Arde la antigua fábrica de Panisol
Los bomberos controlaron el fuego antes de que se propagase al depósito de bombonas de butano cercano
La nave sufría continuos saqueos desde el cese de la actividad hace 3 años
"¡Hay derecho a esto! Cuatro millones de inversión tirados a la basura. La Junta me pisó el cuello y la administración concursal se ha encargado de rematarme". Juan Luis Vargas, propietario de Panisol, la antigua panificadora inaugurada en 2007 en el Parque del Oeste y que llegó a emplear a 250 trabajadores, lloraba desconsolado mientras la fábrica era pasto de las llamas. La imagen diez años después difiere por completo de la foto que los responsables de la Junta y del anterior gobierno socialista se hicieron en la inauguración para presumir del apoyo público, vía subvenciones, a la creación de empresas modélicas. Según Vargas, estalló la crisis y la subvención de 1,2 millones de euros nunca llegó, lo que le abocó a la quiebra.
En el interior de la nave se declaró sobre las tres y media de la tarde de ayer un incendio por causas desconocidas que se propagó rápidamente formando una gran columna de humo, temiéndose en un principio la posibilidad de que las llamas alcanzaran el depósito de bombonas de butano de Repsol, situado a escasos metros.
Alertados por la situación de riesgo, los nueve bomberos que se encontraban de guardia en el Parque de Jerez, a los que luego se unieron otros seis efectivos del 085, se emplearon a fondo para, después de comprobar que no había nadie en el interior de la fábrica, controlar las llamas e impedir que el fuego se propagase hacia las instalaciones de Repsol, lo que habría tenido graves consecuencias, aunque impredecibles.
Una vez extinguidas las llamas, y tras descartarse que el fuego tuviera su origen en un corto circuito al carecer la instalación de suministro eléctrico desde el cese de la actividad hace algunos años de la empresa, en concurso de acreedores, el jefe de bomberos apuntó a la posibilidad de que saltase alguna chispa del robo de vigas con ayuda de sopletes en la trasera de la nave, dentro del saqueo continuo que viene sufriendo la instalación en estado de abandono. No es la única hipótesis que se baraja, aunque los bomberos prefieren no dar detalles por si procede abrir una investigación sobre el origen de las llamas.
La queja airada del propietario, visiblemente nervioso, obedecía al saqueo y abandono de la instalación, situación de la que responsabiliza a la gestión del administrador concursal. Panisol llegó a contar con una red de 45 tiendas en la provincia, Sevilla y Córdoba, 25 de ellas en Jerez, y entró en suspensión de pagos justo cuando iba a dar el salto nacional con una red de en torno a un millar de tiendas.
Juan Luis Vargas detalló que tras la declaración del concurso en 2011, la nave siguió funcionando con distintos inquilinos hasta 2015, cuando el administrador echó al último arrendatario por no cumplir con el pago del alquiler.
Vargas, que en su día fue declarado en rebeldía por el Juzgado de lo Mercantil al entrar, siempre según su versión, en una depresión que le hizo desentenderse de todo y salir de Jerez, se ofreció para retomar la actividad en la nave, reconduciéndola hacia alimentos congelados, pero se encontró con la negativa del administrador, quien "prefería que la nave fuese desvalijada y perdiese valor a intentar reflotar el negocio".
Para impedirlo, Vargas confiesa que se metió de 'okupa' para, con el correspondiente registro sanitario, comenzar a producir tortillitas de camarones y croquetas congeladas, hasta que el administrador lo echó hace tres meses, cuando "comenzó el saqueo de la maquinaria y todo lo que había de valor".
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