El Rebusco

El estilo británico del sherry

  • Una aportación aún por estudiar

Etiquetas Wilde Geese de las bodegas O'Neale.

Etiquetas Wilde Geese de las bodegas O'Neale.

Con el término sherry se conoce internacionalmente a los vinos producidos en el Marco de Jerez. Una denominación que adaptaron los británicos cuando la ciudad era conocida como Sherish en la Edad Media.

En las obras de Shakespeare lo podemos encontrar con la grafía sherris, sherrish sack, o simplemente sack (nada que ver con saco, saqueo o seco, y más bien con el vino "sacado" de esta parte de la península ibérica, como a los vinos de Canarias se les conocían en ese país como canary sack).

Recordemos las alabanzas que el bardo inglés dedicó al vino por boca de orondo Falstaff: A good sherris sack halt a two-fold operation in it.

Mención en el drama histórico de Henry IV, segunda parte. Obra compuesta hacia 1597, pero ambientada a principios del siglo XV.

Carl (itos) Williams. Carl (itos) Williams.

Carl (itos) Williams.

Unos años más tarde, su amigo de la bohemia, Ben Jonson, haría alusión a nuestro jerez en la forma en la que ha llegado a nuestros días.

La primera vez que aparece el nombre de sherry en la literatura inglesa, según nuestras pesquisas, es en la pieza teatral titulada St. Bartholomew's Fair, representada en 1614: "Sack? You said but e'en now it should be sherry".

Más de una pinta de jerez beberían juntos estos dos escritores en las tabernas de Londres, cuyas bodegas almacenaban parte del botín capturado por Francis Drake en el saqueo de Cádiz de 1587.

Es en Jerez donde erigió, en 1956. un monumento a Shakespeare; el único existente en España.

Un vino al que podemos seguir la pista en las creaciones de sus grandes artistas, desde Shakespeare a J. K. Rowling, pasando por Dickens y Agatha Christie.

Walter John Buck. Walter John Buck.

Walter John Buck.

O bien en los cuadros de sus afamados pintores, como la Sherry, Sir, de Powell Frith. Sin olvidarnos de su cinematografía, y las numerosas series de TV donde hace su aparición el jerez.

El comercio de nuestros vinos, ante la gran demanda de los británicos, jugó un papel importante, de ahí que tuviera esta trascendencia en su cultura. Lo asumieron como algo muy suyo.

En las conclusiones expuestas por los investigadores Carlos de Pedro Sánchez y José Ignacio Jiménez en su trabajo Comercio exterior y consolidación de las grandes bodegas del jerez (1840-1877), publicado en el nº 15 de revista IEH (2019), se dice: "El comercio exterior es fundamental para comprender la historia de la vitivinicultura jerezana, porque la mayor parte de la producción se vendía en mercados foráneos. El jerez fue, asimismo, una de las principales fuentes de divisas para la economía española en el siglo XIX, así como de trabajo, renta y riqueza para el Marco de Jerez. Durante mucho tiempo el primer mercado, con diferencia, fue el británico".

La propia monarquía británica jugó un papel importante en su difusión y promoción al instituir la figura del Poeta Laureado.

Jacobo I creó el cargo tal como se conoce hoy para Ben Jonson. Al elegido se le asignaba una pensión económica además de un barril de vino (habitualmente de sherry). En las últimas décadas han venido a Jerez, a recoger su "bota" cuatro Poetas Laureados: Andrew Motion, Ted Hughes, Carol Ann Duffy y Simon Armitage.

Patricio Garvey González de la Mota, conde de Garvey. Patricio Garvey González de la Mota, conde de Garvey.

Patricio Garvey González de la Mota, conde de Garvey.

Pero los ciudadanos de aquellas frías islas no solo lo consumieron a palo seco, sino que supieron asimilarlo en una variedad de recetas y cócteles: Sherry Trifle, Christmas pudding, Syllabub, sherry cobbler, sherry flip, Brown Windsor Soup, candié, wassail, sopa de tortuga, Poor Knights of Windsor, etc.

Cuando la filoxera impidió que nuestro jerez siguiera llegado con fluidez a todo el imperio británico no tuvieron otra opción que imitar el original: British Sherry, Canadian Sherry, Cyprus Sherry, South African Sherry, Australian Sherry. Y sus primos yaquis lo hicieron con el Californian Sherry.

Lejanos quedan los años 20 y 30 de la pasada centuria, cuando la alta sociedad inglesa convocaba a sus amistades para celebrar un Sherry Party.

Ninguna otra nación ha sabido apreciarlo como ellos.

Sherry, Sir?

¿Cuál ha sido realmente el papel jugado por los británicos a la hora de consolidar la industria vitivinícola del jerez a lo largo de los últimos cinco siglos?

Los datos nos dicen que no solo lo apreciaron como simples consumidores, sino que además actuaron como destacados empresarios y dinámicos comerciantes, algunos de ellos afincados en la zona por generaciones, y otros uniéndose con importantes familias de la aristocracia y la alta burguesía local.

Apellidos que aún son habituales entre muchas familias del entorno: Garvey, Gordon, Williams, Ivison, Ferguson, Gilbey, Grant, Terry, O'Neale, Osborne, etc.

¿Se puede hablar del British Style en los vinos Jerez?. ¿Cuál ha sido esa impronta durante tantos siglos y que ha quedado de ella?

Diego Ferguson Castejón, el hombre de Harvey en Jerez. Diego Ferguson Castejón, el hombre de Harvey en Jerez.

Diego Ferguson Castejón, el hombre de Harvey en Jerez.

Cabe preguntarse qué hubiera sido de González Byass sin sus socios ingleses, los Byass, o de Domecq sin su representante John James Ruskin.

El profesor José Antonio Mingorance, en su bien documentado libro 'La colonia extranjera en Jerez a finales de la Edad Media' (2014), nos da detalles de esta importante colonia procedente de las islas británicas, establecida en Jerez en fechas tan tempranas para dedicarse al comercio, sobre todo, del vino.

Una presencia que dejará huella en la sociedad jerezana, tal como lo expone la investigadora austriaca Katharina Grossl en su trabajo 'Algunos aspectos del estilo de vida y maneras de los González de Jerez' (1999).

Botella gigante de jerez Sandeman en Londres, 1961. Botella gigante de jerez Sandeman en Londres, 1961.

Botella gigante de jerez Sandeman en Londres, 1961.

Su espíritu competitivo se hará patente en manifestaciones deportivas que serán señas de identidad de la ciudad: tenis, polo, foot-ball, tirón de pichón, carreras de caballos, etc. La etiqueta de las bodegas de Manuel Guerrero dedicada a la Union Club es un buen resumen de lo que decimo.

No piensa lo mismo el escritor jerezano Francisco Bejarano, que en su trabajo 'El Jerez de los bodegueros' (2004), duda que esa influencia británica en Jerez haya de ser considerada de forma especial.

Aunque eso sí, en muchas casas de Jerez, hasta no hace mucho, se seguía sirviendo el té de las cinco.

Algunos de ellos consiguieron el honor de títulos y dignidades, como el conde de Garvey, o el conde de Osborne, entre otros.

La publicación del libro del portuense Javier Maldonado, 'Formación del capitalismo en el Marco del Jerez' (1998), viene a desmontar ciertas ideas establecidas sobre la importancia de las inversiones extranjeras en la industria vitivinícola del Marco frente a las de origen autóctono. Todo hace pensar que el mito se impuso en este proceso, donde importantes sumas de capitales fueron invertidos, y donde el negocio del jerez generó grandes fortunas.

Etiqueta de Manuel Guerrero. Etiqueta de Manuel Guerrero.

Etiqueta de Manuel Guerrero.

Sin embargo, nos hacemos algunas preguntas: ¿para cuándo un trabajo de investigación que nos aclare la verdadera importancia de los británicos en el sector?, ¿Será otra leyenda urbana creada por los foráneos para desprestigiar la capacidad de trabajo de los locales?

El documental del realizador andaluz Nonio Parejo, 'Los ingleses en Jerez', producción de Canal Sur de 2015, es un meritorio acercamiento para despejar algunas de estas cuestiones.

Antiguas bodegas de Wisdom&Warter. Antiguas bodegas de Wisdom&Warter.

Antiguas bodegas de Wisdom&Warter.

Apellidos y bodegas

En anteriores entregas de El rebusco hemos tratado en detalle algunos de los aspectos culturales comentados más arriba, además de dedicar atención a algunos de estos wine merchants británicos que vivieron entre nosotros, o bien integrados por intrincados lazos matrimoniales.

Bota de Croft en las bodegas San Ginés. Bota de Croft en las bodegas San Ginés.

Bota de Croft en las bodegas San Ginés.

Los primeros en llegar fueron irlandeses y escoceses católicos como Garvey, con dedicó su vino fino al patrón de Irlanda, San Patricio, Terry, O´Neale, que creo su marca Wild Geese en recuerdo de sus compatriotas obligados a emigrar de Irlanda, o Gordon.

Luego, la avalancha de ingleses y escoceses protestantes (Mackenzie, Campbell, Davies, Williams, Marks, Buck, Furlong, Suter, Forrester, Cosens, etc), algunos de ellos se convirtieron al catolicismo al casar con damas locales: Gilbey, Osborne, Ivison (una de sus descendientes es la experta en vinos Paz Ivison), Ferguson, etc.

Otros se mantuvieron en su fe, reivindicando iglesia y cementerio propio, y ejerciendo la representación consular.

Promocional de Duff Gordon. Promocional de Duff Gordon.

Promocional de Duff Gordon.

El paisaje urbano de Jerez y el Puerto, no en Sanlúcar, aún conserva en pie muchas bodegas fundadas por estos británicos. Firmas que bien han desaparecidos o bien están en manos de otros propietarios: Sandeman, Croft, Duff Gordon, Grant, Harvey (y su dulce de fama internacional, Bristol cream), Garvey, Williams&Humbert (que aún comercializa sus vinos Winter's Tale y As you Like it, creados por Carlos Williams en un claro homenaje a Shakespeare), Osborne, Terry, Wisdom&Warter.

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