Enoturismo

Soñar con Tío Pepe

  • González Byass abre el Hotel Bodega Tío Pepe, el primer sherry hotel del mundo

  • 27 habitaciones y suites, piscina y terrazas que se asoman al casco histórico y a los vinos de Jerez

Terraza infinita que se funde con la Catedral en el Hotel Bodega Tío Pepe.

Terraza infinita que se funde con la Catedral en el Hotel Bodega Tío Pepe. / Pascual (Jerez)

Son las horas previas a su apertura. Se ultiman los detalles, se recolocan las plantas y se reajustan los cojines. Una mezcla de nervios e ilusión se respira en un ambiente de ajetreo. Todo debe estar listo para la llegada de los primeros clientes. Han sido dos años y medio de trabajo para dar vida al Hotel Bodega Tío Pepe. Un hotel boutique de cuatro estrellas integrado en González Byass con vistas a lo que hace grande a Jerez, su casco histórico y sus vinos. El primer sherry hotel del mundo que recibió este sábado a sus primeros clientes.

Inspirado en una tradición vinícola milenaria y en una de las marcas españolas más prestigiosas del mundo, está ubicado en pleno casco histórico, junto a la Catedral y el Alcázar y en el interior de las bodegas. Un total de 27 habitaciones y suites con encanto, todas diferentes, todas con un atractivo. Ya sea un patio ajardinado, un baño que mira a calles emparradas, una terraza privada con una fuente o la compañía de la Catedral en la noche.

Los detalles hacen un recorrido por la historia de la bodega, con elementos o muebles, muchos de ellos rescatados de la finca 'El Altillo', con la que la familia tenía una fuerte vinculación emocional. Y hasta del propio rico archivo de la casa, con la exposición de fotografías y libros en los diferentes espacios, ya sea un mesita, en los pasillos o en una estantería. De esta forma, el visitante se acerca aún más a la historia de la firma vinatera. Y es que de hecho, el hotel está construido sobre cuatro casas de los siglos XVIII-XIX en las que vivían los antiguos trabajadores de la bodega, que se han tenido que readaptar para que funcionen como una sola unidad. De ellas se han respetado los muros y sus impresionantes vigas.

Cada estancia tiene una perspectiva diferente de la Catedral, casco histórico o bodega que va variando a medida que se sube de planta, de la baja hasta la segunda y a la terraza superior, donde se ubica la piscina infinita que se funde con la Catedral, el solárium, la zona chill-out y un mirador. También hay un servicio de bar-restaurante para los clientes e incluso para personas de fuera que quieran contemplar las espectaculares vistas, si el aforo lo permite. El hotel también tiene un gimnasio panorámico, por supuesto. Monumentos que se van asomando a las ventanas como cuadros vivos, obras de arte en piedra que contemplar.

Hay que destacar que el interiorismo ha estado a cargo de Almudena y Cristina Rebuelta y de Mercedes del Río, y la arquitectura es obra de Luis González Sterling, de Árgola Arquitectos. La directora del hotel, Rebeca Micó, apunta que el hotel “es un proyecto muy emocionante porque integra toda la historia de la bodega y su tradición a través de muchos de los elementos que hemos rescatado de la familia, en piezas de mobiliario que son históricas, centenarias y que hemos restaurado. Hay un poco de la familia en todo ello. Es, como yo digo, casi un hotel museo, que relata el proceso de creación de la misma marca”.

“El hotel es un pilar adicional que completa toda esa oferta enoturística que ya tiene la propia bodega. Es decir, 360 grados de experiencia enoturística de primer nivel, algo que hemos conseguido con creces”, añade la directora de Enoturismo de González Byass, Beatriz Vergara. A pesar de que el hotel está abierto ya al público, la empresa tiene previsto celebrar en torno a finales de año una inauguración oficial que contemplará además una jornada de puertas abiertas.

En la recepción, da la bienvenida o un hasta la próxima, un gran mural que dibuja el entorno de la bodega ‘La Concha’ desde los jardines de Villa Victorina. El arte caracteriza también las habitaciones y las diferentes estancias, como los murales exclusivos pintados a mano.

El hotel cuenta con modernas y cómodas instalaciones y un equipamiento puntero al servicio del huésped. Espacios íntimos, amplios, luminosos, confortables y acogedores con un exquisito servicio a cargo de profesionales pendientes del más mínimo detalle para hacer de la estancia en el Hotel Bodega Tío Pepe una experiencia inolvidable. Para volver.

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