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Jerez

La Policía entra en el antiguo Conservatorio tras la llamada de alerta de un vecino

  • Las puertas de la vivienda, que fue casa de Primo de Rivera y ahora es municipal, estaban abiertas

Los agentes, el pasado martes, durante la inspección del interior del antiguo Conservatorio.

Los agentes, el pasado martes, durante la inspección del interior del antiguo Conservatorio. / pascual

La noche del pasado martes agentes de la Policía Local y Policía Nacional inspeccionaron el edificio del antiguo Conservatorio, junto a la biblioteca de la Alameda del Banco, ante la llamada de un vecino. Según informaron ayer desde el Ayuntamiento, la Policía Local fue requerida cuando realizaba el servicio por el centro porque un ciudadano había alertado de que la puerta de la vivienda estaba abierta, en la calle San Cristóbal.

Los agentes, junto a efectivos de la Policía Nacional, entraron en el inmueble, lo inspeccionaron y en el parte tras la intervención sólo consta que se encuentra en "abandono", sin que se encontrara a nadie en su interior. Los agentes hicieron las gestiones pertinentes para cerrar la vivienda -de titularidad municipal- y ya ayer por la mañana no se podía acceder a ella.

Asimismo, desde la Policía Nacional señalaron que fue una intervención preventiva de seguridad, al haberse incrementado la presencia de agentes de paisano y uniforme por las noches en toda la ciudad, "y especialmente en el centro". Este aumento de la seguridad en el casco histórico responde al aumento de robos en los comercios en los últimos meses.

Cabe recordar que desde 2005 este edificio no alberga el Conservatorio, puesto que la institución profesional se trasladó a un renovado casco de bodega en la calle Rosario, donde se continúan impartiendo las clases. Fue desde el adiós a la música, cuando este edificio ha ido deteriorándose poco a poco, hasta que en la actualidad presenta un estado de abandono en el patio que linda con la Biblioteca y en el interior del edificio.

Empresarios y trabajadores de la zona reconocieron ayer que no son pocas las veces las que han visto las puertas de la casa abiertas, temiendo no sólo el vandalismo o el robo de objetos en su interior, sino la ocupación ilegal de la misma.

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