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El Rebusco

Felipe Fernández, un ilustrado en Londres

  • Fundador de la Sociedad Económica Amigos del País de Jerez

  • Buscó asilo en Iglaterra mucho antes que Blanco White

Edición de ‘El Quijote’ de Cervantes por  Felipe Fernández.

Edición de ‘El Quijote’ de Cervantes por Felipe Fernández.

EL pasado año, la Universidad de Sevilla, en colaboración con el Instituto Cervantes de Londres, editaba una publicación titulada 'Rutas del exilio español en Londres'. En la misma se recogía una sucinta y bien documentada historia de aquellos españoles que, por cuestiones políticas e ideológicas, fueron acogidos por Inglaterra a lo largo de los siglos XIX y XX.

Pero lo que sorprende es la omisión de un nombre en esa relación de exilados a ese país, aún más cuando recaló allí mucho antes, incluso, que todos los mencionados en esa breve guía.

Nos referimos al jerezano Felipe Fernández Argumedo (Jerez, 1741-Londres, 1815), instalado en Londres veinte años antes que el mismo José María Blanco White (Sevilla, 1775. Liverpool, 1841).

De él se ha escrito poco, si no mencionamos el artículo que publiqué en la revista Historia de Jerez, en la correspondiente al curso 2008/2009.

Los datos expuestos en su momento no han tenido réplica, salvo algunos puntos de su biografía aún por contrastar en profundidad, que el investigador Juan Antonio Moreno Arana expone en su trabajo, de fecha 2012, 'La educación en Jerez de la Frontera en el siglo XVIII'.

Sin embargo, en lo que todos están de acuerdo es en la importancia de la figura de este presbítero ilustrado, en lo relevante de su obra, sobre todo en lo que respecta a la enseñanza del español en el mundo anglosajón de principios del XIX.

Así lo evidencian especialistas como Mar Vilar en 'El español, segunda lengua en los Estados Unidos (2008)': "De su éxito de 'A New Practical Grammar' dan fe las seis ediciones londinenses".

Estima que comparte Luis Miguel Enciso cuando en su libro 'Las Sociedades económicas en el siglo de las luces (2010)', trata de Fernández en su implicación en la vida cultural del Jerez de finales del XVIII.

De este periodo de su vida, antes de dejar Jerez, el escritor y político jerezano, Manuel de Bertemati, en su estudio de la Memoria histórico-crítica de la Real Sociedad Económica Jerezana de Amigos del País, y de los tiempos anteriores y posteriores a su primera fundación de 1781 a 1833, publicado en 1862, expresa lo siguiente: "... fue uno de esos hombres útiles y modestos relegados hoy al olvido por la ingratitud de sus compatriotas. A él, principalmente, se debe la fundación de esta Real Sociedad Económica". Considerado "el alma de la empresa".

Estatutos de la Sociedad de Amigos del País. Estatutos de la Sociedad de Amigos del  País.

Estatutos de la Sociedad de Amigos del País.

La Sociedad Económica de Amigos del País

Felipe Fernández Argumedo, como así consta en la partida de nacimiento de la parroquia de Santiago, nació el 3 de octubre de 1741.

Nada conocemos de su infancia y juventud, y no es hasta 1778 que, según Moreno Arana, "deja el hábito dominico para pasar al estado de eclesiastico de secular".

En esos años se implica activamente en la creación de la Real Sociedad Patriótica de Jerez, pero algunos influyentes miembros de los sectores civiles y eclesiásticos se valieron de componendas para relegar a Fernández de la Sociedad.

A este hecho se sumará el enfrentamiento de posturas por el control de la institución y la precaria situación económica de la misma, además de otros de ámbito internacional, como fue la Revolución francesa.

Antonio Cabral describe de forma muy gráfica la huida de Fernández de Jerez: "los patriotas llegaron a ser odiosos en Jerez, las casas de estos visitadas por la Inquisición en busca de libros prohibidos, un socio de la Sociedad fue apedreado y, finalmente, uno de los más significados, el presbítero Fernández, escogió aguas más tranquilas exilándose a Londres. Mientras tanto, desde el púlpito, la iglesia inflamaba el ambiente contra los “poseídos del espíritu de los tiempos”".

Bertemati, por su parte, que lo sitúa en Londres en 1793, aunque es posible que llegara unos años antes, lo expresa de esta manera: “canónigo jerezano liberal, verdadero fundador de su Real Sociedad Económica harto de las luchas políticas entre los cabildos eclesiásticos y municipal y al parecer de la desidia e ingratitud de sus connaturales un buen día “saltó y no volvió”.

Exilio en Inglaterra

En Inglaterra desarrollaría todo sus trabajos, destacando sus obras de tipo didáctico para la enseñanza del español, libros que tendría ediciones en los Estados Unidos.

Poco a poco, y con gran esfuerzo, se va haciendo un hueco en la alta sociedad londinense, siendo requerido sus servicios como maestro de español entre los jóvenes miembros de la nobleza, futuros dirigentes de una nación que ampliaba cada vez más sus posesiones ultramarinas en competencia con España. El conocimiento del español impartido por un nativo experto tenía una gran demanda en ese momento.

Él mismo relata, en el prólogo de su 'A New Practical Grammar of the Spanish Language', su inestable situación de asilado al principio y su rápida adaptación “… yo llegué a Inglaterra sin carta alguna de recomendación, y no obstante aunque había suficiente número de maestros y entre ellos un español, yo logré bien presto un número suficiente de discípulos, que me habilitaron para poder vivir sin molestar a nadie: de forma que yo me hallo establecido en este país, y tan suficientemente proveído, que no echo de menos ninguna de las conveniencias de que gozaba en mi patria”.

Una de las personas que le ayudó a su llegada al país de acogida fue Lord Holland, que años más tarde sería protector de Blanco White y otros españoles liberales huidos de España.

En el texto que escribe a manera de dedicatoria en su 'First Dictionary', publicado en 1811, está dirigido a Lord Henry Richard Fox, barón de Holland, al que Fernández dio clases de español cuando apenas contaba veinticinco años.

No se limitó nuestro paisano a este único aspecto, el de la enseñanza, sino que también realizó destacables trabajos de traducción como la novela satírica, 'Raselas, Príncipe de Abisinia', de Samuel Jonson, que se publicó en 1813.

Por otra parte, fue responsable de apreciadas y exquisitas ediciones revisadas de clásicos españoles como 'El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha', de Cervantes, o 'Aventuras de Gil Blas de Santillana'.

Certificado de enterramiento de Fernández. Certificado de enterramiento de Fernández.

Certificado de enterramiento de Fernández.

Fernández fallecería en Londres el 27 de agosto de 1815, a la edad de 74 años. Fue enterrado en la capilla de St. Alban, en Wood Street, adscrita al culto anglicano, y cercana a su domicilio de Noble Street, en pleno centro histórico de la ciudad.

Desgraciadamente de este edificio religioso, muy afectado por los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, tan solo queda en pie su torre-campanario, por lo que su tumba quedaría bajo los escombros, tal como puede apreciarse en la foto tomada en los años 50, del siglo XX.

¿Reconocido en su tierra?

La personalidad de Fernández queda bien reflejada en la sentencia en latín que solía incluir en las primeras páginas de sus libros: Feci quod potui, faciant meliora potentes, que traducido venía a decir eso de 'hice lo que pude, háganlo mejor los que puedan'.

Realmente dedicó toda su vida a la cultura y a la enseñanza. Su obra así lo demuestra. Como pago recibió la incomprensión de la ciudad que le vio nacer.

Pero nunca renegó de sus orígenes, como vemos en el texto que incluía en las portadas de sus libros: "Rev. Don Felipe Fernández A.M. Natural de Xerez de la Frontera y fundador de la Real Sociedad Económica de los amigos del País en dicha ciudad". Con ello se tomaba la revancha contra aquellos que lo habían ninguneado.

Foto presbiterorotulo Foto presbiterorotulo

Foto presbiterorotulo

Desde el 2008, y a propuesta del que esto suscribe, una calle de Jerez lleva su nombre. El rótulo debía de incluir las fechas de nacimiento y fallecimiento, tal como fue aprobado, pero esto fue pasado por alto debido a la dejadez de los responsables en el cumplimiento de tal cometido. Modesto vial público cercano al Parque de Bomberos.

En el 2009, la Biblioteca Municipal de Jerez recibía la donación, por mi parte, de una de las obras de Felipe Fernández, concretamente la 'New Practical Grammar', edición de 1812

‘New Practical Grammar of Spanish Language’, 1812. ‘New Practical Grammar of Spanish  Language’, 1812.

‘New Practical Grammar of Spanish Language’, 1812.

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Junto al que existe en la Biblioteca Provincial de Cádiz, que ya disponía de un ejemplar de sus 'Excercises on rules of construction of the Spanish Language', de 1798, eran las dos únicas bibliotecas públicas en Andalucía con obras de Fernández. La de Cádiz fue donada por José M. Vadillo en 1855.

Ese mismo año elaboré una breve semblanza para la enciclopedia virtual wikipedia, que puede consultarse en la actualidad.

Y después de todo esto, cabe preguntarse: ¿Para cuando una lápida en la fachada de la Biblioteca Municipal de Jerez que recuerde a hombres como Felipe Fernández?.

Seguiremos a contracorriente reivindicando su obra; él, como hemos visto, nunca olvidó Jerez. Tal vez el Instituto Cervantes de Londres, dirigido actualmente por Ignacio Peyró, pueda aceptar el reto de hacerlo en la ciudad que lo recibió y prestó ayuda. ¿Quién sabe?.

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