Sagas de tonelero

EL REBUSCO

Andrés Enríquez Márquez fue un destacado sindicalista

Manuel Notario García, artesano tonelero

Pedro Enríquez Marchante.
Pedro Enríquez Marchante.
José Luis Jiménez García

01 de abril 2019 - 07:45

Diego Caro Cancela, en su trabajo Una aristocracia obrera, los trabajadores del vino de Jerez, publicado en el libro colectivo Historia y cultura del vino de Andalucía (Universidad de Sevilla, 1995), llega a decir que los toneleros de la zona del Marco, en la segunda mitad del XIX y las tres primeras décadas del siglo XX, fueron los que mantuvieron unas sociedades gremiales más consistentes. Según las estadísticas municipales, en 1876 se podían contabilizar 542 toneleros, en 1936 eran 649 los censados.

En la década de los años 30 del pasado siglo, el mismo historiador reseña, que uno de los dirigentes más destacados en el sector de la tonelería era Andrés Enríquez Márquez, que llegaría a ostentar la presidencia de la Sociedad del gremio, siendo el secretario José Barea García.

Llegados a este punto, y después de los dos artículos anteriores que hemos dedicado a esta actividad industrial del sector de la vitivinicultura del Marco del jerez, es inevitable pensar lo poco se sabe de las tonelerías y los profesionales, que durante siglos, dedicaron sus vidas a esta dura actividad. Se hace necesario un trabajo de investigación a fondo que nos proporcione datos contrastados de los talleres existentes en Jerez, y en las otras dos poblaciones del Marco, así como una estadística de las personas que ejercían dichas labores, actividad que en muchos casos se transmitía de padres a hijos.

Urge poner nombres y apellidos, como conocer sus rostros por medio de fotografías que aún puedan conservan sus familiares.

Los Enríquez, tres generaciones, son un caso ejemplar, pero hay otros muchos. Sus firmas las podemos ver aún hoy día en botas centenarias que las bodegas conservan, guardando en sus vientres el preciado vino.

Ya lo dijo el poeta Pablo Neruda: "Y los toneles del Jerez, catedrales / en cuyos corazones gongorinos/ arde el topacio con pálido fuego".

Sagas de toneleros

En Jerez aún son reconocibles los apellidos de familias vinculadas a una determinada actividad profesional, el de los Enríquez es distintivo de una saga de al menos tres generaciones relacionadas con la fabricación de botas para contener los vinos jerezanos, además de otros miembros en diferentes grados de parentesco.

Andrés Enríquez Márquez, que nació en Jerez el 2 de agosto de 1885, llegaría a ostentar la presidencia de la Sociedad de toneleros. Sus hijos Antonio y Francisco Enríquez Piñero, continuarían la tradición familiar.

Otra rama de esta saga es la de su hermano, Pedro Enríquez Márquez, operario de la tonelería de Manuel González.

El hijo de éste, Francisco Enríquez Vázquez (Jerez, 1922-Jerez, 2002), trabajaría en sus inicios en un chinchal de la calle Acebuche, para más tarde hacerlo en Bobadilla y en la tonelería de J.L. Huerta, sita en el Callejón de Asta. Tuvo su propio trabajadero en la barriada de Soto Flores, donde le enseñaría el oficio a su hijo, Pedro Enríquez Marchante (Jerez, 1953).

No nos olvidemos de Manuel Notario Tenorio, nacido en Jerez en 1901. Cuando se casó en 1929, con 28 años, ya ejercía estas labores. Trabajo que desempeñó en los años 40 en las bodegas de Fernando C. de Terry y en la prestigiosa empresa de Paz Varela.

Desde 1950 lo haría en Garvey (en la imagen que acompaña este texto lo vemos en el trabajadero de dicha compañía, fotografía cedida por su nieto Antonio Tenorio Notario). Fallecería en 1984.

Otro tonelero fue José Blandino, padre del capataz de las bodegas Tradición, Pepe Blandino, cuyo hijo y nieto son trabajadores de bodegas.

Por otra parte, Manuel González Ramos, el jilguero, fue uno de los ganadores del concurso de tonelería que organizaba la Fiesta de la Vendimia en sus inicios.

Paz Hermanos llegaría a tener una sucursal en Cádiz, en la calle Lacave. Así nos lo cuenta uno de los redactores de El Pornevir, de Cádiz, crónica que reproduciría El Guadalete, con fecha 9 de octubre de 1906.

En su artículo nos describe con detalle las instalaciones, y las maquinarias existentes para la fabricación de las botas. Un aspecto de la modernización de esta industria a principios del siglo XX.

Una aproximación

Recientemente, el académico Antonio Mariscal ha publicado su libro Un recorrido por la historia de la tonelería en Jerez, editado por Peripecias Libros. Una necesaria y justa aproximación al mundo de la tonelería.

Un nuevo trabajo que nace de la conferencia que Antonio diera el día 13 de septiembre del pasado año en los Claustros de Santo Domingo, y enmarcada dentro de los actos celebrados con motivo de la Fiesta de la Vendimia.

El autor expone, con su rigurosidad habitual, un genérico recorrido sobre un asunto del que poco se sabe. La escasa documentación existente es un gran obstáculo para los investigadores.

En el Archivo Histórico Nacional, en Madrid, se conserva un curioso expediente, incluido en el legajo nº 1.591, que trata de la instancia de Victoriano de Casas y consortes, maestros toneleros vecinos de la ciudad de Jerez de la Frontera para erección de un gremio de dicho arte bajo las mismas ordenanzas que el de Sevilla. Fechado en 1793.

stats