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Sobre los libros incautados al Patronato de Misiones Pedagógicas por la Biblioteca Municipal de Jerez en 1937

Sobre los libros incautados al Patronato Misiones Pedagógicas por la Biblioteca Municipal de Jerez en 1937

Sobre los libros incautados al Patronato Misiones Pedagógicas por la Biblioteca Municipal de Jerez en 1937

Cristóbal Orellana, jefe de la Unidad de Archivo; José García Cabrera, antropólogo e investigador; Natalio Benítez, jefe de la Unidad Red de Bibliotecas; y Carla Puerto, jefa del Departamento de Cultura. Cristóbal Orellana, jefe de la Unidad de Archivo; José García Cabrera, antropólogo e investigador; Natalio Benítez, jefe de la Unidad Red de Bibliotecas; y Carla Puerto, jefa del Departamento de Cultura.

Cristóbal Orellana, jefe de la Unidad de Archivo; José García Cabrera, antropólogo e investigador; Natalio Benítez, jefe de la Unidad Red de Bibliotecas; y Carla Puerto, jefa del Departamento de Cultura.

La llegada de la Segunda República a España en 1931 supuso la puesta marcha de un ambicioso plan para el fomento de la lectura que descansaba fundamentalmente en un proyecto de creación, organización y mejora de las bibliotecas públicas. De ello se encargaría el Patronato de Misiones Pedagógicas, dotando de bibliotecas a las escuelas de educación primaria de los pequeños núcleos de población rural, a fin de difundir el libro y el cariño por la lectura entre sus alumnos y la población en general. Hasta junio de 1936 se habían distribuido ya estas bibliotecas en más de 5.500 pequeñas localidades.

En nuestra ciudad, entre finales de 1933 y comienzos de 1934, once de sus escuelas públicas recibieron también del Patronato uno de los lotes de 100 libros, gracias al maestro-inspector y director de la Escuela Graduada 'Carmen Benítez' Teófilo Azabal Molina que instó, con vehemencia, a los maestros y maestras de su zona de inspección a que solicitaran del Patronato estas bibliotecas.

A partir del 18 de julio de 1936 en Jerez estas humildes bibliotecas fueron objeto de persecución que terminó con su destrucción, depuración o incautación y, en todo caso, con su desmantelamiento. En nuestra ciudad, 240 ejemplares fueron retirados de 8 de las 11 escuelas de las que se posee información.

Posteriormente, estas 240 obras fueron entregadas al bibliotecario municipal Manuel Esteve Guerrero y en la Biblioteca Municipal permanecieron sin ninguna indicación acerca de cuál habría de ser su destino, hasta que en los primeros meses de 1937 sufrieron un nuevo expurgo ahora por parte de este funcionario municipal, que se incautó de 167 ejemplares, devolviendo aquellos que a juicio del bibliotecario municipal no ofrecían “peligro para la moral” ni atentaban contra los principios ideológicos del nuevo régimen político. Estos 163 volúmenes incautados quedaron definitivamente en la Biblioteca Municipal como propios y fuera del alcance de los lectores.

A lo largo de estos 87 años transcurridos desde de su incautación todos estos ejemplares han desaparecido de la Biblioteca Municipal, excepto 32 ejemplares que han sido recientemente hallados e identificados por el investigador José García Cabrera y que ahora se presentan en esta exposición.

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