Pablo Hermoso: "El caballo dio avisos de que no estaba bien"
La página ecuestre
El rejoneador espera que en un mes vuelva al trabajo, al ver la sorprendente recuperación del fabuloso lusitano 'Patanegra' tras la violenta cogida del sábado
'Patanegra', el soberbio lusitano castaño del rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, está saliendo de manera airosa de la violenta cornada que recibió la tarde del pasado sábado 23 de mayo del quinto toro del festejo de rejones de la feria madrileña de San Isidro. Su espectacular y positiva evolución ha dejado incluso sin palabras al equipo veterinario que lo está asistiendo, tal y como comentó ayer a este periódico Juan Andrés Hermoso de Mendoza, hermano del afamado jinete: "El caballo se está recuperando de manera positivamente anormal. Ya está comiendo sólido y desde el día siguiente de la cogida defeca y orina correctamente, lo que nos hace estar relativamente tranquilos y esperanzados". Como es de suponer, una herida de este alcance deja abierto un gran abanico de riesgos y complicaciones durante la convalecencia. El caballo fue enganchado por el pecho por un toro de Fermín Bohórquez cuando el rejoneador navarro se disponía a colocar el rejón de castigo. Una vez abatido, el morlaco se enceló con el caballo abriéndole en canal la barriga y dejando al aire las tripas en un reguero de sangre. Así pues, con las heridas aún frescas, el caballo es en estos momentos muy vulnerable a sufrir diferentes complicaciones en forma de infecciones o cólicos. "Los riesgos existen de mil maneras pero el estado de ánimo del caballo nos hace estar tranquilos y confiados en que todo se va a ir desarrollando favorablemente", explicó Hermoso de Mendoza.
El caballo torero, al igual que el hombre que se enfrenta a un toro bravo, está hecho de otra pasta. 'Patanegra', un bello potro castaño de cuatro años y del hierro de Hermoso de Mendoza, será dado de alta la semana que viene si su evolución continúa siendo como hasta ahora. Y no solo eso, desde las cuadras del rejoneador navarro se adelanta que en unos días estará de nuevo entrenando y trabajando para seguir dando tardes de gloria a uno de los rejoneadores más famosos del escalafón. "Si todo sigue igual, la semana que viene el caballo podrá irse a casa y de seguir como hasta ahora la evolución, podría estar de nuevo entrenando en unos veinte días o un mes, pero todo esto se verá", adelantó ayer Juan Andrés hermoso de Mendoza.
El jinete navarro ha barajado la posibilidad de que el caballo rechace la presencia del toro bravo una vez se incorpore de nuevo al trabajo. "Claro que cabe la posibilidad de que no sea el mismo caballo, pero vamos a confiar en que no sea así, sobre todo si hacemos uso de la experiencia que tenemos en la cuadra con otros caballos".
La cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza es la primera vez en sus 25 años de historia que se enfrenta a una cornada tan brutal y violenta como la recibida el sábado 23 de mayo. Es verdad que han sido varios los caballos de esta ganadería que están marcados por la fuerza del pitón de un toro bravo, pero también es verdad que todas estas cornadas han sido traseras, lo que resta gravedad a los hechos. Tanto ha sido así, que la escalofriante cogida de 'Patanegra' logró eclipsar la artística tarde de toros que estaban teniendo tanto Pablo Hermoso de Mendoza como sus compañeros de cartel.
Tras la tormenta llegó el momento de reflexionar. Pablo Hermoso de Mendoza ha llegado a la conclusión de que fue un cúmulo de circunstancias lo que provocó la fatal cogida. "Ese día había llovido mucho y hacía mucho frío, lo que impidió que la cuadra calentara y entrenara en el patio como se suele hacer en estos casos, vamos que el caballo salió algo frío y agarrotado a la mano. Pablo lo percibía así y además pensó que el toro estaba más lejos, así que cuando se quiso dar cuenta estaba muy cerca y el toro se arrancó. Entonces, la única reacción que tenía el caballo era intentar saltar en señal de defensa, y fue ahí cuando el toro se fue a por él y le corneó en la barriga y ya no hubo escapatoria. Además, Pablo se llevó al caballo a un terreno nada favorable, porque tenía en frente la puerta de cuadras y el caballo, lógicamente, estaba más pendiente de lo que tenía al fondo del ruedo que del toro. Pablo dijo que el caballo le dio avisos de que algo iba a pasar, que no estaba bien".
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