Galería del crimen

Muerte de un taxista

  • En 1998 un taxista jerezano fue estrangulado junto al hospital de Puerto Real l La investigación desveló la existencia de una organización mafiosa dedicada a introducir hachís en la provincia

José G.M. se mueve incómodo en el estrado. "¿Jura decir la verdad?" "Ehh? Sí, claro. Yo iba a ver a un amigo en la vaquería que tiene cerca del hospital de Puerto Real y estaba ese vehículo en una posición rara, cruzado en un carril". Carmen esperaba el autobús en el clínico la noche del 9 de marzo de 1998. "Escuché voces ante un taxi. Parecía una discusión. Vi un coche gris oscuro salir del lugar a gran velocidad. Por la luz de las farolas vi a uno de los individuos que bajaron a ese hombre, al muerto, de su taxi". José María Z., voluntario de la Cruz Roja, relata que "el taxista Francisco Martín tenía un pasamontañas puesto al revés en la cabeza, es decir, con los ojos y el orificio de la boca detrás, las manos amarradas y los pantalones por los tobillos. No tenía pulso ni respiraba". Germán S., forense, arroja más luz: "El taxista murió por estrangulamiento branquial. Alguien desde atrás le presionó la tráquea con el brazo hasta que perdió la vida. No descarto que el estrangulamiento fuera realizado con un objeto largo y duro, quizás con el mismo palo que dejó una marca post-mortem en su pecho, desde el pectoral al séptimo espacio intercostal. Fue sometido a asfixia por un tiempo indeterminado, aunque superior a dos minutos. El cuerpo presentaba multitud de golpes; algunos pudieron dejarle sin sentido. En el rostro presentaba un golpe asestado con un objeto duro, romo y contuso, quizá un puño americano. No hubo autodefensa, no lucía hematomas en los antebrazos tan habituales cuando alguien se protege de los golpes".

"La mujer que fue a recoger al taxista a Jerez para llevárselo a Puerto Real era conocida como 'La Beli' y vivía en Barbate", dice con seguridad el inspector jefe Román. "Este hilo nos llevó a los hermanos Barrios Camacho, conocidos como 'los Zumosol' como presuntos inductores del homicidio. Esa confidencia tenía la suficiente base como para asegurar que el taxista formaba parte de una trama dedicada al tráfico de hachís que podía haberle dado muerte. El acusado Jesús Troncoso, amigo íntimo del taxista, jugó un papel esencial al relatar con pelos y señales multitud de detalles. Los hermanos del fallecido pasaron de guardar silencio a colaborar de forma decisiva en elaborar el organigrama. La organizacion tenía como cabecillas a los hermanos 'Zumosol'. El taxista era el líder de la organización en Jerez".

Manuel Tuero, prestigioso abogado criminalista asturiano con una de las minutas mejor y merecidamente pagadas del país, es el defensor de los 'Zumosol' y protesta: "No se puede trazar un organigrama sin aportar un solo dato". Pregunta al aire: "¿Hay algún caso que demuestre la falta de profesionalidad de los policías de la comisaría jerezana?". Se está refiriendo a la muerte no esclarecida del joven empleado de la gasolinera Martín Ferrador, Juan Holgado, asesinado en 1995. No procede.

José, hermano del taxista asesinado, reconoce sin ningún género de dudas a 'Beli' como la mujer a la que vio sentada en la terraza de una cafetería en la plaza del Arenal de Jerez y que, poco más tarde, entró para solicitar los servicios de su hermano para que la llevara a Puerto Real. José se gira desde el sillón tapizado en verde que ocupan los declarantes en el estrado y dirige la mirada al banquillo. La señala. "Es ella". "¿Vio a Beli claramente?" "De espaldas, y durante un momento de perfil mientras estaba detrás de la barra". La abogada de Beli denuncia que su defendida "no contó con asistencia letrada desde el primer momento. La instrucción fue un desastre". José, que está acusado de pertenecer a la trama de traficantes de hachís que mató a su hermano, asegura que el taxista trabajaba para Jesús, 'el Zumosol'. "Desde que desapareció aquel alijo de 800 kilos mi hermano estaba aterrorizado. Antes no había cesado de decirle a mi hermano que lo dejara. Llegué a hacer de vigilante en una esquina cuando mi hermano me pidió un favor y sin saber qué descargaban. Eso hizo que nuestras relaciones, estrechas hasta entonces, se distanciaran".

Decían que José Antonio, primo de los 'zumosol', era el supuesto encargado de asesinar al taxista. "La Beli me dijo que recibió el encargo por parte de mis primos de ir a Jerez a recoger al taxista y llevarlo a Puerto Real. Jamás me dijo que supiera que allí encontraría la muerte y nunca creí que mis primos fueran capaces de eso". "¿Fue usted el autor de la muerte del taxista?". "¡Por Dios, no, naturalmente que no!". "Un policía nacional le vio en las inmediaciones del lugar del asesinato el día de autos...". "Ese policía miente". "¿Recibió regalos de los 'zumosol' durante su estancia en prisión?" "No". "¿Y un televisor en su celda enviado por su primo Jesús?". "Sí, eso sí. Somos familia". Se escucha una cintagrabada en la cárcel. Es su voz: "...Encima de que les cubro las espaldas". "Esa no es mi voz". Beli cambia su declaración: "Me dijeron que me iban a caer 20 años de cárcel y que me retirarían a mis hijos. Ellos ponían lo que querían y yo lo firmé". El policía que había asegurado ver a José Antonio se desdice: "Era el más parecido de los que estaban en la rueda de reconocimiento" El fiscal se indigna: "Usted tardó meses en identificar a este hombre y ahora no está seguro".

"Jerez era un punto de carga de camiones con rumbo a Holanda", explican los 'estupas'. "Los portes de droga se realizaban en furgonetas que alquilaba José 'El Albañil' en una empresa del aeropuerto. Éstas eran devueltas con 230 kilómetros recorridos. Pero una recorrió 4.000. Había 800 kilos en ese inventario que no aparecían y nadie sabía qué llevaba la furgoneta que hizo 4.000. No hay que ser muy listo..." "¿Quién era 'Jaime'?" "Hamadi Hamed, 'alias Jaime', era el presunto jefe de la trama en Marruecos, un tipo duro, enchaquetado, al que no se pudo encausar porque en una ronda de reconocimiento no se estableció vinculación concluyente". Uno de los abogados deduce: "Entre lo que se ha podido aclarar es que la trama tenía una condición bicéfala, es decir, había dirigentes encargados de meter el hachís en la península, los marroquíes, y otros que se dedicaban a distribuirlo. Sobre estos últimos ha recaído el proceso judicial, si bien la sospecha de la ejecución del taxista, en mi opinión, recae sobre los mencionados en primer lugar". Pepe 'El Albañil' reconoce que alquiló varias veces furgonetas para el asesinado, ignorando en qué las iba a emplear. "Era una buena persona, con prestigio, yo no sabía que podía traficar con drogas, pero yo no tengo nada que ver y si yo viajaba a Colombia es porque mi mujer es de ese país. He firmado cosas que no he leído y que no me leyeron".

Un tasquero declara que los hermanos 'zumosol' estaban viendo el día de la muerte del taxista un partido del Madrid contra el Bayern Levernkusen en su local. "Lo recuerda usted muy bien para haberlo delcarado dos años después", le afea el fiscal. Troncoso es claro: "Días antes, los acusados y el taxista tuvieron una reunión en el lugar donde se guardaba la droga, la nave de un polígono de El Portal". Los abogados ponen en duda la capacidad mental de Troncoso. "Todos sabemos cómo son los niños. De forma natural cuentan mentiras, se las creen y, además, son especialmente crueles", dice uno de los abogados. Un psiquiatra dice que Troncoso "discierne y tiene un lenguaje fluido". Estupor en la sala. A Troncoso apenas se le entiende, pero su testimonio golpea por igual a los presuntos colaboradores en el asesinato como a todos los colaboradores de la trama, los cuales coincidían en el un bar de la plaza del Arenal.

(Los hermanos Zumosol fueron condenados como autor y cómplice del asesinato del taxista Francisco Martín a penas de 19 y 11 años de prisión en noviembre de 2003, cinco años después de los hechos).

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