Pasaban veinte minutos de las ocho de la tarde cuando la ceremonia de la Pisa de la Uva dio comienzo en la Alameda Vieja. Numeroso público llenó las instalaciones, a las cuales sólo se pudo acceder por invitación, guardándose las debidas medidas de distanciamiento social entre los asistentes sentados en sus sillas. Los sones de ‘Oasis’, de Guitarra Azul sonaron mientras las vendimiadoras y vendimiadores iban ocupando su lugar en el escenario. Todos ellos accedieron cargando las canastas de racimos que poco después protagonizarían la celebración de la Pisa de la Uva.

La ceremonia se salió este año de sus clásicos moldes. Se ve que el delegado de Fiestas, Rubén Pérez, ha intentado modernizar las bases del mismo incluyendo música no necesariamente coral y sin bandas de música para dar forma y contenido al inicio de esta versión reducida de las Fiestas de la Vendimia.

Una glosa de la poetisa jerezana Josefa Parra sirvió de introito al acto en voz de la presentadora del acto, la periodista de Onda Jerez Ana Isabel Maestro. Vino a destacar Parra, en voz de la presentadora, que la Pisa de la Uva es un acto en el que se entremezclan “el pasado y el presente” y señaló a los asistentes, obviamente, las especiales circunstancias que marcan esta edición de 2020. “Está siendo especial en todos los sentidos, marcada por la pandemia del coronavirus”. Recordó a las personas que no han podido superar la enfermedad así como a aquellas “que luchan por hacerlo”.

La poetisa Josefa Parra dedicó una glosa a la vendimia y al milagro de la albariza

Fue justamente la prevención del Covid-19 lo que ha motivado el traslado del tradicional entorno del reducto catedralicio a la Alameda Vieja, donde ya se celebrara antaño.

“Son unas fiestas de la Vendimia atípicas pero también vamos a poder disfrutarlas, aunque sea de otra manera”, un perfecto resumen de estos tiempos extraños que nos ha tocado vivir y soportar. Pero Jerez es una ciudad que cree en los milagros y quizás uno de sus principales milagros sea precisamente su vino. “Milagros que de tan cercanos pasan desapercibidos, como que de los blancos y duros terrenos de la tierra albariza surjan verdes y vigorosas cepas, que reportan dulces racimos”.

Al borde de las ocho y media accedió al lagar el deán presidente del Cabildo Catedral de Jerez, Antonio López, quien procedió a bendecir en primer lugar las canastas con la uva que portaron los vendimiadores vestidos con los antiguos trajes de faena y ellas con faldas lisas a lunares. Acto seguido procedieron a depositarla en el lagar, donde ya esperaba la cuadrilla de pisadores compuesta por José Antonio Buzón, Alberto Hermosilla y José del Toro, así como los arrumbadores Manuel Guzmán y José Antonio Quintero, del Consejo Regulador. Mientras tanto sonaron compases flamencos.

Arriba, en el lagar, estuvieron los pisadores y abajo del mismo los arrumbadores para llenar esa bota que se custodiará hasta que sea vino en la Bodega de San Ginés del Consejo Regulador. Fue entonces cuando Rosario Montoya, ‘La Reina Gitana’, acudió al pie del lagar para amenizar con sus piezas el trasiego del mosto del lagar hasta a las jarras tras salir por la piquera. Y de éstas a la bota. Acudió Rosario Montoya acompañada de las voces de Sandra Zarzana e Isabel Fernández, el violín de Samuel Cortés y la percusión de Rafael Fernández. Un fin de fiesta por bulerías valió para darle la bienvenida a ese vino recién nacido en forma de mosto.

El deán, Antonio López, bendijo el mosto y sonaron las campanas de San Miguel

Fue justo en ese momento cuando el deán del Cabildo Catedral, Antonio López, bendijo el mosto y sonaron las campanas de San Miguel. Los sones del himno de Andalucía vinieron a poner un punto y aparte, pues no supuso el fin del acto. Ni mucho menos, acto seguido ‘La Reina Gitana’, Rosario Montoya, procedió a presentar en singular y único concierto su disco ‘Muchelumbre’ con los músicos anteriormente mencionados, el cual dio comienzo una vez concluyó la ceremonia de la Pisa de la Uva. Fue un bonito acto para unas Fiestas muy cortas por desgracia.