Paco Muñoz y su familia, una institución rociera

Paco Muñoz junto a su esposa, Loli Lara, y su hijo Raúl, en la puerta de su cuarto de la casa de hermandad.
Paco Muñoz junto a su esposa, Loli Lara, y su hijo Raúl, en la puerta de su cuarto de la casa de hermandad. / Manuel Aranda
M. S.

Doñana, 05 de junio 2017 - 02:07

Paco Muñoz aguarda en el número uno de la casa de hermandad de Jerez a que llegue el Simpecado. Es la primera instancia que te encuentras según se entra a la izquierda. Uno piensa que esto no ha ocurrido gratuitamente. Aquí no existe el albur al estar tan cerca la Virgen del Rocío. Nada es fruto de la casualidad. Estoy convencido de que Paco y su familia están en el primer cuarto de la casa de hermandad, a la entrada principal de los romeros, porque nadie podría recibir a quien visita la hermandad con tanto arraigo y tanto rocierismo en las espaldas como el de este cofrade del Transporte que tanto quiere las marismas almonteñas.

"Yo llegué aquí trabajando -comenta-. Trabajaba en una empresa de electricidad y estábamos montando un transformador. Aquello ocurrió en el año 1964. Y ya me enamoré de la Virgen", asegura. Este año lo ha tenido más complicado que nunca. Loli Lara, su señora que no ha faltado a ninguna cita con la Virgen, ha estado 'malusquilla' y poco ha faltado para que todo se hubiera ido al garete. "Pero a ver cómo le decíamos a Raúl que este año no veníamos al Rocío, con lo que le gusta a él todo este ambiente", afirma Paco.

Raúl nos mira con sus dos medallas colgadas al cuello. Es la mirada de un chaval más pura que se pueda encontrar a bastantes kilómetros a la redonda. Le brillan los ojos de asombro y de ilusión cada año que se abre la puertezuela del cuarto y Paco comienza a servir cervecitas a quien pasa y lo saluda. "Yo hace ya muchos años que no bebo. Pero vengo con mis cositas porque hay que dar una copa, hombre", asegura.

Paco Muñoz es un tipo extraordinario y su hijo Raúl es un encanto. La señora de Paco Muñoz es entrañable y me cuentan que cuando guisa en el Rocío retumba de apetito hasta la casa de hermandad de Ginés.

Son tres rocieros de los antiguos. Años y años con su cuarto en la casa de hermandad del Rocío. Paco atestigua que ese cuarto número uno lo consiguió cuando era mayordomo segundo. Que tampoco lleva allí tanto tiempo. Pero uno diría que está en ese primer lugar de toda la vida. No hay mejor anfitrión que Paco Muñoz a las puertas del Rocío de Jerez. Ni un tipo que quiera más al Rocío que su hijo Raúl. Me juego lo que cada lector de esta semblanza quiera. Y no pierdo.

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