-Once años como presidente, ¿qué balance puede hacer?

-Un balance positivo y creo que los compañeros lo pueden decir también, Creo que he mantenido a la asociación en el nivel en el que siempre ha estado a pesar de la crisis. Antes, en la época de esplendor, contábamos con subvenciones, ahora no tenemos ninguna, de hecho, somos nosotros los que mantenemos el Museo del Belén. Sin embargo, la asistencia de los socios -unos 220- se mantiene, así como el coro Virgen de Belén, que está muy vivo.

-¿Ha alcanzado las metas que se propuso al principio, como revitalizar la Asociación e incrementar socios?

-Cuando hablé de revitalizar entonces era porque hubo unos últimos años en los que decayó, pero se recuperó. Mi obligación siempre ha sido mejorar y subir de nivel.

-¿Le gustaría repetir en el cargo?

-Creo que ya es momento de que entre gente joven. Me presenté para cuatro años y al final, aquí sigo. En abril se convocan elecciones y quiero que haya un relevo joven, con ganas y amor a estas tradiciones nuestras. Ser presidente de esta entidad es importante porque es la primera Asociación de Belenistas de Andalucía, con unas raíces increíbles, con dos congresos nacionales celebrados, con más de 400 personas cada uno. No creo que muchos colectivos aquí muevan ese volumen de gente.

-Explique qué función tiene el Museo del Belén.

-Yo lo resumiría en una palabra: cultura. Es tradición, nuestras costumbres. Es único en España dentro de sus características y todo el visitante que viene, procedente de todo el país, repite. No ha habido ni una sola queja de su dotación expositiva. Yo siempre he mantenido que sea un museo vivo, los nacimientos se van renovando cada año.

-La Asociación cumple 40 años.

-Y el balance es insuperable. En toda España estamos considerados de lo mejor, de las tres primeras. Lo que hacemos, los nacimientos y el Museo, nos ha dado mucha fuerza. Cuando yo entré en la entidad en la junta directiva (en la que estaba como presidente Vicente Prieto) en 1988, se creó -dos años después- el trofeo a la Promoción del Villancico, que se entregaba en una cena de gala a la que vinieron artistas como Rocío Jurado, Lolita, Manolo Escobar, José Mercé, Ismael Jordi, Isabel Pantoja y David DeMaría, entre otros. Se dejó de hacer en 2000 y lo retomé en 2005. Ya hace dos años que no se celebra, ahora lo que hacemos es un almuerzo de confraternización de los socios. Asimismo, el cursillo de belenistas es un vivero, aunque nos gustaría que se apuntaran más jóvenes.

-¿Qué han preparado para celebrar esta efémeride?

-Presentamos la campaña el pasado 28 de octubre que gira en torno al 40º aniversario, que se desarrollará, sobre todo, en los Claustros y en nuestro Museo. Haremos también un homenaje a los que hicieron posible esta entidad. Nos espera un trabajo arduo para esta Navidad, pero queremos que se salga un poco de lo normal.

-¿Qué espera para los próximos 40 años?

-Yo no estaré, pero sólo le deseo larga vida a la Asociación.

-¿Qué es el belén para usted?

-Lo he mamado desde niño, siempre me ha encantado la Navidad, su tradición de montar el belén. Siempre quise comprar un diorama, pero nunca me lo vendieron porque Pepe Guerra me decía que yo lo podía hacer. Y así me llevé años, hasta que me apunté al cursillo y gané hasta un concurso. Me hubiera gustado hacer más pero no tengo tiempo.

-Respecto a la polémica surgida en la hostelería por la decisión municipal de limitar las licencias para la celebración de zambombas en espacios públicos a partir del 1 de diciembre, en lugar de desde el 20 de noviembre, ¿qué opina?

-Entiendo a las dos partes. La zambomba, como Bien de Interés Cultural (BIC), hay que cuidarla, que no se nos desmadre, tal como la conocemos los que la hemos vivido desde niño. Y entiendo a los hosteleros. Que se quiera disfrutar con anticipación no hace daño a nadie, quizás a los vecinos.

-Usted, cuando entró como presidente, aseguró que seguiría tocando el pandero a pesar de su cargo. ¿Ha sido así?

-Sí (risas), sigo con mi pandero en el coro aunque sea presidente. Hemos estado en tantos sitios y hemos grabado tantos discos que se siguen vendiendo... Ojalá todo esto dure por los siglos de los siglos.