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El caso asesores, en el supremo

Pacheco no espera resolución hasta después del verano

  • El ex alcalde pasó la jornada tranquilo, salió a correr, comió con algunos viejos amigos y confía en una solución positiva

Hay cosas que no se entienden, que funcionan con pactos no escritos, que era como se funcionaba antes. No vale esto como defensa ante el estricto cumplimiento de unas leyes a las que nadie prestó atención. O sí vale. Se hacían las cosas como se hacían y no hacían daño a nadie. Entonces los jueces o los fiscales o los abogados cogen aquellas cosas, las meten en un sumario y dicen qué hacemos con todo esto, intentan que casen con algo parecido a lo que dice la ley, que está tan mal mirada como todo lo que está mal mirado en este país. En esa forma nueva de admirar nuestra realidad caen en las redes aquellos que por acusaciones cruzadas, por inquinas, se sientan en un banquillo. No hablamos de grandes malversaciones, ni de corruptelas de magnitudes catedralicias. Hablamos de lo que siempre pasó: yo te echo una mano, vienes por aquí un rato y asesoras. Eso se llama, según el fiscal, seis años de cárcel. Caramba.

Pedro Pacheco no quiso ayer hacer delaclaraciones, no era el momento, pensaba, tiene que hablar la Justicia con su lentitud habitual. ¿En quince días? ¿Quince días? Eso sería de una rapidez que está fuera de nuestros órdenes de medición, desafiar la ley del sonido judicial.

Fuentes cercanas a Pacheco recordaron que lo que se veía ayer en el Supremo se hacía porque lo había pedido Pacheco, lo que no es tan habitual. Pacheco era el mayor interesado en que esto, sea lo que sea esto, se resolviera cuanto antes. El ex alcalde de Jerez, denunciado por la ex alcaldesa de Jerez, a su vez denunciada y en el banquillo por el ex alcalde de Jerez, quiso tener una jornada normal, sin alterarse. Y a eso dedicó el día. A su normalidad. Salió a correr como hace tiempo que ha vuelto a hacer, ahora que ha recuperado un poco la forma física, intentando coger el tono dentro del tono que puede coger una persona que ya ha cumplido los 65 tacos.

Tomó el aperitivo con unos amigos y comió con otros amigos. Recibió llamadas de apoyo y contestó a todas que reservaran todo esto para más adelante, que nada de lo que había sucedido hoy en Madrid tendría una consecuencia hasta dentro de muchos meses, quizá en otoño, o, incluso, quizá el próximo año.

Periodistas llamaron y preguntaron qué le parecía que el fiscal ampliara la petición de condena y él amablemente declinó cualquier tipo de declaración. No había nada que decir. Todo lo que se tenga que decir será más adelante. Si es positivo (y lo de positivo siempre será relativo), arderá Jerez. Si es negativo (y lo de negativo siempre es relativo), arderá Jerez. Jerez siempre puede arder, aunque difícilmente por asuntos que son cuitas del pasado, ajustes de cuentas, rencillas personales que queman en las manos de los jueces.

Pacheco está convencido de sus razones. O, para ser más exactos, no entiende nada. Llegó a decir al juez en la vista en Jerez que no entendía de qué se le acusaba. Pilar Sánchez vino a decir más o menos lo mismo. Es otro tiempo juzgado por la imposición de los nuevos tiempos. Y eso puede, incluso, llegar a ser desconcertante.

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