El Rebusco

Documentos para una historia del jerez

  •  Un imaginario por recuperar

  • Archivo de la memoria del vino

Charlton Heston junto a Paco Pérez y Manuel Domecq Zurita.

Charlton Heston junto a Paco Pérez y Manuel Domecq Zurita.

En los últimos años hemos contemplado con satisfacción el incremento de obras publicadas en torno a la vitivinicultura del Marco de Jerez. Una de las grandes novedades ha sido la aparición, dentro de la editorial jerezana, Peripecias Libros, de su serie Cultura del Vino, que coordinan Javier Maldonado y Antonio Aguayo.

La única plataforma bibliográfica de difusión de estudios sobre las diversas áreas del conocimiento relacionada con esta bebida, que se articula en tres apartados, Historia de la vinatería, Memorias y Varia Vinaria

Otra agradable noticia de estos días ha sido la salida de imprenta del tercer tomo de Imagen publicitaria del Marco de Jerez, obra insuperable de la historiadora sanluqueña Ana Gómez.

Lola Flores en las bodegas Domecq. Lola Flores en las bodegas Domecq.

Lola Flores en las bodegas Domecq.

A ello se une la edición de las actas de diferentes Congresos que con esta temática se celebraron en Sanlúcar (Congreso Internacional del Vino en Andalucía, Cádiz (Tres siglos bebiendo Jerez), y Jerez (De las copas a las cepas).

Sin olvidarnos del entretenido libro colectivo titulado Si Mil hijos tuviera, la traducción de Jerez, Manzanilla & Montilla, de Jesús Barquín y Peter Liem, y la edición ampliada y corregida de Sherry Uncovered, de Beltrán Domecq.

No dejaremos de insistir en la celebración de un Congreso de la Caballero Bonald dedicado a la Literatura y el Vino. ¿Para cuando?.

Portada de Sherryana, 1866. Portada de Sherryana, 1866.

Portada de Sherryana, 1866.

De viajeros y libros

Si nos situamos en un pasado no muy lejano comprobaremos que nuestra industria vitivinícola ejercía un gran atractivo para todo aquel extranjero, sobre todo británico interesado en los grandes vinos que se producían en la Europa del siglo XIX. Aquí traigo a cuatro de ellos.

El primero, por orden cronológico, fue el escocés James Busby, que llegó a Jerez el 28 de septiembre de 1831, en plena vendimia, James Busby (1801-1871), es considerado el precursor de la viticultura en Australia y Nueva Zelanda.

Su estancia en la zona, sobre todo en Jerez, se desarrolló entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre, aprovechando su visita de carácter profesional, ya que era un experto viticultor con varias obras publicadas.

El viaje de cuatro meses de duración, por Francia y España, fue recogido de forma detallada en su libro de viaje Journal of a Tour Trough Some of the Vineyards of Spain and France, publicado en Sidney en 1833.

En uno de sus párrafos escribe: "A las siete y media, llegamos a la ciudad de Jerez que es considerada una de las más ricas, si no claramente la más rica en España, en proporción a su población, y que debe su riqueza enteramente a los valiosos vinos producidos en su vecindad". Otro de estos viajeros expertos en la materia sería Charles Tovey (1812-1888), de Bristol, un destacado comerciante además de un gran conocedor de los vinos de moda en la segunda mitad del siglo XIX.

Viajó por Europa para conocer in situ los países productores de vino entre ellos España, alcanzando prestigio al publicar su obra Wine and Wine Countries A Record and Manual for Wine Merchants and Wine Consumers (London, 1862). El capítulo XIV se lo dedica a los vinos de Jerez.

Botella diseñada por Kennneth Grange. Botella diseñada por Kennneth Grange.

Botella diseñada por Kennneth Grange.

Por su parte, Frederick William Cosens (1819-1889), fue un prominente bodeguero inglés afincado en Jerez. En 1848 creó su propia empresa y marca de jerez, con las que obtuvo gran notoriedad.

Cosens fue una persona polifacética que destacó en múltiples aspectos a lo largo de su vida. En el ámbito de los negocios alcanzó gran fortuna y consideración como comerciante de vinos.

“Sherryana” es una rareza que editó en 1886, con ilustraciones del conocido dibujante y caricaturista inglés Edwin Linley Sambourne.

Finalmente, George Saintsbury, considerado uno de los mayores conocedores de vinos de su tiempo, incluidos el jerez. Pasión que compartió con sus actividades académicas.

Su Notes on a cellar-book (1920) - hay edición española -, contiene muchas referencias al jerez.

Famosos por Jerez

Jerez y sus vinos han ejercido un peculiar atractivo para el viajero que se acerca a disfrutar de sus encantos. Los testimonios de destacadas personalidades de diferentes ámbitos, ya se de la cultura, el arte, el deporte, o la política, han sido muy variados a lo largo de los últimos tres siglos.

Aquí traemos a tres de estos ilustres visitantes.

La profesora de literatura alemana, Ana Pérez, publicó a finales del 2019 su trabajo Ernst Toller, entre la República y la guerra civil española. Con nuevos datos nos recordaba la visita que hizo a Jerez este escritor alemán, junto a Ilya Ehrenburg y la mujer de este, a mediados de noviembre de 1931.

La prensa local recogió esta noticia, y El Guadalete le dedicaba un amplio reportaje en portada.

En su recorrido por la ciudad, se acercaron a conocer una de sus bodegas más emblemáticas, González Byass, y tanto uno como el otro dejaron recuerdo escrito de su paso por la ciudad.

Con su estilo mordaz, Toller publicó un artículo titulado "Jerez, mausoleo del coñac". En este se puede leer comentarios como el que sigue: "Por fin se dónde suelen dejar sus tarjetas de visita los grandes de la tierra...( ). En los toneles abundan las coronas de bronce de emperadores, duques, infantes e infantas en los colores de su país y con el autógrafo en tiza de los portadores".

Ninguno de los tres firmaron en las botas; pero Toller si lo hizo en una de Montilla, que se conserva en el museo de las bodegas de Toro Albalá.

Cuatro décadas más tarde, en una lluviosa mañana de primavera, era recibido Charlton Heston, y su mujer Lydia, a las puertas de Domecq. Sus anfitriones serían Manuel Domecq Zurita y el responsable de relaciones públicas, Francisco Pérez.

Los redactores de varios medios fueron convocados ese día, el 4 de abril de 1975, para entrevistar al actor, entre ellos Juan de la Plata, de EFE y RNE, Antonio Arias, de la Voz del Sur, y Jerónimo Roldán, por la SER; además del responsable de prensa de la propia bodega, Manolo Liaño, y el director del diario local, Alejandro Daroca.

Según nos relata el propio Francisco Pérez, Heston degustó los vinos, hizo sus pinitos con la venencia y firmaría en el libro de oro de la bodega. En la bota, que aún se conserva, dejará escrito: With my best wishes and thanks, Todo un caballero.

Y nuestra carismática paisana, Lola Flores, no perdía oportunidad de visitar Jerez, bien para sus actuaciones como para compartir unos días con sus amigos. Su firma se puede contemplar en botas de las bodegas González Byass, Sánchez Romate, y el Domecq, donde aparece junto a esta botella gigante de brandy Fundador. Muy posiblemente del año 1952.

Cartel de Josep Pla-Narbona, de 1957. Cartel de Josep Pla-Narbona, de 1957.

Cartel de Josep Pla-Narbona, de 1957.

De modelos y diseñadores

La publicidad de los vinos y brandies del Marco ha sido una de la más importantes de nuestro país. Los modelos más famosos, los creativos más ingeniosos y las agencias más importantes, nacionales e internacionales, trabajaron para promocionar los productos de las compañías más destacadas, especialmente en las décadas de los ´60, `70 y `80.

Algo que pocos conocen la singular botella que el diseñador industrial, Kenneth Grange, y el creativo gráfico, Alan Fletcher, realizaron para la bodega jerezana de La Riva. Un encargo que Cock Russell&Spending, distribuidores de ese vino en Inglaterra, hizo a estos dos miembros de Pentagram en 1973.

Un ejemplar de la botella, denominada The Glug Sherry Bottle, está expuesta en el Museo del Diseño de Londres.

Ya en el mercado nacional traemos aquí el anuncio que Terry publicó en la revista de cine Primer Plano a finales de los años 40. La agencia Gisbert ideó el lema: "la fuente de inspiración del cine".

Otra de las agencias de publicidad de aquellos años fue Rasgo, creada por los hermanos Pérez-Solero, que mantenían en su cartera la de las bodegas González Byass.

Ellos fueron los responsables del popular eslogan el Soberano es cosa de hombres, cuando lo masculino se imponía en la sociedad de mediados de los `60.

Esta campaña, con el rostro de la joven modelo catalana, Montserrat Beltrán, fue galardonada en 1968 con el Premio Popularidad del diario Pueblo.

Sin embargo, en 1963, esta misma agencia lanzaron anuncios en prensa, aún sin perfilar la idea definitiva, con la que sería la representante de Argentina a Miss Mundo en 1964, Ana María Soria.

Incluso pioneros del diseño gráfico, como Josep Pla-Narbona, fallecido a finales del pasado año, trabajó para Fundador con un llamativo cartel titulado Epicuro, fechado en 1957.

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