Peregrinación a pie hacia El Rocío por el tratamiento de su hijo Jose

Iba en coche hacia Madrid cuando a José Carlos, padre un niño de diez años con parálisis cerebral, en plena oración a la Virgen del Rocío, se le ocurrió realizar la siguiente promesa: "Si mis niños -su hijo Jose y su amiga Marta- pueden comenzar un tratamiento hormonal -motivo por el que iba hacia Madrid-, me voy a los pies de la Blanca Paloma andando desde Jerez, en agradecimiento a la virgen".

Así surgió el peregrinaje que comenzarán mañana junto a José Carlos tres de sus amigos, Juan, Antonio y Paco, todos ellos rocieros, que no dudaron ni un momento a la hora de acompañarlo en su camino hacia la aldea.

Saldrán mañana a las siete de la madrugada desde la iglesia de Santo Domingo para hacer noche en Sanlúcar, donde llegarán "seguro", aunque "tengamos que llevarnos a cuesta unos a otros", asegura José Carlos. El lunes a primera hora cruzarán el río y una vez llegados a Matalascañas, harán noche para descansar y llegar el martes a El Rocío.

Aunque los verdaderos protagonistas de esta historia son los pequeños José Rodríguez y Marta Sánchez, dos jerezanos de tan sólo diez años de edad, compañeros de clase y que padecen parálisis cerebral desde el nacimiento.

El padre de Jose describe a su hijo como "un chico con un desarrollo normal dentro de lo que cabe, aunque no habla y su forma de expresarse es autolesionándose, pues tiene muy alto el umbral del dolor y no siente nada", aunque en los últimos días, unas cataratas amenazan con restarle visión al hijo de José Carlos.

Jose no tiene a día de hoy un diagnóstico claro de su enfermedad, aunque desde luego que no es por la falta de atención de José Carlos y Mónica, unos padres que han recorrido media España en busca de una mejor calidad de vida para su pequeño. "Hemos estado en Barcelona, en Valencia, y ya por último -hace unas tres semanas- en Madrid, en una clínica privada en la que va a comenzar un tratamiento hormonal de seis meses con el que esperamos que mejore un poco el comportamiento de Jose", explica el padre.

En Madrid, junto a su amiga Marta, Jose empezará en un unos meses un tratamiento de medio año de duración, con el que continuarán si la evolución de los pequeños es positiva. Aunque para ello, los padres de ambos tendrán que hacer malabares, pues el coste asciende a 26 euros por día, unos 4.700 euros en total.

Para recaudar fondos, José Carlos asegura que "hemos repartido varias huchas por comercios y llevamos algún tiempo vendiendo papeletas, aunque ha sido todo muy rápido y no nos ha dado tiempo a hacer mucho más". Por ello, se pone a disposición de "todo el que quiera hacer un donativo para la causa", y afirma que tiene abierto su negocio -el bodegón rociero 'Cruzando Doñana' de la calle Circo-, "para todo aquel padre que esté en la misma situación que nosotros y quiera conocernos, recibir algún consejo o incluso celebrar alguna cena benéfica en el bodegón... una y las que hagan falta".

A pesar de llevar los últimos diez años "sufriendo" por la situación de su hijo, José Carlos desprende mucha fuerza y afirma sin ningún tipo de complejo que "no me avergüenzo de salir con él a ningún sitio", a pesar de que "me miren, eso a mí me da igual, pues mi hijo está muy bien atendido, mejor madre que tiene no podría tener desde luego". Incluso, el pequeño Jose ya sabe lo que es hacer el camino hacia El Rocío, donde fue con sus padres y su hermano Carlos, quien "muere" con Jose e incluso es "el que mejor lo entiende y logra dormirlo por las noches", asegura su padre orgulloso.

Lo que sí lamenta es la falta de ayudas por parte de la Seguridad Social: "somos humildes trabajadores y no tenemos ningún tipo de apoyo, habiendo después otras personas que se operan por un cambio de sexo y sí tienen subvenciones, que no es algo a lo que me oponga, ni mucho menos, pero también se deberían tener en cuenta casos como el de mi hijo".