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Pasos de peatones y carros de chucherías, aspectos a mejorar

  • El paso de un lado a otro de la carrera oficial se hace hasta peligroso por la afluencia de público

De nuevo están en la picota dos puntos en el debate de las mejoras de cara a hacer una Semana Santa más segura y con más argumentos para erigirla como de interés turístico internacional. Desde hace meses, el consejo venía trabajando en el ensanche de ciertos pasos de peatones. Sin embargo llegó la Semana de Pasión, se montaron los palcos y los pasos siguen siendo escasos y con poca anchura. Concretamente, el que está situado frente a Santo Domingo y que da a San Juan de Letrán, es una verdadera odisea.

Por parte del consejo y del propio Consistorio, se hace necesaria la reflexión sobre este asunto. Las vallas -que separaban al río humano que va en una dirección del que va en la contraria- se han perdido. Si a este desbarajuste se añade el tránsito de carritos de niños pequeños o de personas en sillas de ruedas, el paso de una zona a otra de la carrera oficial se antoja como poco menos que una competición de kayak.

Se hace necesario un sencillo reglamento que normalice el uso de los carritos

Carritos

Por otro lado, la asignatura pendiente de los carritos de chucherías sigue vigente, un año más, en la Semana Santa de 2018. Se parte de la idea de que es más que lícito que se pueda ofrecer la oportunidad de trabajar aprovechando los días de afluencia de público. Es más, la presencia de los carritos es hasta necesaria en la Semana Santa, pues por mucho que molesten las trompetillas de juguete en las manos de un pequeño, la Semana Santa no es lo mismo sin ese estruendo tan clásico. Ahora bien, el control y la redacción de un reglamento se hacen necesarios. Hay carritos que anteceden a las cruces de guía de las cofradías y que frenan los ritmos de los cortejos. En muchas ocasiones, estos puntos de venta ambulante están colocados en lugares estrechos donde se hace dificultoso el tránsito de público. Eso sin contar la presencia de carritos por calles con circulación de coches.

La necesidad de este sistema de negocio es lícito. Pero también lo es que exista un orden para los mismos. Motores de generadores, focos de luces que rompen con la oscuridad de un enclave a la hora del paso de una cofradía son algunas de las mejoras que se tienen que tener en cuenta con este asunto de los carros de golosinas movibles por cada rincón por donde pasa una cofradía en la ciudad en estos días de Semana Santa.

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