Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

arquitectura

Nueva vida para una vieja vigía

  • Ya se ha abierto el plazo de dos meses para que se presenten propuestas arquitectónicas para cambiar la imagen de la Torre Tío Pepe del circuito

Un 8 de diciembre de 1985 se celebraba la primera carrera en el circuito de velocidad de Jerez, concretamente una prueba del calendario del Campeonato de España de Automovilismo. En aquel entonces, en ese paraje situado a pie de la antigua carretera de Arcos, solo había poco más que el trazado pero ya comenzaba a erigirse una vigía que se convirtió en su símbolo, aunque su uso y su estado de conservación haya ido decayendo con el paso de los años. Se bautizó en planos como torre de control pero pronto adquirió el nombre de su patrocinador, Torre Tío Pepe. Treinta años después, esta atalaya ha permanecido inalterable manteniendo una estética que evoca aquella década en la que el Ayuntamiento de Jerez, con Pedro Pacheco al frente, se atrevió a construir un circuito permanente de velocidad que se ha convertido en el mayor escaparate que tiene la ciudad a escala mundial.

Hace escasas semanas se abrió el concurso para la presentación de propuestas arquitectónicas para modernizar la imagen de este símbolo del trazado. Sin embargo, la convocatoria va más allá pues se pretende que también se aporten ideas para explotar este equipamiento. El objetivo no es otro que generar "actividad económica" que complemente al circuito, tal y como explica el director de Cirjesa, Cornelio Vela.

Un recorrido por la torre corrobora la necesidad de intervenir en este hito arquitectónico y su infrautilización a día de hoy. No hay problemas estructurales de gravedad pero hace falta una actuación de cierto calado ya que el edificio no ha tenido apenas intervenciones en sus tres décadas de vida -pintados, sustitución de ventanas y poco más- y los rigores de la climatología son impasibles. Hay filtraciones de agua de lluvia que tienen anegado el sótano, se hace necesario mejorar los cerramientos de las plantas mirador y requiere una mejora la red de cableado que alimenta la torre y su zona de comunicaciones.

De casi 22 metros de altura (a la que hay que sumarle la famosa botella de Tío Pepe, que la eleva hasta superar los 30 metros,) está construida sobre un montículo a unos 60 metros por encima del nivel del mar y unos 30 sobre la recta principal del trazado. En los fines de semana de Gran Premio sigue siendo utilizada tanto como zona de protocolo -es lugar de algunas firmas colaboradoras con la prueba- como centro de observación para comisarios y de comunicaciones. Sin embargo, la gran reforma realizada al circuito a principios de la pasada década la condenó a un lento ostracismo. La 'culpa' la tuvo la nueva zona de boxes, con nuevos espacios para el protocolo, mucho más amplios y acondicionados, y con un mirador exclusivo sobre la recta de meta.

La idea de reformar la torre se anunció durante el Gran Premio de 2015 coincidiendo con la adhesión de Bodegas González Byass al grupo de patrocinadores de la Capitalidad Mundial del Motociclismo. Año y medio después se ha abierto el concurso que debe revitalizar este símbolo. Aún es pronto para hablar fechas pero se espera que en 2018 la Torre Tío Pepe pueda lucir su nueva imagen.

La sociedad pública Cirjesa, que gestiona el trazado, ha dado absoluta libertad a los aspirantes. Los únicos requisitos son que debe conservarse la estructura de la torre -aunque deberán realizarse algunas reparaciones- y que la propuesta tenga una calidad arquitectónica que vaya acorde con la trascendencia del circuito. Además, se invita a que se planteen posibles usos para este balcón privilegiado del trazado. "La estructura está bien aunque hay algunas reformas que deben hacerse", se apunta desde Cirjesa. El objetivo es que con el concurso no solo se le haga un 'lifting' a esta vigía singular sino que, incluso, se le pueda dar un uso más allá de balcón privilegiado del circuito. Desde la sociedad pública se confía en un alta participación gracias al simbolismo que tiene la torre. Además, juega a su favor su proyección mediática por las pruebas que alberga la instalación a lo largo del año. "Es un torre que se verá en todo el mundo y eso es un regalo para los arquitectos", apostillan los directivos de Cirjesa.

Los requisitos que se establecen en el pliego que regula el concurso es que se haga las reparaciones de la estructura y se le dé "un tratamiento de arquitectura contemporánea" pero siempre respetando que la torre es el principal espacio publicitario de la instalación. El famoso Tío Pepe seguirá en la azotea ya que González Byass mantiene vigente un contrato de patrocinio con el trazado.

El concurso cuenta con varios retos para los profesionales. Para empezar, está el presupuesto puesto que la actuación que se plantee no puede superar los 325.000 euros de presupuesto pro lo que actuaciones estructurales de calado están prácticamente descartadas debido a su elevado coste -la actuación se financiará con parte de los fondos obtenidos por patrocinios de la Capitalidad Mundial de Motociclismo-. También juega el hándicap del espacio. La torre cuenta con cuatro plantas (tres de ellas cubiertas) aunque la mayor, la última, tiene una superficie de unos 75 metros cuadrados (su parte central está ocupada por los accesos de escalera y ascensor); las otras dos cuentan 42 metros cuadrados útiles. En la base, se encuentra una pequeña zona de servicios públicos y el acceso al sótano, que actualmente está sin uso ya que se anega por las filtraciones del agua de lluvia -carece de un sistema de canalización que haga salir el agua-.

La torre está edificada sobre un monte cuyas faldas también son un graderío improvisado, y privilegiado, en la semana de grandes premios. Algunos ya ven en este espacio un complemento perfecto para esta atalaya aunque serán los arquitectos que se presenten al concurso los que deben hacer propuestas al respecto. Las ofertas serán analizadas por un jurado que hará una primera criba y elegirá a las tres finalistas. La ganadora se decidirá mediante votación popular.

Pero el concurso se pretende que se convierta en algo más que una simple reforma de la torre según explica el director del trazado. Así si el 'Ovni' simbolizó a principios de la pasada década la modernización del trazado, la Torre Tío Pepe se pretende que sea ese nuevo emblema de un circuito que se adapta a los nuevos tiempos y a las exigencias de equipos y profesionales del motor. Otras actuaciones previstas a corto y medio plazo, si los presupuestos lo permiten, se centrarán en la mejora del asfaltado del trazado así como la construcción de un minicircuito en el aparcamiento principal, una actuación que irá vinculada al centro de innovación del motor que promueve la Junta. También se ve necesario reformar algunos graderíos aunque todo dependerá, claro está, de la disponibilidad presupuestaria.

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