Sin mirar atrás, despacito pero con cara de velocidad, la niña se dirige hacia la carroza de Gaspar. Es su rey. Menuda emoción. Un entusiasmo que la madre trata de controlar persiguiéndola a toda prisa. Un rostro de ilusión que se repetía en los miles de niños que este domingo se asomaron a las calles de la ciudad para seguir con detalle la cabalgata de los Reyes Magos.

Un recorrido que se inició en el parque González Hontoria, en esta ocasión con una novedad, la zona acotada para personas con necesidades especiales. De esta forma, a lo largo del interior del parque no hubo ruidos, discurrió en silencio para que todos los pequeños pudieran disfrutarla. Fueron en total quince las carrozas que conformaron este año la cabalgata, que comenzó con la carroza de la Estrella de Oriente, tras la cual le siguieron Los Villancicos del coro de la Abuela María, El Nacimiento, el Castillo, Astrólogo, el Trono del Gran Visir, Ratón Pérez y el Arca de Noé, para cerrar con los tres tronos de sus Majestades los Reyes Magos (que se han estrenado para la ocasión), y sus respectivas ofrendas de oro, incienso y mirra, y la carroza de los regalos, que puso punto y final al cortejo.

Y, entre tanto, hinchables de animales gigantes que los niños tocaban incrédulos ante tal tamaño, como es el caso de la araña, cuyas patas jugueteaban entre las manos del público. A la vez, una enorme pelota volaba de un lado a lado impulsada por niños y mayores. Y es que hay que destacar que la cabalgata ha contado un año más con la animación y el pasacalles de la empresa jerezana Brotons, toda una garantía pues cuenta con enorme prestigio y experiencia tanto a nivel nacional como internacional. Esta vez (en 2019 se optó por la temática futurista y espacial) el eje central de su deambular fueron los animales. Además, todas las carrozas contaron con efectos luminotécnicos, instalados por la empresa jerezana Más que Sonido, que también realzó el sonido y luces el acto final de la Cabalgata: la Adoración de los Reyes Magos al Niño Jesús.

La animación, la intención de pasárselo bien y bailar si se terciaba fueron sin duda protagonistas de todo el recorrido y, sobre todo, el respeto y la paciencia, así como las ganas de que todo saliera bien para evitar cualquier tipo de altercado. El tiempo acompañó además, así que lo único que podía fallar era no alcanzar a coger ninguno de los regalos que se tiraron desde las carrozas. “Esta es la que más pelotas tira”, aseguraba una señora sobre la carroza de Melchor. 

Y de bailar y ponerle mucho, muchíiiisimo ritmo a la tarde se encargaron las bandas y agrupaciones Charanga Musical ‘Negra con Puntillo’,  Charanga Musical ‘Los Duendes’, Pasacalle de Música Africana, Orquesta Agripino, Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Clemencia , Agrupación Musical San Juan y Banda  de Cornetas y Tambores Alfonso X El Sabio. Y no les faltó ritmo ni al Gran Visir ni a los Reyes Magos, que bailaron desde las alturas al son de lo que fuera sonando.... Y el público les seguía... Un peluche por acá, una pelota por allá, un regalo sorpresa por aquí, algún que otro caramelazo inesperado sin mayores consecuencias que comérselo...

Pero el más esperado se puede decir que era Baltasar. Fue el cortejo que más expectación generó, con muchos pequeños seguidores y otros mayores nostálgicos. Se lo montaron muy bien, casi que tenían coreografiadas las formas de tirar los regalos, y eso gustó al personal que esperaba abajo con los brazos abiertos y una gran sonrisa. Mucha animación mucha. Todo bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad, que controlaron el recorrido incluso con vehículos cruzados en las calles como medida de seguridad. 

Una cabalgata, la de Jerez, que cada año atrae a más visitantes por su grandiosidad y que este año se ha renovado e innovado más si cabe para ofrecer a los que la viven (desde dentro y desde fuera) más diversión, entusiasmo, emoción y recreo. La sonrisa no faltó. Y de eso se trata.