuvieron que emplear hasta 3.000 litros de agua. Luego se procedió a ventilar la vivienda. Un retén de ocho efectivos del 085 fue quien acudió.