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Historia
  • El Ayuntamiento avanza su intención de trasladar el Archivo Municipal a las antiguas bodegas Díez Mérito

  • Expertos hablan del gran valor de este espacio y de sus carencias

Palabras mayores

Palabras mayores Palabras mayores

Palabras mayores / Vanesa Lobo (Jerez)

Escrito por

Arantxa Cala
Un investigador trabaja en la zona de estudio del Archivo Un investigador trabaja en la zona de estudio del Archivo

Un investigador trabaja en la zona de estudio del Archivo / Vanesa Lobo (Jerez)

Un queso era lo único que aquel buen hombre tenía para dejar en herencia. En el siglo XVI bien lo valía y seguramente calmó el hambre de toda una familia por unos días. ¿Mujer y cirujana en aquellos tiempos? Sí, Catalina Hernández consiguió ejercer, respaldada además por voces masculinas. La epidemia de peste de 1521 dejó durante dos años a la iglesia con menos ingresos, hecho que repercute en la arquitectura de la época. Contratos de todo tipo de actividad, o el reflejo de cómo América se va metiendo en nuestras vidas. La llegada de un hombre con un gran pájaro azul... Son documentos que cuentan cómo era la vida, cómo se movía todo, es la historia social, no sólo de Jerez sino también de España. “Pocos son conscientes de lo que hay aquí metido. Es algo muy valioso”, asegura un historiador jerezano.

Se refiere este joven investigador al Archivo Municipal, ubicado en la plaza del Banco, donde comparte edificio con la Biblioteca Central desde 1987, espacio que se va quedando cada vez más pequeño. Buscar una nueva ubicación que se adapte a las demandas del Archivo, es una petición histórica. De hecho, hay investigadores que no dudan en decir que, pese “a la importancia de su extraordinario fondo, uno de los mejores de España, ha sido siempre la oveja negra de las instalaciones municipales. Y eso que es uno de los más importantes archivos públicos de Andalucía. Aquí hay protocolos notariales del siglo XIV. En Sevilla no los hay con tanta antigüedad. O te quedas con la boca abierta cuando ves un documento firmado por el mismísimo Álvar Núñez Cabeza de Vaca. ¿Tú sabes de qué estamos hablando?”. Son palabras mayores.

El jefe de Unidad del Archivo, Cristóbal Orellana, junto a la directora del Instituto de Cultura, Carla Puerto El jefe de Unidad del Archivo, Cristóbal Orellana, junto a la directora del Instituto de Cultura, Carla Puerto

El jefe de Unidad del Archivo, Cristóbal Orellana, junto a la directora del Instituto de Cultura, Carla Puerto / Vanesa Lobo (Jerez)

Estos mismo expertos añaden que esa falta de espacio “genera que los documentos no estén bien conservados porque las instalaciones no son adecuadas. Por otra parte, urge la digitalización para evitar el deterioro de, sobre todo, los documentos más utilizados, como las actas capitulares. Las instalaciones para usuarios tampoco son las más adecuadas, o te mueres de frío o de calor. Y tras algunas consultas te vas a casa lleno de restos de los documentos. Esto no pasa en otros archivos”. Un asiduo visitante asegura que el 99% de sus investigaciones están apoyadas por los distintos fondos del Archivo Municipal, con la aportación de datos inéditos surgidos de esos fondos sobre, por ejemplo, el vino, las bodegas y la ciudad de Jerez a lo largo de los siglos.

Otro estudioso relata que su “experiencia con el servicio que hacen los trabajadores del archivo es buena. La principal pega son las instalaciones que no son las más adecuadas ni para el usuario, ni para los documentos. Sigue siendo necesario un edificio propio. Lo mejor sería rehabilitar un edificio del centro de la ciudad, entre los que son propiedad del Ayuntamiento, caso de los Palacios Riquelme o Villapanés, por ejemplo”.

Desde el Ayuntamiento, el delegado de Dinamización Cultural y Patrimonio Histórico, Francisco Camas, asegura que sí hay proyectos para el Archivo: “se trata de la rehabilitación de un edificio de oficinas y una nave de las antiguas bodegas Díez Hermanos para la ubicación del Archivo Municipal de Jerez. El edificio de oficinas fue construido como ampliación del anteriormente existente que se encuentra cedido a la Junta de Andalucía para la construcción en él de un centro de salud. La ampliación sobre la que se propone el proyecto de Archivo Municipal consta de dos plantas de altura y en él se ubica el programa de oficinas y salas de trabajo del Archivo. En la bodega contigua al edificio se prevé la instalación de los contenedores de documentos, pasando la bodega de ser un espacio para el almacenamiento de vino a ser un lugar para el almacenamiento de parte de la historia de la ciudad. Estos contenedores de documentos serán elementos independientes del espacio bodeguero, reuniendo en ellos tanto los sistemas de almacenamiento como los de protección de los mismos”.

Orellana muestra los libros del Gremio de Vinatería. Orellana muestra los libros del Gremio de Vinatería.

Orellana muestra los libros del Gremio de Vinatería. / Vanesa Lobo (Jerez)

Una proyecto que se pretende esté financiado con la línea de ayudas de la Unión Europea Next Generation, aunque se desconocen los plazos. Hay que recordar que ahora mismo el Archivo tiene tres depósitos de documentos repartidos por la ciudad: en los sótanos de la estación de autobuses, en Consistorio y otro en el propio Archivo.

El Archivo es la institución municipal más antigua de la ciudad. “Hay que tener en cuenta que cuando Alfonso X ‘El Sabio’ conquista la ciudad en 1264, enseguida empieza a firmar privilegios, mercedes, franquezas, el Libro del Repartimiento y eso hace que el archivo funcione desde el siglo XIII hasta nuestros días”, apunta Cristóbal Orellana, que fue nombrado hace unos días jefe de unidad del Archivo Municipal; y Natalio Benítez, jefe de unidad de la Biblioteca Municipal.

“Desde mi nuevo cargo, entre mis objetivos están seguir con el rumbo que llevamos, con la continuación de las actividades y poner en valor los documentos que conservamos, así como el servicio y las instalaciones. Y no voy a negar que deseo imprimirle una nueva velocidad a ese proyecto de mudarnos a un nuevo edificio. Todo el mundo sabe que el Archivo lo requiere, necesitamos espacio para mantener la documentación ordenada, y no dispersa, aunque ordenada, en tres depósitos. No está bien. Todo debe estar en un mismo inmueble. También habría que mejorar las condiciones higrométricas de la documentación, pero es cierto que aquí no hay variaciones de temperatura porque el edificio tiene unos muros estupendos”.

Entre las propuestas que se han ido barajando a lo largo de los años como nuevas sedes del Archivo están el Palacio Riquelme, un casco de bodegas en la calle Lechugas o el edificio de Correos, entre otras, que no tuvieron solidez. La más firme parece Díez Mérito, tal como señala Camas.

Otros de los documentos del Archivo. Otros de los documentos del Archivo.

Otros de los documentos del Archivo. / Vansa Lobo (Jerez)

Miles de documentos del Archivo, así como su propia biblioteca, han sido digitalizados y se pueden consultar desde casa. Por ejemplo, registros civiles, actas capitulares desde 1409, actas del Ayuntamiento desde 1820... El documento más antiguo que se conserva es de 1268, que es la confesión de un fuero, en pergamino, que se podría considerar el acta de fundación de la ciudad como cristiana y castellana, en el que Alfonso X otorga a Jerez los mismos privilegios y franquezas que tenía Sevilla en esos momentos.

“No hay tanta cantidad de historiadores como documentación por mirar. Faltaría tiempo para ello. El Archivo es una caja de sorpresas, de hecho, de los protocolos notariales, que es de lo más consultado, se sacan piezas que se desconocen y que son relevantes para la ciudad. La sección de beneficencia, desde el siglo XV al XIX, se consulta poco, y eso que retrata las condiciones de vida de la gente. Y así, hay muchas secciones curiosas y animo a que se venga a investigar. Todavía queda mucho por digitalizar, pero es un reto que conseguiremos”.

Cristóbal pone el acento también en los Archivos del Gremio de Vinatería, de los siglos XVIII y XIX, aún por explorar; o en los libros del padrón de la ciudad, que se conservan desde 1760 hasta el año 2000, aunque se sigue recibiendo.

Hileras de estanterías con archivos y colecciones de todo tipo. De cada legajo se podría hacer una película, contar una historia, rodar una serie, escribir un libro. Es la vida que fue. Testimonios escritos a la espera de que otros ojos les den voz de nuevo, los rescaten de la oscuridad de un libro cerrado. Arrojar luz sobre cómo fuimos y seguir construyendo la historia. Pero mejor, en una casa más grande.

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