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Salvador Pérez Cortés | Jefe de la Unidad de Infecciosos del hospital de Jerez

"Nos empiezan a preocupar las residencias de ancianos"

  • Asegura que en Jerez estamos en un "periodo intermedio" tras la mayor afluencia de pacientes que se produjo al principio y la novedad de la situación

  • "Cuando llegué el momento de relajar el confinamiento en nuestra zona deberemos tener más cuidado porque tendremos un menor porcentaje de personas inmunizadas”

Miembros del equipo de la Unidad de Infecciosos del hospital.

Miembros del equipo de la Unidad de Infecciosos del hospital.

El doctor Salvador Pérez Cortés. El doctor Salvador Pérez Cortés.

El doctor Salvador Pérez Cortés.

¿Cuál es en estos momentos la situación en el hospital, en el área sanitaria de Jerez?

–Estamos ahora en un momento yo creo intermedio, tuvimos al principio más agobio relacionado con una mayor afluencia de pacientes y también con la novedad de la situación porque, aunque estábamos preparados, no es lo mismo la preparación teórica que enfrentarse ya a la práctica de abordar esta pandemia tan espantosa. Después fuimos asumiendo todo en buenas condiciones y en la última semana prácticamente estamos un poco más holgados, hay menos afluencia, podemos dar altas y tenemos menos agobio. Pero digo que estamos en un periodo intermedio porque nos empieza a preocupar lo que hasta ahora en nuestra zona no había sido excesivamente preocupante, que son las residencias de personas mayores. Tememos que pueda ocurrir algo similar a lo que está ocurriendo en Madrid y en otras zonas donde la pandemia ha castigado antes y con mucha energía. Pero también eso estamos dispuestos a afrontarlo.

Según los datos, la incidencia está siendo hasta ahora menor en Andalucía. ¿Cómo lo interpreta, podría ser que en la comunidad no se haya llegado aún al pico, que quede aún lo peor?

–No, la explicación es sencilla, pero real. El virus hizo su irrupción en algunas zonas concretas del país, como el Norte, Cataluña y Madrid, porque este virus tiene una tendencia a moverse con mucha agilidad en las grandes aglomeraciones urbanas, es el medio en el que se transmite con mucha eficiencia, debido a que las personas están próximas unas a otras y para cuando te das cuenta se han contagiado muchas. A Andalucía, sin embargo, llegó con más retraso y en menos cantidad y el confinamiento, que es la principal medida con mucha diferencia para luchar contra la expansión de la pandemia, empezó en Andalucía y en Jerez en concreto en un momento en que era más eficaz para parar la epidemia porque todavía no teníamos un número muy alto de contagiados. Ahora bien, es curioso, esto permite que la situación sea más halagüeña que por ejemplo en Madrid, donde también se están viendo ya los efectos del confinamiento, pero cuando llegue el momento de relajar las medidas de confinamiento es peor para nosotros.

– ¿Por qué motivo?

–Según las estimaciones, se calcula que prácticamente el 40% de la población de Madrid pudiera haber tenido contacto con el virus y estar ya en cierta forma inmunizada. En Andalucía, en Jerez, como ha habido menos personas diseminando la infección es de suponer que tendremos una tasa de personas que han tenido contacto con el virus bastante menor, de manera que cuando por parte de las autoridades sanitarias se decida relajar el confinamiento, casi con toda seguridad será un final del confinamiento más completo en las zonas como Madrid o Cataluña que en zonas como la nuestra donde habrá que tener más cuidado, porque habrá un menor porcentaje de la población que haya adquirido defensas.

Entonces, se puede asegurar que una persona que ha tenido el virus, ¿está ya inmunizada?

–De alguna manera sí, desconocemos cuánto tiempo, desconocemos si el virus cambiará. Ya tenemos la experiencia de la gripe, que hay que usar una vacuna nueva cada año. Los coronavirus también tienen tendencia a experimentar mutaciones al igual que el virus de la gripe y esa inmunidad que causa la infección será eficaz para el mismo tipo de virus que produjo la infección, pero si cambia, la inmunidad irá siendo menos eficaz. Cuando dispongamos de vacunas, que llegará ese momento después de un tiempo que a todos nos parecerá excesivamente largo pero imprescindible para su desarrollo, es posible que esas vacunas también tengan que adaptarse a los cambios del virus. Estamos hablando todavía de posibilidades, porque hay muchos grupos de investigación trabajando en esa vacuna, pero son proyectos que distan de poderse aplicar.

"Conforme vamos viendo con nuestros propios ojos lo que está ocurriendo soy más optimista”

Si no la vacuna, ¿podría estar más cerca el desarrollo de un tratamiento eficaz?

–En la actualidad es verdad que para este virus no tenemos un gran tratamiento, lo mismo que tampoco lo tenemos para el virus de la gripe. Para las bacterias tenemos excelentes fármacos, que son los antibióticos, pero en el campo del tratamiento antiviral, salvo virus muy concretos, la eficacia es limitada y en el caso de este coronavirus concreto, los tratamientos que tenemos son prácticamente hipótesis que se están comprobando en estos momentos. Hay innumerables ensayos clínicos, comparando unos fármacos con otros y dentro de unos meses, no muchos, tendremos una idea mucho más clara de cuáles de los medicamentos que estamos manejando son los más eficaces. Pero un medicamento radical, como podría ser un antibiótico para una neumonía por bacteria, eso no lo tenemos y diría yo que está un poco lejos. Lo que tenemos son fármacos que parece que están dando buen resultado, que ayudan al paciente. El peor efecto de este virus sobre el ser humano no es tanto el ataque en sí sino la intensidad de la respuesta defensiva de la persona que lo tiene. En este momento buena parte de nuestro esfuerzo farmacológico se centra en limitar la intensidad de esa respuesta inflamatoria en aquellas personas, que no son muchas, que tienen una respuesta excesiva, tan excesiva, que se convierte en dañina para el propio paciente. Todo con el fin de lograr que el paciente no progrese a las etapas en las que ya se requiere el paso a la UCI, la ventilación mecánica.Pero esto debe quedar muy claro: lo estamos haciendo porque hay muchos datos, pero todavía no es una realidad científicamente contrastada.

– Afortunadamente no todos los casos son graves.

– No, es sabido que el 85% de las infecciones por este coronavirus dan lugar a un cuadro clínico relativamente leve. Nosotros hemos visto a ciudadanos y compañeros sanitarios con infección y, gracias a Dios, han tenido prácticamente una gripe, con dolor de cabeza, fiebre, y luego hay personas que casi no se enteran y cuanto más joven es el paciente más probable es que le haga poco daño. En personas por encima de los 50, 55 años, se ven con más frecuencia estos cuadros graves.

¿A partir de los 55 puede ya considerarse entonces colectivo de riesgo?

–En las series procedentes de China, donde todo esto se vio con un par de meses de antelación, los cuadros más graves se veían en las personas de edad muy avanzada. En nuestra experiencia, hasta ahora, las personas de edad muy avanzada también pueden ponerse muy mal, pero los que tienen una respuesta inflamatoria que compromete más la respiración y pone al paciente en un estado de riesgo para su vida, son los de una edad más baja. La media de nuestros pacientes puede estar en 63, 64 años. Probablemente influye que en nuestra pirámide poblacional predomine más esa edad. Pero para sacar conclusiones de esto tenemos que esperar a tener una visión más global, cuando pase la alarma inicial. Aún a sí se puede decir que una persona de edad media no está libre de desarrollar un cuadro de bastante gravedad.

Un paciente de coronavirus realiza un gesto esperanzador. Un paciente de coronavirus realiza un gesto esperanzador.

Un paciente de coronavirus realiza un gesto esperanzador.

– Viviendo en primera línea todo lo que está ocurriendo, ¿es usted optimista sobre la salida de esta pandemia?

–Digamos que conforme vamos viendo con nuestros propios ojos lo que está ocurriendo soy cada vez más optimista. Al inicio, lo veía yo más negro, pero conforme vemos los que trabajamos en las plantas con enfermos de gravedad intermedia y a veces de importante gravedad, intentando que no tengan que entrar en la UCI y el trabajo de los compañeros de cuidados intensivos, cuando ya los pacientes precisan ventilación mecánica y sistemas de oxígenoterapia intensiva, soy más optimista que al principio. Esto desde el punto de vista clínico y desde un punto de vista epidemiológico pues nadie sabe en realidad qué puede pasar. Pero bueno, las medidas de contención están funcionando, si Dios quiere habrá una vacuna, se dice que dentro de un año aproximadamente, aunque no se puede asegurar. Contando con la mejora de los tratamientos, control de la expansión de la infección con medios epidemiológicos y la futura disponibilidad de una vacuna, pues sí que soy optimista.

"La situación en el hospital no es preocupante. Estamos en condiciones de afrontar más ingresos”

–Parece que hay consenso en que los test masivos son necesarios.

–No cabe duda de que en los países donde se han aplicado de forma extensa han dado muy buenos resultados. Cuando podamos hacer estos test a un número importante de la población, momento que parece que se va acercando, nos serán de gran ayuda. Quizá esos test masivos hubiera sido preferible haber dispuesto de ellos al principio, pero también en la fase de salida pueden desempeñar un papel importante, porque esos test, llamados de anticuerpos, permiten establecer si una persona tiene ya poco riesgo o ninguno de volverse a infectar y permitiría organizar la salida primero de esas personas que no van a correr peligro ni de enfermar ni de contagiar la enfermedad. No solo son importantes para la salida sino ya en este momento para diseñar cómo va a ser.

– ¿Tal como está ahora el hospital estaría en condiciones de afrontar un posible incremento de los ingresos?

–Sí, sí, la situación en ese sentido, no es preocupante.

–Es curioso que al menos en los primeros días se han visto las instalaciones de Urgencias prácticamente vacías. Parece que la población ha respondido al llamamiento de no colapsar los servicios sanitarios con patologías banales.

–Sí, en el mes que llevamos con presencia de coronavirus en Jerez se produjo una importantísima reducción y todavía se aprecia, pero en los últimos días está empezando a cambiar. Los ciudadanos con otras enfermedades vienen más, lo que es lógico porque las otras enfermedades siguen existiendo.

De hecho profesionales médicos ya han alertado de que no se minimicen los síntomas de otras patologías graves y se acuda al hospital.

– Claro, hay procesos que se conocen muy bien la frecuencia, la incidencia en la que se dan. El ejemplo más claro es el infarto de miocardio.Hay efectivamente llamamientos a la población para que cuando tengan algún síntoma preocupante no demoren la demanda de asistencia, porque afortunadamente, el hospital está preparado para atender a los casos de coronavirus y también al resto de enfermedades. En ese sentido, no hay que tener temor. Sí puede tener un efecto, entre comillas, beneficioso la cuestión del coronavirus en lo relativo a no acudir a las Urgencias del hospital para cosas banales. Desearíamos que se convierta ya en una costumbre y se vaya al hospital cuando verdaderamente se necesiten estos recursos. Es lo mismo que las visitas. Había una gran afluencia de todo tipo de visitantes al hospital y ahora todo eso ha desaparecido. Están los familiares y los visitantes que realmente son imprescindibles que estén.

"Quizá lo que más me apena es que los pacientes no pueden estar acompañados de sus familiares”

–En los pacientes con coronavirus aún más, evidentemente.

–Quizá es lo que más me apena de lo que se está viviendo. En las habitaciones donde tenemos a las personas con coronavirus el aislamiento necesariamente tiene que ser estricto y entonces no es posible que los pacientes en general estén acompañados. Hemos puesto un sistema de información que está funcionando bien, aunque todo es mejorable, pero las familias en sus casas reciben información de cómo evolucionan sus pacientes. Pero no permitir a una persona que se encuentra mal que un familiar esté con ella es un aspecto realmente triste. El personal sanitario dentro de lo posible intenta compensar esa soledad con el cariño que sentimos hacia nuestros pacientes y la compasión que nos produce pero nunca es lo mismo que un familiar. Es un mal necesario, únicamente podemos permitir excepciones en casos muy concretos y extremos.

–¿Cómo están de ánimo los profesionales?

–Bueno, es impresionante, a mí me maravilla porque nosotros tenemos una reunión por la mañana para ver cómo han evolucionado los casos y en vez de verse en esos momentos caras tensas, tristonas, es impresionante cómo los médicos salen de esa reunión con un ánimo que todavía me emociona. Y cuando llegan a las plantas, están los equipos de Enfermería que están las 24 horas en las plantas atendiendo a los enfermos, con este riesgo que supone. Ya sabemos que en España hay una importante tasa de afección al personal sanitario, por lo tanto se ha hablado muchas veces del miedo del personal sanitario a esta situación y a mí me gustaría decir que miedo tenemos todos, un miedo justificado, pero la profesionalidad hace que ese miedo no altere para nada la actuación del personal sanitario, es más la perfecciona porque el miedo es un mecanismo que, cuando no se transforma en pánico, hace que se esté más alerta. Y por otro lado, hay que destacar la colaboración que hemos encontrado las unidades que atendemos a estos enfermos por parte de los otros servicios del hospital.

¿En qué se ha fallado para que haya tanto profesional sanitario contagiado?

–No conozco realmente los motivos. En nuestro medio nunca hemos tenido falta de equipos de protección individual y en los hospitales que conozco tampoco. Los contagios de profesionales en nuestro medio no se han debido a no disponer de mecanismos de protección sino más bien a trabajadores que se han contagiado fuera del hospital y después se han contagiado entre profesionales. Esto ha sido, según nuestra experiencia lo más frecuente, aunque también se han producido contagios por un enfermo. Actualmente la evolución en nuestra área es muy favorable en cuanto a la disminución de los contagios del personal sanitario.

¿Qué les aporta todos los reconocimientos que están recibiendo de la población?

– Cuando estamos de guardia a esa hora, sobre las ocho, nos asomamos a la ventana, y al que más al que menos se le ponen los vellos de punta.Y aunque ya lo hemos oído y visto varias veces el efecto sigue siendo muy emocionante.

Como miembro también del comité asesor del Covid-19 en el área, ¿cuál sería el mensaje para los ciudadanos, en qué hay que seguir insistiendo?    

– Lo más básico, obedecer el confinamiento, que es la medida más eficaz, pero nos vamos acercando a la salida y tendrá que ser escalonada. Que yo sepa todavía no hay planes concretos para ese momento, pero sea como sea tendrá unas normas y ese es mi segundo mensaje: hay que estar preparados para cuando se produzca la salida, seguir siendo muy disciplinados a la hora de seguir las instrucciones porque, si no, se nos puede venir abajo una buena parte de lo conseguido con tanto sufrimiento. La salida no va a ser una estampida y hay que estar preparados para si a uno no le toca aguantar.

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