Retorno por el peso de las circunstancias

Posiblemente a Miguel le gustaría Exteriores, pero hará lo que Rajoy diga; con él no va a tener problemas y, a lo mejor, con el lío de la reforma de la Política Agraria Comunitaria, acaba en Agricultura”. Así se expresaba una persona muy cercana al PP y al propio Miguel Arias a finales de octubre. Y acertó. Es posible que, en estos momentos, este madrileño madurado en Jerez se esté acordando ahora del pepino de Almería, del malagueño, de los boquerones perdidos en las aguas de Marruecos y de la inminente reforma de la PAC, pero Mariano Rajoy ha optado por quien, posiblemente, mejor conozca las entrañas del Parlamento Europeo, las carteras de Agricultura y de Pesca de la Unión Europea y el mapa del campo español. Si ya en octubre, a España se le presentaba un problema con la reforma de la PAC y, especialmente, a Andalucía, ya que es una de las comunidades más beneficiadas por hectárea, el abrupto final de los acuerdos de pesca con Marruecos, ha terminado por convertir la entrada de Miguel Arias en el primer Gobierno de Mariano Rajoy en una vuelta a la sede del Ministerio de Agricultura, al monumental edificio de Atocha, donde este abogado madrileño, casado con la jerezana Micaela Domecq, se instaló en una residencia destinada a protocolo cuando ejerció el mismo cargo durante casi los últimos cuatro años de mandato de José María Aznar.

El retorno de un ex ministro a su antigua cartera es un caso poco frecuente en política, lo que hacía pensar que Arias, que era uno de los seguros del gabinete de Rajoy, fuese al Ministerio de Asuntos Exteriores debido a su experiencia internacional. Pero, al final, ha ganado el peso de las circunstancias. El presidente quería retomar el nombre del departamento de Agricultura –en realidad, Rajoy hablaba de recuperar el Ministerio–, necesitaba a alguien con experiencia y con un fuerte conocimiento del callejero de Bruselas, que es, al fin y al cabo, donde se decidirá el futuro del sector agrícola y pesquero español.

Arias, nacido en Madrid en 1950, educado en los jesuitas y abogado del Estado desde 1974 con plaza en Jerez, relevará esta mañana a otra andaluza, a Rosa Aguilar, la cordobesa independiente del PSOE que ha cerrado su mandato con la vuelta de los barcos españoles de los caladeros marroquíes. Es posible que el regreso de Arias también entrañe otros retornos; en especial, la de algunos secretarios técnicos que han sido durante muchos gobiernos las personas que mejor conocían los mecanismos europeos y que fueron desplazados por Aguilar.

Arias se hizo experto en agricultura durante sus 13 años en el Parlamento Europeo, pero su condición es, básicamente, la de político. Fue parlamentario por Alianza Popular en la Cámara andaluza en 1982, cuando se constituyó el parlamento autonómico; después, jugó la baza de Antonio Hernández Mancha, un bando muy particular donde conoció a Mariano Rajoy. Cuando el actual presidente perdió las elecciones en 2004, Arias se convirtió en su portavoz de economía. Rato se había ido al FMI y Montoro estaba en el Parlamento Europeo. En estos últimos meses, fue el responsable de confeccionar las listas del PP en las elecciones generales. Por eso, todos en el PP lo daban como ministro, pero la incógnita era dónde, y el peso de las circunstancias ha sido determinante. Los boquerones, la PAC...