Regresa a Paraguay y no piensa volver

Roberto García, inmigrante residente en Jerez, relata su estancia en el país y su retorno

Roberto García, inmigrante de origen paraguayo, en el centro de la ciudad.
Roberto García, inmigrante de origen paraguayo, en el centro de la ciudad.
Cristina Domínguez Jerez

03 de agosto 2014 - 01:00

Un gran número de inmigrantes de diferentes orígenes acude constantemente a nuestro país. Todos buscan mejorar su situación, encontrar un trabajo, y no son pocos los que acaban en Jerez. Pero, una vez que han conseguido llegar y pasan una temporada aquí, no se sabe a ciencia cierta las razones por las que deciden retornar aquellos que toman esta complicada decisión.

Roberto Díaz, de origen paraguayo, habla de su situación. Con 52 años y tras pasar nueve años en España, él y su familia han decidido volver a Paraguay. "Vinimos a España porque en esa época en mi país las cosas no me iban demasiado bien". Tanto él como su familia se dedicaban a la confección de imágenes religiosas, él en madera y su mujer en yeso y poliéster. "Es lo que se pide en mi país y yo lo hacía por encargo. Allí teníamos una 'mini' empresa familiar". Sin embargo, alrededor de 2005, la situación en Paraguay empeoró, no lograban vender nada y nadie les hacía encargos. Díaz declara que "todo el mundo se estaba yendo a España, decían que estaban muy bien las cosas. Vinimos a probar suerte y aquí hemos estado hasta ahora".

Durante los primeros años, aquellos que viajan a nuestro país en busca de un empleo se sirven del boca a boca, colaborando entre ellos y 'agarrándose' a lo que encuentran. A pesar de que en Paraguay Díaz se dedicaba a la talla en madera, al llegar a España tuvo que dedicarse a la albañilería sin ningún tipo de experiencia previa. Tras cinco años trabajando y viviendo en Madrid, la construcción cayó, y vinieron a parar a Jerez, donde, de nuevo, tuvo que trabajar en algo que desconocía: la granja de cocodrilos, situada a las afueras de la ciudad.

La inmigración siempre ha estado ligada a los papeles y a la situación ilegal de los trabajadores. Al hablar del tema de la documentación, Díaz comenta que no se imaginaba las diferencias con respecto a su país de origen, Paraguay. "Si uno aquí en España no tiene documentos, casi que no es nadie. Sin embargo, en mi país, cuando llegan los extranjeros se les abren las puertas a su paso y yo pensaba que aquí sería igual". Pero aquí se encontró con una situación muy distinta. No logró conseguir la documentación necesaria hasta tres años después de su llegada al país, y declara que, en la situación antes de obtenerla, "uno tiene que andar un poco a escondidas, incluso de los policías. Se sufre un poquito pero con los papeles la cosa cambia".

Hay varias y diferentes razones que empujan a un ciudadano inmigrante a que decida volver a su país. Las de Díaz en particular son tres, y de origen distinto. En primer lugar, comenta que su contrato de trabajo llega a su fin y que "el próximo mes me quedo sin trabajo". Dada su edad, duda que pueda encontrar otro empleo, "a mis 52 años, estando uno parado es muy difícil, aun teniendo los papeles", destaca como su razón principal para retornar. "Ni los españoles consiguen trabajo, yo menos", dice. En segundo lugar está un motivo de salud, no suyo, sino de su hija. "Mi hija tiene una enfermedad, le detectaron un tumor en el cerebro, que no tiene solución y sigue aumentando". Debido a su estado, los médicos les han recomendado irse pronto, ya que, de lo contrario, en un futuro no podrá montarse en un avión. El último motivo recae sobre sus otros dos hijos, ya mayores y en edad de trabajar. Ninguno de los dos tiene la documentación necesaria todavía y ambos coinciden en que prefieren buscarse un futuro en Paraguay. A la hora de gestionar su retorno, contactaron con la ONG jerezana Accem. Dicha organización cuenta con diferentes medidas para facilitar y reducir los costes que pueda suponerle a una familia retornar a su país. "Nos gustaría pagar lo mínimo. Gratis no hay nada, claro, pero queremos ahorrar lo que podamos, a ver si conseguimos una ayuda para el pasaje". Tras nueve años en el país, no sólo ellos tienen que regresar, sino los efectos personales que han ido acumulando tras hacer vida durante este periodo de tiempo. Para esto han pedido ayuda al consulado de su país, que les ayudará con el transporte de los objetos.

Ante la incógnita de si tienen pensado volver en algún momento a nuestro país, Díaz responde que "no creo que volvamos a España. No tenemos pensamiento de ello, porque ya hemos visto cuál es la situación aquí". En ningún caso han considerado el trato recibido durante su estancia como un motivo para retornar a Paraguay, ya que, según afirma el escultor paraguayo, "a mí siempre me han tratado bien en España, en Jerez nunca he tenido motivos para quejarme de nadie ni de nada. Todo muy tranquilo, todo bien". Descarta por completo tanto su vuelta, como la de sus hijos, a excepción, quizás, de un viaje de motivo vacacional. En cuanto al trabajo, buscarán lo que puedan en Paraguay y se quedarán allí. Tanto Roberto Díaz como su familia se van del país con la sensación de haber obtenido lo que querían: "No creo que volvamos a España, ya hemos visto cuál es la situación aquí. Buscábamos encontrar mejoría, trabajo, juntar algún dinero y volver a nuestro país".

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