'Sabuesos del pasado' acerca la arqueología a los niños

El Museo Arqueológico celebra la segunda edición de sus talleres infantiles de verano El ciclo tiene lista de espera para participar

Los asistentes al taller excavan en el cajón dividido en cuadrículas que el Museo preparó para que descubriesen los objetos enterrados.
Los asistentes al taller excavan en el cajón dividido en cuadrículas que el Museo preparó para que descubriesen los objetos enterrados.
Cristina Domínguez Jerez

10 de agosto 2014 - 01:00

El Museo Arqueológico vuelve a convertirse en uno de los lugares favoritos de los pequeños en verano. Los talleres de este espacio celebran su segunda edición y lo hacen con lista de espera de más de 25 niños. El pasado año causaron sensación y se ha dejado notar en el número de solicitudes recibidas. Algunos de los asistentes repiten, no sólo tras haber asistido la pasada edición, sino después de haber visitado el Museo varias veces durante el curso escolar con su colegio.

La entidad inaugura la segunda edición de 'Un verano de... ¡museo!' con una nueva actividad llamada 'Sabuesos del pasado'. Se trata de una excavación en la que los niños aprenden el trabajo de un auténtico arqueólogo, pala y pincel en mano, buscando objetos enterrados. El taller comienza con la pedagoga María Ángeles Comesaña, quien explica a los niños en qué consiste la arqueología y compara a los profesionales con detectives. Reparten fichas que los pequeños tienen que rellenar con sus datos y los de la excavación, incluyendo la descripción de los objetos que encuentren al final de la actividad.

Conforme avanzaba la excavación se podía escuchar a los niños anunciando sus descubrimientos: "¡he encontrado una moneda!", "¡yo he encontrado una olla!", eran algunos de sus gritos emocionados. Un par de ellos descubría, para su desilusión, que las piezas no eran auténticas, al tratarlas con demasiada fuerza. De hecho, las más grandes como vasijas o platos, fueron creadas por alumnos en prácticas de la Escuela de Artes Aplicadas, mientras que las pequeñas y más detalladas han sido obra de la restauradora del museo, Carmen Martín. A los niños también se les indica la forma correcta excavar, quitando arena de forma nivelada, sin hacer demasiada fuerza con la pala, limpiando las piezas con el pincel y, sobre todo, dejando los objetos exactamente donde los encuentran.

La arena se acumula en los cubos dispuestos para ello, y la excavación se anima tanto que hasta la directora del museo, Rosalía González, se arrodilla junto a los niños y les ayuda a desenterrar los preciados objetos. Al terminar, los reúnen a todos y les animan a adivinar qué es lo que han descubierto, y llegan a la conclusión de que han encontrado una antigua casa romana y algunos objetos funerarios. Con la ayuda de los empleados del Museo, catalogan las piezas y rellenan sus fichas. Una vez terminado el reconocimiento, llevan sus piezas a otra sala, donde deberán limpiarlas y, en caso de tratarse de un fragmento, buscar a quien tenga el resto de su pieza y unir los trozos.

Algunos de los niños comentan sus impresiones del taller durante el proceso de limpieza. Unos comentan que hace mucho que quieren ser arqueólogos, otros que con este taller les empieza a gustar la idea de serlo. Pero en lo que todos coinciden, a pesar de lo cansados que les ha dejado la actividad, que les ha gustado y quieren repetir. Rosalía González comenta que cada año quieren ir incorporando nuevos talleres para que los niños puedan disfrutar de una mayor variedad y no tengan que repetir lo mismo de pasados años. "Pensamos que podía ser interesante el proceso de una excavación arqueológica", declara la directora. "Este año -añade- repetimos el de la vida cotidiana en Roma, que tiene lugar los jueves. Tuvo mucho éxito en la pasa edición".

Las dos horas del taller concluyen con un breve recorrido por las salas del Museo donde están expuestas las verdaderas piezas que han desenterrado y, antes de irse, se hacen todos una foto de grupo para recordar el día. Durante los martes de agosto se repetirá esta actividad. Al ser la primera vez que se lleva a cabo, en el Museo ya han tomado nota de algunos detalles que tendrán que cambiar. "Pondremos menos arena, nos hemos quedado sin cubos para almacenarla", comenta Carmen Martín, "también haremos piezas de materiales más duros e intentaremos agilizar el taller".

Además de 'Sabuesos del pasado', los niños podrán disfrutar los jueves de distintas actividades en las que podrán recrear la vida cotidiana de la civilización romana. Se pondrán en la piel de niños, matrimonios e incluso reproducirán un entierro de la época. De este modo, podrán darse cuenta de las similitudes que existen entre ese período y la época actual.

La popularidad de estas actividades es ya un hecho. Son los propios niños los que piden a sus padres asistir, y la tarifa reducida de la entrada hace que sea más atractivo aún. Los pequeños hacen visitas con el colegio durante el curso, pero la idea de este ciclo de verano es poder llevar a cabo ciertos talleres que no se pueden hacer el resto del año debido al gran número de alumnos que asisten con su centro. Las actividades del ciclo se hacen con un grupo de unos veinte asistentes, que disfrutan de unas sesiones más especiales a la vez que no pierden el contacto con el Museo durante las vacaciones.

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