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Urbanismo

Pisoteado

  • Numerosas calles del casco histórico conservan, por ahora, su adoquinado original frente al contraste que ofrece el nuevo pavimento del polémico eje Corredera-Esteve-Cerrón

Contraste de la obra de Cerrón y el inicio de Arcos.

Contraste de la obra de Cerrón y el inicio de Arcos. / Miguel Ángel González (Jerez)

El adoquín está viviendo, sin duda, uno de los peores momentos de su historia. La llegada del mix asfalto-granito en las polémicas obras del eje Corredera-Esteve-Cerrón contrasta con las calles que, alrededor de este espacio, conservan aún por suerte la piedra original.

Pisoteado, recorrido, así le gusta vivir al adoquín, y no arrancado de sus entrañas como ha ocurrido en este eje, o recubierto "por una plasta de asfalto que lo que va a generar es más contaminación, más gasto de mantenimiento, un aumento de la temperatura en verano y una imagen nada acorde con un casco histórico. Pero bueno, es una más de tantas, de todo el daño que se le está haciendo al patrimonio jerezano", apunta un ciudadano que recorre a diario las calles del centro en su paseo matutino. 

El historiador Fernando Aroca recuerda que este adoquinado original "es una parte importante del patrimonio histórico de la ciudad, y más teniendo en cuenta que Jerez aspira a la Capitalidad Europea de la Cultura y lo que se ha hecho es algo contradictorio. ¿Cómo se puede aspirar a ese reconocimiento si después estás deteriorando tu patrimonio?". Recuerda que los centros históricos son identificativos de cada ciudad. "El pavimento existe desde tiempo inmemorial, no hay una fecha exacta en la que se pueda decir cuándo surgió. Por ejemplo, desde la Edad Media y hasta el siglo XIX, se utilizaba un tipo de empedrado con piedras que se unían con cal y arena que se deterioraban mucho con el paso de los carruajes, y que fue evolucionando hasta que se introduce el adoquín que conocemos ahora. Así que, tiene carácter histórico, es lo que se pisa, es lo que se ve". 

"El granito que han puesto en este eje no es de la calidad del original, con ese tono rosáceo que es tan característico de las calles de Jerez. Además, después de llover, esta piedra le da un ambiente a las calles precioso. Ahora ves Corredera y te chirría. ¿Un año esperando para esto? ¿Ha merecido la pena? El Ayuntamiento está ahora iluminando los monumentos, una idea muy bonita, pero que no casa con esta otra intervención en el patrimonio".  

Pedro Alonso, Doña Felipa, Castilla, Medina, Santísima Trinidad, Arcos, Honda, Larga (zona de tráfico), Porvera, Cristina... Por suerte, aún quedan vías con el adoquinado y empedrado original que se instauró en el siglo XIX y que se ha ido reponiendo con el tiempo. "Un pavimento más fuerte, firme, que da carácter al centro, estético pero que hay que mantener, como todo, y no dejar que pasen 20 sin hacerle nada. El asfalto es más contaminante en todos los sentidos". 

Proyecto, el del eje Corredera-Esteve-Cerrón, aprobado por una "dudosa" Comisión de Patrimonio del Ayuntamiento, "con poca idea de patrimonio y con muchos intereses partidistas, que no escuchó la voz del ciudadano, ni pidió los permisos pertinentes a la Junta", advirtieron voces desde un principio.

Mire Corredera y luego Pedro Alonso. "De un plumazo se ha eliminado un elemento tan particular de la ciudad y del patrimonio. Y si lo que buscamos es peatonalizar zonas, ¿cómo es que ahora se va asfaltando? Aquí queremos ser Europa pero sin las infraestructuras de Europa", añaden.

Como explica el reconocido arquitecto y urbanista de la ciudad Manuel A. González Fustegueras, "nuestro adoquín de granito es un material sustentable porque permite su reutilización, posibilita colocarlos nuevamente en forma simple y económica cuando se requiera reparar cualquier conexión subterránea y/o corregir desnivelaciones sin provocar parches en el pavimento; posibilita la habilitación al tránsito inmediatamente después de su colocación, admite la absorción de agua de lluvia, evitando la impermeabilización del suelo;, está comprobada su durabilidad, buena adherencia, elevada resistencia al desgaste y excelentes cualidades reflectantes de la luz; soporta cargas muy altas y limita la velocidad de circulación. Por último, tiene una vida útil superior a otras alternativas de pavimento urbano (80 años, frente a los 30/40 años del hormigón, y los 7/10 años del asfalto)".

Así que, ¡larga vida al adoquín! Si le dejan. 

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